La extrema derecha francesa abraza la defensa del medio ambiente
Marine Le Pen defiende la doctrina de un ¡°localismo¡± contra el ¡°globalismo¡± y al mundo sin fronteras
Es una mutaci¨®n ideol¨®gica y, al mismo tiempo, un regreso a viejas tradiciones. La extrema derecha en Francia abraza la causa del medio ambiente. Sus dirigentes alertan sobre la amenaza del cambio clim¨¢tico y se niegan a ceder esta bandera a la izquierda. Invocan el llamado localismo: el consumo de productos de proximidad, la reducci¨®n de los desplazamientos y el arraigo a la tierra. En su visi¨®n del mundo, la vida sin l¨ªmites ni fronteras que propone el liberalismo aboca a la humanidad a la cat¨¢strofe. Hablar de ecolog¨ªa, para ellos, tambi¨¦n es hablar de inmigraci¨®n y fronteras cerradas.
¡°Es obvio para m¨ª que la ecolog¨ªa es un conservadurismo. ?Lo siento Greta!¡±. Las palabras de Marion Mar¨¦chal resonaron en la Conferencia del Nacional Conservadurismo, a principios de febrero en Roma, como una declaraci¨®n de principios. El mensaje era doble: nadie ostenta el monopolio del medioambiente y puede haber iconos ecologistas alternativos al que encarna la activista sueca Greta Thunberg.
Mar¨¦chal no es una persona cualquiera en la difusa constelaci¨®n que va del nacionalpopulismo a la extrema derecha cl¨¢sica. Es la nieta del patriarca de la extrema derecha francesa, Jean-Marie Le Pen, y la sobrina de Marine Le Pen, actual presidenta del Reagrupamiento Nacional (RN), el gran partido de esta corriente ideol¨®gica. Tambi¨¦n una promesa pol¨ªtica que, en su campo, est¨¢ considerada una figura intelectual. Cuando habla, se la escucha.
¡°Preservar nuestros territorios, nuestra biodiversidad, nuestros paisajes, deber¨ªa ser la lucha natural de los conservadores¡±, proclam¨® Mar¨¦chal. A?adi¨® que ella no quer¨ªa tener que escoger entre los seguidores de Thumberg, a quienes calific¨® de ¡°hist¨¦ricos¡±, y los ¡°clima-esc¨¦pticos, igualmente ideol¨®gicos, que niegan el da?o causado por un modelo ultraproductivista y una obsolescencia planificada¡±.
Unas semanas antes, a mediados de enero en Par¨ªs, pronunci¨® otro discurso Marine Le Pen, de quien tantas cosas la separan: Marion se reivindica conservadora; Marine dice que izquierda y derecha son conceptos superados. Ambas coinciden, sin embargo, en que, aunque sea un problema global, la soluci¨®n al clima es local.
¡°La ecolog¨ªa de la que tanto se habla, y con raz¨®n, pasa primero por la regulaci¨®n de los transportes. Es decir, en la pr¨¢ctica, por la disminuci¨®n de las necesidades de transporte cotidiano¡±, dijo Le Pen, l¨ªder del partido m¨¢s votado en Francia en las elecciones europeas de 2019 y embarcada desde hace a?os en un proceso para desdemonizarlo. ¡°Lo que proponemos es ni m¨¢s ni menos que una pol¨ªtica de localismo¡±, a?adi¨®.
Jean-Yves Camus, director del Observatorio de las radicalidades pol¨ªticas en la Fundaci¨®n Jean Jaur¨¨s, explica que el localismo es un concepto que se desarroll¨® despu¨¦s de mayo del 68. Se identificaba con la izquierda: la vida cerca de la naturaleza, el consumo de productos locales. A su vez, a?ade, el ecologismo tiene un origen conservador: el arraigo a la tierra, el respeto a la ley natural, la armon¨ªa entre el ser humano y la naturaleza, un orden que hay que preservar. Hoy estas tradiciones confluyen en un momento de ascenso de nacionalpopulistas y ultraderechistas.
¡°Los partidos de la derecha radical se han convertido en partidos electoralmente importantes y se dan cuenta de que por toda Europa, y m¨¢s all¨¢, la ecolog¨ªa tiene el viento en popa, porque responde a interrogantes profundos de una parte importante de la poblaci¨®n¡±, dice Camus. ¡°Es un terreno que desean ocupar porque creen que durante demasiado tiempo lo ha monopolizado la izquierda y la extrema izquierda¡±.
El ecologismo de la derecha radical ha ido acompa?ado de una reflexi¨®n intelectual. En La Nouvelle Librairie, librer¨ªa ultra en Par¨ªs, hay una secci¨®n dedicada a ¡°ecolog¨ªa y medioambiente¡±. Un n¨²mero reciente de ?lements, revista vinculada a la librer¨ªa, dedicaba varios art¨ªculos a defender con vehemencia la realidad del cambio clim¨¢tico. ¡°El climatoesc¨¦ptico, tonto ¨²til del sistema¡±, dec¨ªa un art¨ªculo que denunciaba el papel de los lobis petroleros en la financiaci¨®n del de los grupos que relativizan el cambio clim¨¢tico. Otro art¨ªculo llegaba defender a Greta Thunberg, y la comparaba con Juana de Arco, la hero¨ªna del nacionalismo franc¨¦s.
