Mil y una
Si Sherezade puede salvarse con su astucia y su elocuencia, otras salvadas por ella vendr¨¢n y no le dejar¨¢n al sult¨¢n salirse con la suya
Hemos cumplido ya quinientos d¨ªas, con sus quinientas noches, y no sabemos cu¨¢nto insomnio nos queda. Para paliar el mort¨ªfero tedio, y por amenizar el mes de vacaciones (si se tienen), propongo algo que distraiga y seduzca, que alivie o resucite, un pasatiempo basado en el hecho real de la covid-19 y en un libro inmortal de ficci¨®n, Las mil y una noches, ambos de autor an¨®nimo y origen debatido. La obra escrita vino tal vez de Siria, el virus de m¨¢s lejos, y su anonimato hace que lo importante sean los intermediarios: el personal m¨¦dico y los traductores, sobre quienes Borges escribi¨® una de sus piezas de mayor encanto.
Leer cada d¨ªa, antes de ir a dormir, cinco o diez ¡°noches ¨¢rabes¡± (as¨ª se conoce la obra en ingl¨¦s) es un delicioso peligro; el libro es divertido, procaz y esperanzador, aunque la muerte aceche en cada p¨¢gina. Las historias a menudo er¨®ticas que la audaz Sherezade le cuenta al sult¨¢n cruel son un ardid m¨¢s que un excitante; descubriendo con anticipaci¨®n los trucos del suspense, la joven se muestra tambi¨¦n como gran artista de lo dicho a medias, una necesidad forzosa que la mujer sometida ten¨ªa en el antiguo r¨¦gimen de cualquier tiempo y pa¨ªs y ahora es, si ya se ha conquistado la libertad de hablar, el ejercicio de una afirmaci¨®n sin paternalismos y un brillante recurso est¨¦tico a disposici¨®n de ellas y ellos. Si Sherezade puede salvarse con su astucia y su elocuencia, otras salvadas por ella vendr¨¢n y no le dejar¨¢n al sult¨¢n salirse con la suya.
Respecto a nosotros, convertido ahora todo el g¨¦nero humano, mujeres y hombres, en sherezades afanosas y prudentes, Las mil y una noches no nos dar¨¢ la salud, pero har¨¢ llevadero el sue?o amenazado y la confianza de un despertar remediable.
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