Fractura de la luz
Si el precio de la electricidad en Espa?a es superior al de otros pa¨ªses no puede deberse al dise?o de un mercado que es similar en toda la UE. Las reglas son las mismas. Lo que cambian son los ¨¢rbitros
Cuando a nuestro equipo de f¨²tbol le ¡°roban¡± un partido por un gol en fuera de juego o un penalti injusto, ?culpamos al ¨¢rbitro o al reglamento? Sin duda, al colegiado. No pedimos que se acorte el ¨¢rea un metro o que se alineen 14 jugadores en lugar de 11. Pero, cuando pasamos de las competiciones deportivas a las econ¨®micas, nos olvidamos del papel del ¨¢rbitro y nos obsesionamos con cambiar las reglas, como eliminar el m¨¦todo marginalista de precios en el mercado el¨¦ctrico, entre otras reformas que est¨¢n lanzando los pol¨ªticos de todo color estas semanas. Con la factura de la luz, la izquierda y la derecha muestran de nuevo sus sombras.
Pero, si el precio de la electricidad en Espa?a es sensiblemente superior al de otros pa¨ªses, no puede deberse al dise?o de un mercado que es similar en toda la UE. Las reglas son las mismas. Lo que cambian son los ¨¢rbitros. En algunos terrenos de juego, como el espa?ol, no parece que tengamos cuatro colegiados de primera divisi¨®n, asistidos por el VAR y capaces de se?alar todas las faltas que cometen las empresas participantes en el mercado energ¨¦tico. Estas se saltan las normas precisamente porque saben que quienes deben velar por ellas carecen de los recursos adecuados.
Es el problema esencial no s¨®lo del mercado el¨¦ctrico, sino tambi¨¦n del de los buscadores de internet, redes sociales, reparto a domicilio, supermercados, moda primavera-verano y dem¨¢s bienes y servicios del capitalismo moderno: unas pocas empresas cada vez tienen m¨¢s poder de mercado. A diferencia de hace unas d¨¦cadas, hoy existen menos competidores y estos ganan m¨¢s dinero. Donde m¨¢s se ha estudiado este fen¨®meno, la econom¨ªa americana, los m¨¢rgenes de beneficio (sobre el coste marginal) han pasado del 21% en 1980 al 61% actual.
Como apunta el economista Jan Eeckhout, esta concentraci¨®n de poder de mercado nos perjudica a todos. A los consumidores, que pagamos precios inflamados, pero tambi¨¦n a los trabajadores, que cobran salarios deshinchados, y a las empresas j¨®venes, aplastadas por las pr¨¢cticas oligop¨®licas de corporaciones mastod¨®nticas. Nos hace m¨¢s pobres ¡ªconcretamente, el 9% del PIB¡ª y m¨¢s desiguales. Y, sin embargo, apenas invertimos en dotarnos de reguladores contundentes contra los abusos de mercado. Absortos en el juego, ignoramos que la persona m¨¢s importante en el campo es la que va de negro. @VictorLapuente
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