Lecciones ceut¨ªes

La crisis surgida tras la decisi¨®n de la Asamblea de Ceuta de declarar persona non grata a Santiago Abascal, gracias a la abstenci¨®n del PP, ha evidenciado los inquietantes equilibrios sobre los que se asienta el proyecto de Pablo Casado. Las declaraciones del presidente de Ceuta, Juan Jes¨²s Vivas, se?alando que no rectificar¨ªa su posici¨®n respecto a la abstenci¨®n de su partido y contra la actitud ¡°incendiaria¡± del l¨ªder de Vox, son un loable recuerdo de que la estructura territorial del PP ¡ªespecialmente aquella que tiene responsabilidades de gobierno¡ª est¨¢ muy alejada del argumentario hiperb¨®lico del proyecto nacional de Casado. Los dirigentes nacionales del PP har¨ªan bien en seguir la senda de sus representantes territoriales m¨¢s moderados, que defienden posiciones mucho m¨¢s positivas para la democracia espa?ola que la encarnada por el discurso de la presidenta de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso. El proyecto pol¨ªtico de Ayuso, que la c¨²pula del partido abraza, y su inquietante empat¨ªa con la ret¨®rica divisiva de Vox encajan mal ¡ªm¨¢s all¨¢ de los juicios de valor¡ª en muchas realidades territoriales, no solo en la muy peculiar de Ceuta.

Esta crisis ha puesto de manifiesto que la gesti¨®n cotidiana del PP en determinadas zonas dista mucho de las altisonantes declaraciones y de la l¨®gica de confrontaci¨®n con el Ejecutivo central en el que la direcci¨®n nacional ha situado al partido. Al margen de la declaraci¨®n como persona non grata de Abascal, cabe notar que el presidente ceut¨ª tambi¨¦n busc¨® recientemente alejar de la confrontaci¨®n nacional la crisis que padec¨ªa Espa?a con Marruecos, siendo consciente de que el argumentario destructivo al que se han acostumbrado Casado y Abascal puede conllevar riesgos y problemas de convivencia en territorios como el suyo.

La acci¨®n del PP ceut¨ª frente a la extrema derecha de Vox muestra el camino de lo que deber¨ªa ser una derecha espa?ola inspirada en los mejores ejemplos de la familia popular europea, como la CDU alemana, capaz de colocar l¨ªneas rojas frente a la extrema derecha, de alejarse de sus postulados y denunciar las consecuencias de sus aptitudes y acci¨®n pol¨ªtica. Desafortunadamente, no cabe esperar que el PP siga el ejemplo del partido de Merkel ¡ªo de sus hom¨®logos franceses¡ª imponiendo un cord¨®n sanitario a Vox; pero cabe como m¨ªnimo exigirle firmeza absoluta ante toda acci¨®n o declaraci¨®n de Vox que sobresalga del marco de valores constitucionales; y lo mismo a escala europea, donde casi todos los eurodiputados del PP rehusaron apoyar una reciente moci¨®n contra Viktor Orb¨¢n.

Esta crisis es solo una muestra de las consecuencias que tiene para el PP su actual pol¨ªtica de alianzas y el precio que debe pagar para contar con apoyos de una formaci¨®n con planteamientos tan radicales como Vox para acceder al poder en varios territorios. Queda por ver el impacto que la crisis tendr¨¢ en las comunidades donde el PP necesita los votos de la ultraderecha. Pero m¨¢s all¨¢ de lo t¨¢ctico, la disyuntiva de los populares es clara: ejercer responsablemente su papel como oposici¨®n y alternativa al Gobierno de Espa?a en l¨ªnea con lo realizado por los populares ceut¨ªes, o deslizarse por el camino peligroso de la tolerancia antes las posiciones extremas de Vox, cuando no la asimilaci¨®n de algunas de sus ideas. El rumbo que coja el PP va a tener enormes consecuencias sobre la calidad de la democracia en Espa?a.