??ltima vaca?
Todos los animales sienten y padecen, y junto a ellos est¨¢, temeroso de sus fauces o deseoso de sus apetecibles entra?as, el animal humano
Se proyecta a¨²n en cines de Espa?a, y su directora Kelly Reichardt es la coqueluche de los cin¨¦filos: los franceses, siempre tan suyos, ya se la han apropiado, pero incluso en entornos m¨¢s ¨¢speros, como el mainstream norteamericano y el p¨²blico espa?ol, es de culto. No voy a hablar aqu¨ª, sin embargo, de m¨¦ritos f¨ªlmicos ni del argumento de su western pre-moderno, muy bien rese?ado en estas p¨¢ginas por Elsa Fern¨¢ndez-Santos, sino de la vaca esencial de First Cow, pel¨ªcula a la que aludimos. Dir¨¦ solo, para no estropearles la fascinante trama, que el mam¨ªfero protagonista es una criatura explotada sin sufrir violencia; ayuda a la humanidad, representada en el film por dos frescales y una lista de espera de compradores de aquello que la vaca produce, que es la leche.
Si no lo he entendido mal, lo que actualmente se preconiza entre la gente m¨¢s sostenible son tres cosas: hacer guardar la l¨ªnea a los que por nada engordamos, cambi¨¢ndonos la sabrosa chuleta por un conglomerado; evitar la deforestaci¨®n del planeta; luchar para que el pedo de los cuadr¨²pedos, transformado en gas invernadero, no arruine la atm¨®sfera. Buenas causas las tres en un planeta ideal que a¨²n no tenemos, pero al que aspiramos. ?Por presi¨®n de un ministro? ?Por modas que ahora molan? Los malos humos del mundo son naturalmente da?inos, y nos amenazan a todos. Pero hay peligros peores que un filete con grasa o un par de huevos fritos de una gallina tal vez apretujada en su corral; el peligro de muerte por no tener nada que comer, aunque sea vacuno o av¨ªcola.
Todos los animales sienten y padecen, y junto a ellos est¨¢, temeroso de sus fauces o deseoso de sus apetecibles entra?as, el animal humano. Ese ser que defeca y conduce o vuela y fuma y ensucia el agua con su basura y no siempre cede un poco de sus sobras a quien todo le falta.
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