Con la libertad de expresi¨®n

Se?alar a periodistas y a medios de comunicaci¨®n, en este caso contra el editor de la revista El Jueves, como ha hecho Vox a trav¨¦s de un tuit, no solo es un atentado a la libertad de expresi¨®n y opini¨®n. Es tambi¨¦n una forma de coacci¨®n intolerable en cualquier democracia que se precie. La libertad de expresi¨®n es un derecho consagrado en nuestra Constituci¨®n. Las vi?etas y el humor de El Jueves nos podr¨¢ parecer zafio, de mal gusto, grosero, obsceno y tantos calificativos como queramos a?adir, pero la libertad de expresi¨®n les ampara. Y as¨ª debe de ser. Nadie nos obliga a hacerlo ni tampoco a escuchar una determinada emisora de radio o a ver un programa de televisi¨®n. Cada uno es libre de elegir lo que quiere ver, leer o escuchar. Los partidos y sus dirigentes deber¨ªan tener mucho cuidado con este tipo de amenazas porque a lo ¨²nico que conducen es a sembrar un clima muy peligroso.

Patricio Sim¨®. Valencia

La pol¨¦mica de la carne roja

A pesar de las cr¨ªticas furibundas, el ministro Garz¨®n tiene raz¨®n en relaci¨®n con la cuesti¨®n de la carne roja. Se consume demasiado, fomenta el cambio clim¨¢tico y su abuso no es bueno para la salud humana. Desde las diferentes administraciones se deber¨ªa promover el consumo preferente de la carne blanca. De hecho, se deber¨ªa volver a la dieta mediterr¨¢nea, pero tambi¨¦n hay que decir que sus productos son demasiado caros. No puede ser que las frutas y verduras est¨¦n a precio de oro.

Josep M. Loste y Romero. Portbou (Girona)

Indignada con mi proceso de vacunaci¨®n

?C¨®mo es posible que a los de edades comprendidas entre los 60 y 69 a?os nos env¨ªe la Comunidad de Madrid a vacunar al Hospital Enfermera Isabel Zendal sin posibilidad de cambio? Veo c¨®mo mis familiares m¨¢s j¨®venes eligen fecha, hora y lugar de vacunaci¨®n, mientras a m¨ª una m¨¢quina me ha mandado tres sms en los que he solicitado cambio. Esperando el cuarto sms estoy. A ver si alguien tiene a bien llamar a las personas que, como yo, solicitamos el cambio para buscar una soluci¨®n. Podemos tener cientos de problemas para ir hasta el Zendal y perder un m¨ªnimo de cuatro horas en transporte p¨²blico. Ese es mi caso. Y m¨¢s viviendo rodeada de hospitales, centros de salud y hasta El Corte Ingl¨¦s.

Lourdes Fern¨¢ndez Baro. Madrid

Petardos

Pas¨® San Juan, fiesta, amistades, m¨²sica y petardos. He estado a?os muy vinculado a refugios de perros y gatos abandonados. Hay una tercera parte de animales a los que les da igual, estupendo. Otra tercera parte la aguantan bajo la cama. Y la ¨²ltima, p¨¢nico total. Medicar en esta ¨²ltima situaci¨®n se convierte en un caos. Ocurre en refugios, hospitales veterinarios y particulares. Tambi¨¦n hay consecuencias en la fauna salvaje cercana. Y en humanos. Hay personas en determinadas situaciones, autismo por ejemplo, que padecen en extremo con los petardos. En muchos lugares los petardos van mermando. Poblaciones de Italia y Argentina solo permiten fuegos artificiales sin ruido. Creo ser¨ªa una enorme dosis de respeto para la conciencia (form¨¢ndose) de un ni?o que al preguntar a sus padres por qu¨¦ ya no se oyen petardos, escuchara: ¡°porque los han prohibido por el da?o que hacen a muchos animales y personas¡±.

Raimon Alzamora Gras. Barcelona

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