Ecologismo y guerras culturales

Ya tenemos aqu¨ª el cambio clim¨¢tico. Lo afirma la inmensa evidencia cient¨ªfica acumulada a lo largo de los ¨²ltimos lustros. Ahora esta certeza ha sido presentada a la opini¨®n p¨²blica mundial a trav¨¦s del informe del Panel Internacional de Expertos de la ONU. Esto va en serio, no es un capricho de Greta...

Ya tenemos aqu¨ª el cambio clim¨¢tico. Lo afirma la inmensa evidencia cient¨ªfica acumulada a lo largo de los ¨²ltimos lustros. Ahora esta certeza ha sido presentada a la opini¨®n p¨²blica mundial a trav¨¦s del informe del Panel Internacional de Expertos de la ONU. Esto va en serio, no es un capricho de Greta Thunberg o similares, ni una simple consecuencia que podamos extraer de unos a?os de cat¨¢strofes naturales m¨¢s o menos intensas. Estamos avisados. Si no actuamos ?ya!, si llegamos a ese famoso tipping-point, ese punto de no retorno a partir del cual ya no hay vuelta atr¨¢s, las consecuencias pueden ser devastadoras. Tambi¨¦n fuimos advertidos respecto a la posibilidad de sufrir epidemias con dimensi¨®n global y no hicimos gran cosa. La diferencia es que estas, por muy terribles que sean, pueden ser reversibles, lo otro no. Si traspasamos dicho punto de inflexi¨®n ya no hay vuelta atr¨¢s.

Esta no es, pues, una cuesti¨®n de derechas o de izquierdas. Y, sin embargo, as¨ª es como se entiende por grandes sectores de la ciudadan¨ªa. Lo vimos con Trump, el negacionista en jefe, y lo volvimos a observar en algunos pintorescos tuits de personajes de la derecha al salir el Informe del Panel de Expertos. Al parecer ellos tienen acceso a informaci¨®n privilegiada que se escapa a los titulares del verdadero conocimiento sobre la materia. Aunque aqu¨ª lo preocupante no es ya solo que determinados datos cient¨ªficos se perciban como mera opini¨®n o que se gu¨ªen por falsos sesgos epist¨¦micos, sino que encima se intente extraer rendimiento pol¨ªtico de esta tragedia anunciada. Vamos a entrar en una fase en la que habr¨¢ que adoptar decisiones muy dif¨ªciles y, con toda seguridad, impopulares. ?Resistir¨¢n los pol¨ªticos que no tengan responsabilidad directa sobre ellas la tentaci¨®n de beneficiarse de su potencial impopularidad?

A la vista de lo ocurrido en el debate sobre la carne, que fue un mero aperitivo de lo que se nos avecina, me temo que no. Tenemos adem¨¢s la experiencia de la pandemia. Recuerden, hasta que no se implic¨® en su gesti¨®n a las CC AA, muchas de ellas gobernadas por otros partidos, ?qu¨¦ f¨¢cil fue hacer oposici¨®n! Cuando uno es corresponsable la cosa cambia. Lo caracter¨ªstico de la cuesti¨®n ecol¨®gica es que aqu¨ª todos somos corresponsables, desde la cima del poder hasta el ¨²ltimo ciudadano, cuyos h¨¢bitos de consumo pueden provocar efectos indeseados. Es l¨®gico que haya desavenencias respecto a cu¨¢les deban de ser las decisiones adecuadas o el tempo que gu¨ªe la aplicaci¨®n de seg¨²n qu¨¦ reformas, pero no respecto de la cuesti¨®n de fondo, que hemos de actuar ya de forma decidida. No estamos ante algo de naturaleza ideol¨®gica o ante una guerra cultural m¨¢s de las que nos desgarran, aunque muchos tratar¨¢n de reducirlo a eso, a una disputa entre ecologistas impecables y negacionistas implacables.

Estamos ante un problema que es de todos y que debemos resolver entre todos. Y nuestra derecha har¨ªa bien en fijarse en los cambios habidos en el electorado de los Verdes alemanes, cada vez m¨¢s transversal. Si en 1980 el 80 % de sus votantes eran menores de 35 a?os, ahora solo lo es el 12 %, y lo integran los sectores de mayor educaci¨®n y profesionales urbanos de las nuevas clases medias. As¨ª que, atentos, sumarse al giro ecol¨®gico no solo es una necesidad objetiva, es que tambi¨¦n les beneficiar¨ªa electoralmente. Hasta Le Pen se presenta ya como ecologista. ?O quieren quedarse fuera del nuevo consenso?