Pasos del Vaticano contra la pederastia
La reforma del C¨®digo de Derecho Can¨®nico llega tarde, pero es positiva
La reforma del C¨®digo de Derecho Can¨®nico anunciada ayer por el Vaticano constituye un importante paso adelante del papa Francisco en la lucha contra la pederastia, los abusos sexuales y el extendido encubrimiento de estos delitos en el interior de la Iglesia cat¨®lica.
La modificaci¨®n, que culmina un proceso de revisi¨®n iniciado durante el papado de Benedicto XVI, tiene tres caracter¨ªsticas fundamentales: describe con una perspectiva actual ¡ªy ampl¨ªa en algunos casos¡ª los delitos, eleva las penas y reduce el margen de autonom¨ªa de obispos y superiores de los victimarios en un intento claro de castigar el encubrimiento activo o la pasividad a la hora de investigar los hechos. Esta clase de acci¨®n o negligencia por parte de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica ha sido una caracter¨ªstica reiterada en multitud de casos de abuso aflorados a la luz. La modificaci¨®n incluye, adem¨¢s, un art¨ªculo que define la pederastia como ¡°un delito contra la dignidad humana¡± que puede derivar en la expulsi¨®n del estado clerical. Se trata de medidas necesarias y bienvenidas.
La reforma, que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo 8 de diciembre, introduce otras importantes novedades, entre ellas, que las sanciones no ser¨¢n aplicables ¨²nicamente a cl¨¦rigos, sino a laicos que tengan alg¨²n tipo de responsabilidad en organizaciones de la Iglesia cat¨®lica. Es una medida acertada, especialmente a la vista del crecimiento de los movimientos laicos en el interior de la Iglesia cat¨®lica en los ¨²ltimos decenios. Cabe remarcar positivamente tambi¨¦n la inclusi¨®n de los abusos sexuales contra personas mayores de edad en situaciones de vulnerabilidad ¡ªuno de los mayores esc¨¢ndalos revelados ha sido el abuso continuado del excardenal Theodore McCarrick contra seminaristas¡ª.
Con esta reforma, la de mayor calado en cuatro d¨¦cadas en el ¨¢mbito del C¨®digo de Derecho Can¨®nico, Francisco encara uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la Iglesia cat¨®lica. La gravedad y la extensi¨®n de esta clase de comportamientos criminales han afectado notablemente la credibilidad de la instituci¨®n, y en ese sentido es positivo que d¨¦ pasos decididos para sobreponerse. La Iglesia va muy por detr¨¢s de la sociedad en este ¨¢mbito. Debe enmendarse y recuperar terreno con m¨¢xima velocidad, para evitar nuevos casos ¡ªafortunadamente menos probables que en el pasado, m¨¢s por la concienciaci¨®n colectiva que por la propia acci¨®n de la Iglesia hasta ahora¡ª y depurar responsabilidades del pasado, reparar a las v¨ªctimas, reconocer el brutal da?o infligido. Una vez aprobada, ahora la reforma tendr¨¢ que aplicarse con rigor. De ello no solo derivan consecuencias trascendentales para las v¨ªctimas; tambi¨¦n para el propio futuro de la Iglesia, que debe despejar estas terribles nubes de su horizonte.
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