Lo que m¨¢s ansiamos es nada
A?o y medio de pandemia agotadora ha elevado la ansiedad colectiva al m¨¢ximo nivel
Ten¨ªa que ocurrir. Un a?o y medio de pandemia agotadora ha elevado la ansiedad colectiva al m¨¢ximo nivel y ya en la c¨²spide del agotamiento mental, el ascenso deb¨ªa culminar en la venta de una escultura inmaterial, o sea, de la nada, al m¨®dico precio de 15.000 euros. Goza de toda l¨®gica: la pandemia ha exacerbado la saturaci¨®n informativa de la sociedad, ya inmersa mucho antes en la sobrecarga de informaci¨®n. Titulares, notificaciones, hallazgos de ¨²ltima hora sobre tal o cual vacuna, restricciones y modificaciones de toques de queda y aforos, confinamientos numantinos y liberaciones perimetrales¡ Hace mucho que nuestras neuronas desistieron de procesar informaci¨®n, aun sabi¨¦ndola vital. Por eso, lo que m¨¢s ansiamos es nada.
El arte de la nada
El artista italiano Salvatore Garau ha sabido condensar la necesidad del vac¨ªo en algo tan sencillo como¡ el vac¨ªo. No es una alegor¨ªa: es la nada literal. Se ha embolsado un dinero por lo que a¨²n no sabemos si calificar de supremo acto de originalidad o como una muesca m¨¢s en la tradici¨®n picaresca europea. Quienes llevan a?os refunfu?ando contra las pinturas de Mir¨® porque ¡°las puede hacer un ni?o de cinco a?os¡±, estar¨¢n trinando al ver que ya incluso los ficus podr¨ªan dise?ar esculturas como la de Garau.
En ella el ¨¦xito de lo inexistente cristaliza ante nuestros ojos con evidencia descarnada. La nada de hoy no se debe confundir con la nada que describi¨® Carmen Laforet en la posguerra. Entonces ¡°nada¡± significaba miseria y pobreza. Ahora el vac¨ªo triunfa como s¨ªmbolo del lujo y de una explotaci¨®n excelsa de nuestra saturaci¨®n mental.
Son muchas las se?ales de ese ¨¦xito, por lo que le auguro a la nada millones de seguidores en Twitter. Qu¨¦ tiempos aquellos en que el vac¨ªo, simbolizado en la hoja en blanco, sol¨ªa representar la angustia creativa. Reinterpretada pol¨ªticamente, la nada es el privilegio que exime de rendir cuentas. La hoja en blanco permite todo tipo de interpretaciones y no se detiene ante ninguna traba. Adem¨¢s, se puede transformar en cualquier cosa. En una hoja en blanco el ciudadano de a pie puede escribir lo que quiera, y el l¨ªder puede anotar lo que a le venga en gana. Y si un d¨ªa nuestro esp¨ªritu pol¨ªtico o est¨¦tico se cansa del vac¨ªo, colocamos otra cosa en su lugar y asunto resuelto.
Lo mismo sucede con nuestra vida de consumidores distra¨ªdos. Presiento que estamos tocando la cima del consumismo. Ya no vamos a seguir comprando objetos, convencidos de que ¡°nunca es suficiente¡±. Pronto nos convenceremos de que sobra todo, aunque seguiremos pagando el coaching minimalista de Marie Kondo para deshacernos de lo que tenemos. De hecho, la nada ya ocupa amplios espacios en los anaqueles de los supermercados y los art¨ªculos se publicitan por sus no ingredientes. La Coca-cola Zero es un cl¨¢sico, pero pensemos en los embutidos con cero fosfatos, cero conservantes, cero colorantes. O en el triunfo de los alimentos sin: sin gluten, sin lactosa, sin alcohol, sin¡ nada. El cero se ha convertido en el mejor reclamo publicitario. Yo misma compr¨¦ el otro d¨ªa un desodorante que promet¨ªa: ¡°cero aluminium¡±. Ignoraba que los desodorantes contuvieran aluminio, pero una vez concienciada al respecto, prefiero pulverizarme la nada en las axilas y pagu¨¦ gustosa por ello.
En EE UU cobran auge los spas flotantes (float-spa). All¨ª las sesiones de flotaci¨®n en la oscuridad privan al cliente de percepci¨®n sensorial. Prometen la recuperaci¨®n muscular, la calma para el sistema nervioso y la mejora de la creatividad, a cambio del alivio de borrarnos de la existencia un rato. La sesi¨®n de una hora cuesta 145 d¨®lares, seg¨²n le le¨ª a Kyle Chaika en The New York Times.
La pasi¨®n por la nada envuelve a pa¨ªses enteros. Finlandia lleva m¨¢s de cinco a?os con una estrategia de promoci¨®n tur¨ªstica en la que ofrece como principal atractivo del pa¨ªs el silencio: la nada sonora. Cero ruidos. Solo tranquilidad.
En cuanto a lo literario, triunfa la maravillosa Biograf¨ªa del silencio, de Pablo d¡¯Ors, que ha vendido 200.000 ejemplares. Tambi¨¦n lo compr¨¦ el otro d¨ªa pensando que las p¨¢ginas estar¨ªan en blanco, qu¨¦ descanso. Para mi sorpresa, es un libro con letras, as¨ª que lo he tenido que leer. Viene a describirnos el autor su descubrimiento de la meditaci¨®n, que consiste en estarse quieto, respirar y acallar los pensamientos. Es una forma de quietud y silencio, que nos descubre nuestro verdadero ser. Tal vez ese sea el vac¨ªo que tanto necesitamos.
Salvatore Garau titul¨® su escultura inmaterial Io sono (yo soy). Quiz¨¢ trate de decirnos que ya somos nada, que para lograr el vac¨ªo no hemos de esforzarnos mucho, ni adquirir nada, sino m¨¢s bien lo contrario: soltar, dejar marchar, parar, salir, apagar, cerrar los ojos¡ En nuestra ansiosa agitaci¨®n, estamos dispuestos a pagar por nada, porque hemos olvidado que es gratis.
Irene Lozano es escritora y diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid. Su ¨²ltimo libro es Son molinos, no gigantes. C¨®mo las redes sociales y la desinformaci¨®n amenazan nuestra democracia (Pen¨ªnsula).
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