Algunos, en el ¨¢mbito conservador, hablan de una ¡°ecolog¨ªa integral¡±, siguiendo el t¨¦rmino de la enc¨ªclica Laudatio si del Papa Francisco, pero tambi¨¦n al intelectual ultra Charles Maurras, que hablaba de ¡°nacionalismo integral¡±. Se tratar¨ªa de vincular ¡°la protecci¨®n de los embriones humanos con la preservaci¨®n de los ecosistemas amenazados¡±, como escriben los autores de Nos limites. Pour une ¨¦cologie int¨¦grale (Nuestros l¨ªmites. Por una ecolog¨ªa integral, un op¨²sculo de referencia publicado en 2014.
Cierre de fronteras
La ecolog¨ªa act¨²a como una palabra m¨¢gica, la llave que permite defender desde las fronteras a la inmigraci¨®n hasta la oposici¨®n a los tratados de libre comercio, pasando por los debates de bio¨¦tica. Herv¨¦ Juvin, eurodiputado independiente por el RN, es uno de los responsables del giro verde del partido y uno de los te¨®ricos del localismo, opuesto al globalismo: el mundo sin fronteras, ni para las mercanc¨ªas ni para humanos.
¡°El localismo y la ecolog¨ªa se articulan totalmente¡±, expone. ¡°Intentemos comer productos producidos a menos de 100 kil¨®metros de nuestra casa. Valoricemos las pymes locales porque crean empleo, pagan salarios y crean vida en los territorios y pondremos fin a la concentraci¨®n en las metr¨®polis, un fen¨®meno dram¨¢tico¡±. El mensaje apela a un electorado amplio, no circunscrito a la extrema derecha y suaviza las aristas m¨¢s antip¨¢ticas del partido. Apenas habla de inmigraci¨®n, aunque esta cuesti¨®n impregna toda la teor¨ªa, y en su lugar, habla de nomadismo.
¡°El nomadismo es la pol¨ªtica de la tierra quemada: los n¨®madas agotan un territorio y, una vez agotado, parten a otro lugar¡±, argumenta el eurodiputado. ¡°Los sedentarios son profundamente ecologistas porque est¨¢n obligados a plantearse c¨®mo vivir¨¢ mi territorio despu¨¦s de m¨ª. El modelo del n¨®mada universal es un modelo de predaci¨®n y el mundo de rearraigo y lo sedentario es el modelo ecologista.¡±
El cambio clim¨¢tico divide a los ultras europeos pese a la ret¨®rica ecologista
La actitud ante el cambio clim¨¢tico es una l¨ªnea divisoria entre los partidos nacional-populistas o de extrema derecha en Europa. El escepticismo ante las evidencias cient¨ªficas de la contribuci¨®n humana al calentamiento global, o ante la gravedad de sus efectos, sigue prevaleciendo entre las formaciones de este campo ideol¨®gico. Pero, como demuestra el caso del Reagrupamiento Nacional en Francia, algo se mueve.
El motivo es la irrupci¨®n de medio ambiente como tema electoral, sumada a una larga tradici¨®n ecologista en la derecha radical, y a la conciencia de que esta bandera sirve para defender bajo una apariencia menos agresiva las viejas causas del discurso nacionalista e identitario contrario a la inmigraci¨®n.
"No es un fen¨®meno ¨²nicamente franc¨¦s", dice Bernhard Forchtner, profesor en la Universidad de Leicester y editor de volumen acad¨¦mico reci¨¦n editado The far right and the environment. Politics, discourse and communication (La extrema derecha y el medio ambiente. Pol¨ªtica, discurso y comunicaci¨®n). "Existe una conexi¨®n entre el nacionalismo y la protecci¨®n del medio ambiente. La idea de que hay una relaci¨®n simbi¨®tica entre la naci¨®n, el pueblo y la tierra se encuentra en muchos partidos en Europa", explica. Seg¨²n este argumento esgrimido por la extrema derecha, a?ade este experto, "si quieres proteger, la naci¨®n debes proteger la tierra, el medio ambiente".
Hasta aqu¨ª, las coincidencias. El calentamiento global marca una divisoria. "Cuando se trata del cambio clim¨¢tico, aparecen las diferencias", analiza Forchtner. "Algunos partidos son totalmente esc¨¦pticos, como la Afd [Alternativa por Alemania], mientras que otros son un poco m¨¢s ambiguos: aceptan el cambio clim¨¢tico pero critican las respuestas pol¨ªticas".
El calentamiento del planeta es motivo de discrepancias, no solo entre europeos sino tambi¨¦n entre las corrientes m¨¢s ecologistas del RN y referentes de la derecha radical europea como Donald Trump en EE UU o Jair Bolsonaro en Brasil.
La situaci¨®n evoluciona r¨¢pido en la UE, pero en 2019, antes de las ¨²ltimas elecciones europeas del pasado mayo, 7 de 21 partidos calificados como "populistas de extrema derecha"eran esc¨¦pticos ante el cambio clim¨¢tico, once se manten¨ªan en silencio o eran ambiguos, y dos respaldaban el consenso pol¨ªtico y cient¨ªfico, seg¨²n un estudio del laboratorio de ideas y consultora Adelphi, con sede en Berl¨ªn. Los autores del informe, Stella Schaller y Alexander Carius, constataban que estos partidos votaban predominantemente en contra de las pol¨ªticas medioambientales en el Parlamento Europeo, a pesar de que algunos, como el RN en Francia o el FP? en Austria cultiven el llamado "patriotismo verde".
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