El amigo del analista
Nunca sabremos qu¨¦ hubiera pasado sin los indultos. No existe una Espa?a B con la ¨²nica diferencia de que el clon de S¨¢nchez hubiese denegado el perd¨®n a los sentenciados por el ¡®proc¨¦s¡¯
Como se?ala la economista M¨®nica Mart¨ªnez-Bravo, el mejor amigo del analista tiene un nombre raro. Se llama contraf¨¢ctico. Y consiste en comparar los efectos de la decisi¨®n que queremos estudiar, como subir el salario m¨ªnimo interprofesional, con lo que hubiera ocurrido sin esa medida.
Contraf¨¢ctico es un t¨¦rmino que no est¨¢ plenamente reconocido en nuestro idioma (hay quien prefiere la traducci¨®n literal del ingl¨¦s, contrafactual) ni en nuestro debate p¨²blico. Aunque, a nivel personal, la mentalidad contraf¨¢ctica forma parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa. No tomar¨ªamos un medicamento que nos ha prescrito el doctor para una dolencia mortal ¨Dy que, con una probabilidad del 10%, nos provocar¨¢ secuelas terribles¨D si no imagin¨¢ramos c¨®mo estar¨ªa nuestro pobre yo enfermo sin ese tratamiento. Asumimos el riesgo porque proyectamos los peligros (mayores) de la inacci¨®n.
Pero, en pol¨ªtica, aparcamos las comparaciones hipot¨¦ticas y nos centramos exclusivamente en examinar los efectos de la medicina. El ejemplo m¨¢s claro son los indultos a los condenados del proc¨¦s. Tanto detractores como partidarios, afilando unos la espada y los otros el bombo, lo advirtieron antes de que el Consejo de Ministros los aprobara: juzgaremos los indultos en funci¨®n de sus consecuencias reales. Y, desde entonces, la prensa se ha llenado de evaluaciones, m¨¢s bien negativas, de esa realidad. Por ejemplo, que el independentismo se fortalece con las fotos y las declaraciones de los presos saliendo de la c¨¢rcel.
Nunca sabremos a ciencia cierta qu¨¦ hubiera pasado sin los indultos. No existe una Espa?a B id¨¦ntica a nuestro pa¨ªs con la ¨²nica diferencia de que el clon de Pedro S¨¢nchez que la gobernara hubiese denegado el perd¨®n a los sentenciados por el 1-O. Pero podemos imaginar esa naci¨®n B: cuatro o cinco a?os m¨¢s con la pol¨ªtica catalana emiti¨¦ndose, con las c¨¢maras de TV3, desde Lledoners. Y una creciente presi¨®n internacional hacia Espa?a por la severidad de las penas, en contraste con el aplauso un¨¢nime que los indultos han recibido en todos los medios de referencia de la opini¨®n p¨²blica democr¨¢tica. En un lustro no tendr¨ªamos los desfiles festivos de los presos liberados por los pueblos de Catalu?a que veremos este verano, sino procesiones insurreccionales. Los indultos no son un medicamento agradable para nadie, y quiz¨¢s solo tengan un efecto analg¨¦sico, pero son mejor que no acudir al m¨¦dico. @VictorLapuente
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