¡°No le quiten el cuerpo a la jeringa¡±
Es fundamental que se revisen todas las actas impugnadas por Fujimori en las elecciones de Per¨² ante los indicios de irregularidades; si gana Castillo, el pa¨ªs ser¨¢ una segunda Venezuela dentro de pocos a?os
Desde la primera vez que la o¨ª hablar, en lo alto de un balc¨®n de la Plaza Bolognesi, en Lima, hace ya muchos a?os, pens¨¦ que la socialcristiana Lourdes Flores Nano ser¨ªa una magn¨ªfica presidenta del Per¨². Las cosas no han ocurrido as¨ª, pero, si ella hubiera ganado la elecci¨®n presidencial que disput¨® con Alan Garc¨ªa, sospecho que Lourdes habr¨ªa cumplido sus promesas y que Garc¨ªa probablemente estar¨ªa vivo (se suicid¨® cuando iba a ser apresado).
La o¨ª hablar en un programa de televisi¨®n sobre el discutido tema del ¡°fraude¡± electoral que habr¨ªa marcado la segunda vuelta de las elecciones peruanas. Ella, que es abogada, con un grupo de colegas hab¨ªa explorado este asunto. Aseguraba, con firmeza, que ellos hab¨ªan advertido, de manera inequ¨ªvoca, en los pueblos de la sierra que hab¨ªan estudiado, que hubo muchas firmas falsas en las actas correspondientes y un sospechoso incremento de la votaci¨®n del candidato Castillo en la segunda vuelta, la definitiva. Lourdes Flores acepta la ley vigente en el Per¨², que deposita en los cuatro miembros del Jurado Nacional de Elecciones toda la responsabilidad de decidir si estas elecciones reflejan la ¡°verdad¡± o la desfiguran. Y a?ad¨ªa, exhortando a los cuatro jueces, con un peruanismo un tanto maloliente que reson¨® nost¨¢lgicamente en mis o¨ªdos: ¡°Sean valientes, no le quiten el cuerpo a la jeringa¡±. Esperemos que no.
La investigaci¨®n que han llevado a cabo Lourdes Flores Nano y el grupo de abogados que la acompa?a se concentra en el caso de algunos pueblecitos de la sierra peruana, representativos de una zona geogr¨¢fica determinada. Lo primero que investigaron fue si hab¨ªa rastros de ¡°firmas falsas¡±. Para eso, se valieron de un perito graf¨®logo que someti¨® esas actas a un examen morfol¨®gico y les cobr¨® por el trabajo 120 d¨®lares. En todas ellas encontr¨® huellas de falsificaciones de firma, a veces la del propio jefe de la mesa electoral. De otro lado, el examen de esas actas muestra una tendencia clar¨ªsima: en tanto que los votos que hab¨ªa obtenido Keiko Fujimori en la primera vuelta desaparec¨ªan en la segunda, los votos as¨ª emitidos pasaban en la segunda a engrosar la candidatura de Pedro Castillo. Lourdes Flores ha pedido, con buen criterio, que los cuatro miembros del Jurado Nacional de Elecciones sometan al mismo examen las m¨¢s de 800 actas impugnadas que se han presentado contra la votaci¨®n de la segunda vuelta, en aras de la ¡°verdad electoral¡±. Lo importante no es tener a un presidente de la Rep¨²blica que sea un andino humilde, como creen algunos corresponsales que los diarios europeos tienen en el Per¨², sino tener a quien la mayor¨ªa de los electores peruanos ha elegido y no a un presidente fraudulento. Este asunto es el fermento de toda clase de especulaciones y s¨ªntomas de violencia en el Per¨², y, a menos de proceder el Jurado Nacional de Elecciones con la seriedad y responsabilidad que le exige Flores Nano, la violencia puede estallar una vez m¨¢s, apenas se conozca el fallo electoral. Antes de que esto ocurra, todo es preferible. Algunos reclaman, entre las soluciones posibles, la de cancelar la elecci¨®n defectuosa y convocar nuevamente una elecci¨®n definitiva, rodeada, esta s¨ª, de la vigilancia que ataje toda deformaci¨®n en mesa de los genuinos resultados electorales. Pero el ex primer ministro Pedro Cateriano sostiene que esta alternativa es anticonstitucional.
Los observadores que envi¨® la OEA (Organizaci¨®n de Estados Americanos) al Per¨² se apresuraron sin duda al declarar que estas elecciones fueron ¡°limpias¡± y felicitar al Gobierno peruano por ello. Todas las indicaciones ¡ªadem¨¢s de la investigaci¨®n de Flores Nano y su grupo de abogados¡ª revelan que esa felicitaci¨®n fue un tanto apresurada y, como ella dijo, ¡°muy diplom¨¢tica¡±.
