Aires nuevos en Israel
Bennett tiene la oportunidad de reconstruir puentes destruidos por Netanyahu

Una heterog¨¦nea coalici¨®n de ocho partidos culmin¨® ayer su proyecto de evitar que Benjam¨ªn Netanyahu ¡ªprocesado por soborno, fraude y abuso de poder¡ª continuara en el cargo de primer ministro de Israel y en una tumultuosa sesi¨®n del Parlamento confirm¨® a Naftali Bennett en el cargo.
Se trata de un nacionalista de derechas que encabeza una alianza donde hay formaciones pacifistas, laboristas o islamistas, entre otras, y que ceder¨¢ el puesto al centrista Yair Lapid dentro de 24 meses. Ser¨¢, sin duda, un Gobierno donde no faltar¨¢n las tensiones y amenazas de ruptura dada la disparidad de proyectos que representan los socios que lo forman, pero que han llegado a la conclusi¨®n acertada de que Israel no pod¨ªa permitirse dar continuidad a los 12 a?os que Netanyahu llevaba ocupando la residencia oficial de la calle Balfour en Jerusal¨¦n.
El Gabinete de Bennett ¡ªformado por 27 ministros, 9 de ellos mujeres¡ª se enfrenta a importantes retos tanto en el interior como en el exterior de sus fronteras y donde muchos de sus componentes pueden arrojar sorpresas.
La econom¨ªa es uno de los principales desaf¨ªos y al frente de este ministerio se sit¨²a un conocido halc¨®n, Avigdor Lieberman ¡ªfamoso por sus exabruptos, como decir en 2009 que habr¨ªa que arrojar una bomba at¨®mica sobre Gaza¡ª pero que ha hecho valer su car¨¢cter marcadamente laico en las arduas negociaciones para formar un Ejecutivo. Israel necesita urgentemente unos presupuestos generales cuya no aprobaci¨®n ha precipitado varias elecciones de las cuatro celebradas en apenas dos a?os. Adem¨¢s, debe lidiar con las consecuencias econ¨®micas de la covid-19, especialmente en t¨¦rminos de empleo y atender a una creciente demanda de reducir el intervencionismo estatal en numerosos sectores privados.
Pero es en el aspecto de la paz social donde Bennett deber¨¢ esforzarse. Los choques entre ciudadanos jud¨ªos y ¨¢rabes en varias ciudades del pa¨ªs durante la ¨²ltima escalada militar con Ham¨¢s hacen que sea prioritario un cambio en las relaciones entre el Estado y sus ciudadanos ¨¢rabes, que se sienten discriminados y que disfrutan de un menor nivel de vida. La presencia islamista en la coalici¨®n es un buen comienzo, pero la poblaci¨®n ¨¢rabe ya ha dado muestras de estar cansada de buenas palabras.
Nadie espera grandes avances respecto a Ir¨¢n ni al conflicto con Palestina ¡ªde hecho, los planes de expansi¨®n en Jerusal¨¦n continuar¨¢n¡ª pero al menos la desaparici¨®n de Netanyahu rompe una situaci¨®n de bloqueo total en la que el primer ministro saliente se encontraba muy c¨®modo. Y esto afecta a la pol¨ªtica exterior. Netanyahu ha logrado alejar a Israel de Europa y, con la ca¨ªda de Trump, ahora de EE UU. Israel tiene que dar los pasos necesarios para acercarse a sus socios naturales y Bennett no deber¨ªa desaprovechar la oportunidad.
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