No es el mismo mar de todos los veranos
Los lectores opinan sobre la degradaci¨®n del mar Menor, la victoria de los talibanes en Afganist¨¢n, los deportistas paral¨ªmpicos y sobre los botellones
Est¨¢ muy claro que este a?o no es el mismo mar de todos los veranos. No puede serlo dadas las circunstancias. Es como si lo descubri¨¦ramos por primera vez, hasta parece m¨¢s salvaje e inexplorado que nunca. Un mundo que debe seguir existiendo a pesar de la humanidad. Hasta las mismas especies marinas parecen confusas: ballenas varadas, delfines perdidos, medusas gigantes en el Mediterr¨¢neo, tiburones en las costas, ballenas y cachalotes jugando a hundir los barcos... Peces muriendo a toneladas por la contaminaci¨®n humana. Sin embargo, no queremos darnos cuenta de que no es el mismo mar de todos los veranos por causa de la destrucci¨®n humana. Deber¨ªa ser solo el mar, la mar sin vertidos t¨®xicos, sin micropl¨¢sticos o sin perturbaci¨®n severa del h¨¢bitat de tantas especies marinas. Debemos ser conscientes de que debemos cambiar.
Mar¨ªa del Carmen Garc¨ªa Ja¨¦n. Pechina (Almer¨ªa)
Ca¨®tica oscuridad
Las impactantes im¨¢genes difundidas de afganos desesperados reflejan la situaci¨®n de tremenda angustia y p¨¢nico ante el retorno de un r¨¦gimen teocr¨¢tico dirigido por fan¨¢ticos que reprimen con las armas los derechos y las libertades fundamentales, oprimiendo a las mujeres con la imposici¨®n de su interpretaci¨®n intransigente de la ley isl¨¢mica. Es inconcebible que a las mujeres se les proh¨ªba trabajar o estudiar y se les imponga un sinf¨ªn de bochornosas e indignas prohibiciones que las desprecian y anulan como seres humanos. La comunidad internacional no debe permanecer impasible, no puede abandonar a centenares de miles de mujeres y ni?as dej¨¢ndolas en la m¨¢s absoluta invisibilidad consintiendo tama?a humillaci¨®n. Se les ha clausurado la ventana de internet que les permiti¨® vislumbrar otras formas de vida. Es deplorable que se vean truncadas las ilusiones y proyectos vitales de mujeres aterrorizadas, recluidas en sus casas, emparedadas por el zarpazo del miedo. Necesitan la comprensi¨®n y la solidaridad de los responsables de la ONU y de todos los gobiernos democr¨¢ticos.
Jos¨¦ Mar¨ªa Torras Coll. Sabadell (Barcelona)
Paral¨ªmpicos
Estos deportistas s¨ª que, de verdad, est¨¢n hechos de otra pasta. Es tanto el gozo de verles competir que nos lleva a la admiraci¨®n y nos enorgullece como seres humanos. Son un ejemplo de superaci¨®n y de valores, engrandecen el deporte. Solamente unos pocos se llevan la gloria, pero todos sin excepci¨®n son merecedores del oro ol¨ªmpico y por descontado se lo ganan en reconocimiento. Cada d¨ªa de competici¨®n nos regalan estampas que forman cuadros de aut¨¦ntica belleza, cuadros que no cuelgan de ning¨²n museo, pero quedan grabados en nuestras retinas como fabulosas obras de arte.
Fernando Marc¨¦n Letosa. Zaragoza
Siguen los botellones
?C¨®mo hemos educado a nuestros j¨®venes? No hemos sabido decirles no de ni?os. ?Qu¨¦ valores tienen? Solo ven botellones. Nadie sabe llegar a ellos para que vean el peligro del coronavirus. ?D¨®nde est¨¢n los padres para hablar con ellos? La sociedad no debe permitir esas fiestas sin mascarillas. Algo se tendr¨¢ que hacer. Empecemos por educar mejor desde la familia y los colegios.
Vicente Blanes Torreblanca. Villena (Alicante)
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