El grupo de juristas que representa a Keiko Fujimori, y al que ahora acompa?a un eminente hombre de Derecho que est¨¢ m¨¢s all¨¢ del bien y del mal, es ampliamente respetado y tiene impecables credenciales democr¨¢ticas por su papel en los 90 ¡ªel doctor ?scar Urviola¡ª, ha impugnado m¨¢s de 200.000 votos, por haber sido obtenidos mediante manipulaciones como las denunciadas por la doctora Flores Nano. El Jurado Nacional de Elecciones, luego de resistirse a revisar las actas impugnadas, tarea sin duda enorme, parece haber aceptado revisar algunas y se halla ahora imbuido de esa responsabilidad. Es fundamental que las revise todas. Cualquiera que sea el fallo, es obvio, en el subido clima que reina en el Per¨², que habr¨¢ protestas y podr¨ªa haber acciones violentas de parte de partidarios del candidato derrotado.
Mi impresi¨®n, desde el lejano Madrid y a trav¨¦s de las m¨²ltiples y contradictorias informaciones que me llegan, es, cada d¨ªa m¨¢s, de que ha habido graves irregularidades, y ello, sobre todo, en funci¨®n no tanto del candidato Pedro Castillo, sino de muchos miembros del partido que lo lanz¨® a la presidencia; el l¨ªder no pod¨ªa ser candidato pues estaba vetado por el poder judicial acusado de haber alargado la mano m¨¢s de lo debido durante su Gobierno de Jun¨ªn. Me refiero a Vladimir Cerr¨®n, due?o del partido Per¨² Libre, y que ser¨¢, de ganar Castillo, el verdadero poder detr¨¢s del trono. El se?or Cerr¨®n, que es m¨¦dico y vivi¨® diez a?os en Cuba, tuvo la osad¨ªa de proclamar, ante sus partidarios, que era ¡°marxista, leninista y mariateguista¡± y que, por lo tanto, a la manera de Cuba, Venezuela o Nicaragua, no dejar¨ªa el poder al t¨¦rmino de su mandato (que en el Per¨² es de cinco a?os). Esa famosa frase, por supuesto, encendi¨® las alarmas en muchos hogares peruanos. De otro lado, circula una grabaci¨®n en la que el instructor de personeros de Cerr¨®n urge a sus compa?eros a que se presenten a las mesas a las cinco de la ma?ana y las ocupen antes de que lo hagan los miembros de mesa elegidos por sorteo.
Gracias a gentes como el se?or Vladimir Cerr¨®n y algunos de sus partidarios, a los que, oy¨¦ndolos hablar, uno tiene la sensaci¨®n de estar escuchando a polic¨ªas estalinistas, estas elecciones peruanas no tienen nada que ver con las que ha habido hasta ahora en nuestra historia, pues en esta no se trata de cambiar a personas o partidos, sino de r¨¦gimen. Si gana el se?or Castillo, ya lo sabemos: el Per¨² ser¨¢ una segunda Venezuela dentro de pocos a?os, o habr¨¢ un fuerte enfrentamiento en el que por lo menos la mitad de los peruanos lucharemos por defender su democracia y la libertad que la acompa?a, porque este r¨¦gimen, aunque insuficiente y malherido por la pandemia del coronavirus, puede ser mejorado. En tanto que el sistema comunista no, como lo comprobaron Rusia, con la desaparici¨®n de la URSS, y China Popular, que se ha convertido en un r¨¦gimen capitalista autoritario. En Rusia se autoriza a los capitalistas respetuosos, y s¨®lo se persigue e inhabilita (o asesina) a los irrespetuosos con el r¨¦gimen. Con su discreci¨®n habitual, el eje de los pa¨ªses que aspiran a echar sus zarpas sobre el Per¨² se ha mostrado muy prudente en todo este proceso y ha delegado en el boliviano Evo Morales hacer los elogios fraternales del ¡°hermano peruanito¡± que aspiran a teledirigir en el futuro, aunque sea mediante fraudes y manipulaciones donde no pudieron llegar los personeros de Keiko Fujimori: hay abundantes testimonios, en la sierra y la selva, de que fueron intimidados o expulsados de las mesas a las que estaban convocados. Pero, tal vez, se apresuraron aquellos reg¨ªmenes a cantar victoria. Nada est¨¢ decidido todav¨ªa en el Per¨² y el ejemplo de Lourdes Flores y de ?scar Urviola as¨ª lo muestran.
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? Mario Vargas Llosa, 2021.
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