Gran tipo

En un cap¨ªtulo de su ¨²ltimo ensayo, Contra la Espa?a vac¨ªa (Alfaguara), en el que ampl¨ªa a la pol¨ªtica su popular ensayo anterior sobre pueblos deshabitados y zonas des¨¦rticas de Espa?a, Sergio del Molino trata el m¨¢s grave problema nacional. Es en un cap¨ªtulo que se titula ¡°Contra la idiotez¡± y en ¨¦l menciona la entrevista que tuvo con la simp¨¢tica Ana Iris Sim¨®n. Al comentarle la cantidad de cosas contra las que se manifestaba en su grato libro Feria, ella contest¨®: ¡°Yo estoy en contra de la idiotez¡±.

Sergio del Molino es uno de los escasos intelectuales espa?oles que cuando alguien le pregunte si vive en contra de las derechas o de las izquierdas, estoy persuadido de que contestar¨¢ que ¨¦l s¨®lo est¨¢ en contra de la idiotez. En primer lugar, porque es un hombre inteligente, sensato y honrado. En segundo lugar, porque en este incisivo ensayo no busca culpables, sino dar cuenta de las cosas tal cual son entre nosotros, sin m¨¢scaras ideol¨®gicas que disimulen el odio y el resentimiento. Es un trabajo que alivia de tanta idiotez como se vomita desde la pol¨ªtica oficial.

Es, adem¨¢s, valedor de la vida provinciana y de esas ciudades que pone bajo el gentilicio general de ¡°Vetusta¡±, en referencia, claro, al Oviedo que describ¨ªa Clar¨ªn en La Regenta y que ahora, pasado siglo y medio, han perdido su aire sepulcral, han ca¨ªdo los amos medievales y son urbes envidiables. Lo subraya con un juicio de notable lucidez sobre su ciudad, Zaragoza. Y remata el libro con una pertinente vindicaci¨®n de Aza?a, admirable modelo de ciudadano.

Del Molino, un hombre grande, del g¨¦nero ¨²rsido, tiene el pu?o de hierro cuando le da la gana, pero en general trata con cari?o a su pr¨®jimo, aunque lo deteste. Esta rara cualidad le hace ¨²nico y perfecto.