Argonautas

Me pregunto qu¨¦ habr¨ªa dicho de los patinetes el gran Julio Torri, que traz¨® en 20 l¨ªneas la ¨¦pica de las bicicletas. A menudo recurro a ¨¦l como a un or¨¢culo que da a todo respuestas breves, en una obra completa que no llega a las 200 p¨¢ginas. ?Escritor de escritores? Tal vez lo fue y lo es en su pa¨ªs, M¨¦xico, aunque tuvo en vida la admiraci¨®n de algunos huesos nuestros como Valle-Incl¨¢n y Juan Ram¨®n, o la de Men¨¦ndez Pidal, que tanto ponderaba el manual sobre La literatura espa?ola que Torri public¨® en 1952, magistral y singular¨ªsima condensaci¨®n muy bien fundamentada en sus lecturas. De fusilamientos, el delgado volumen que contiene su esencial creaci¨®n literaria, est¨¢ a precios asequibles en el circuito de segunda mano, pero se trata de un libro y de un autor que tendr¨ªa que ser reeditado sin falta en Espa?a.

Pens¨¦ en su cristalina prosa al ver a esos seres alados que cruzan ante ti o se te acercan por la espalda, imparablemente, en la nueva movilidad compuesta de repartidores con caja de Pandora fast food y figuras altivas como argonautas de naves de un solo tripulante. Torri (muerto en 1970) habl¨® de la misantrop¨ªa del ciclismo, ¡°raro deporte que se ejercita sentado, como el remar¡±, definiendo as¨ª a la bicicleta: ¡°Lo exclusivo de su disfrute la hace apreciable a los ego¨ªstas¡±.

Es un paisaje nuevo que no sabemos cu¨¢nto va a durar y molesta considerablemente al peat¨®n desprovisto de ayuda automotora. Hay riesgo de atropellos, ya se han dado, pero tanto el dispensador de alimentos como el navegador solitario al menos avanzan impulsados por una electricidad limpia, sin combusti¨®n da?ina. Me quedo sin saber si Torri, brillante analista de Don Quijote, tendr¨ªa hoy respuesta al porqu¨¦ estos caballeros rodantes son todos hombres, como si las mujeres, en el tiempo actual de su centelleo, se reservasen la misi¨®n de observar y anotar lo que pasa.