Los ordenadores de la Seguridad Social
Los lectores opinan sobre la falta de conexi¨®n de la Seguridad Social entre comunidades aut¨®nomas, la evacuaci¨®n de Afganist¨¢n, los idealistas y sobre el mercado de la vivienda
Recientemente tuve que llevar a mi padre, de 86 a?os, a un hospital de Soria. Nosotros vivimos en Barcelona. Mi sorpresa fue que entrando por Urgencias nos dicen que explique el historial de mi padre y que ellos no pueden entrar en ¨¦l porque se utiliza diferente tipolog¨ªa inform¨¢tica. ?Estamos en el mismo pa¨ªs y no se puede ver? Evidentemente, no me acordaba de todas las afecciones que tiene mi padre, pero adem¨¢s pens¨¦: si cualquier persona de otra comunidad aut¨®noma se cae, est¨¢ sola y la recoge una ambulancia para llevarla al hospital, ?c¨®mo saben qu¨¦ enfermedades tiene? Si toma alg¨²n medicamento, si lleva un marcapasos... ?No es peligroso atender a alguien sin saber su historial? Vamos a la Luna, bajamos hasta las profundidades, ?y me dicen que por problemas inform¨¢ticos o, me es igual el motivo, no pueden conectarse los ordenadores de la Seguridad Social de toda Espa?a?
Isabel Pascual Caellas. Mollet del Vall¨¨s (Barcelona)
Ocho d¨ªas
El d¨ªa que se anunci¨® que finalmente solo quedaban ocho d¨ªas para poder evacuar a miles de personas de Afganist¨¢n, fue el mismo en el que yo comenzaba la cuenta atr¨¢s del fin de mis vacaciones. Me sent¨ª avergonzada de m¨ª misma. Yo, tumbada en mi toalla en una playa maravillosa en Sitges, lamentaba el fin de mis vacaciones y la vuelta a la rutina; mientras tanto, en Afganist¨¢n miles de personas empezaban la cuenta atr¨¢s para salvar sus vidas y las de sus seres queridos. Vuelta al trabajo versus seguir viviendo¡ en ocho d¨ªas.
Luisa Constanza. Par¨ªs (Francia)
¡®Imagine¡¯ cumple 50 a?os
Los sue?os son de los ilusos, de los poetas y de los cantantes como John Lennon. Pero, si as¨ª fuera, a¨²n seguir¨ªamos en las cavernas. No es tan dif¨ªcil imaginar un mundo donde todos tengamos los mismos e iguales derechos. Un mundo sin cielos ni infiernos, sin imperios ni naciones. Sin codicia y sin hambre. Un mundo en el que no haya motivos para matar ni para morir, dec¨ªa Lennon, asesinado absurdamente unos a?os despu¨¦s. Sin embargo, los muy poderosos, claro, y los conformistas creen que estamos bien as¨ª, que el mundo est¨¢ bien hecho, que quienes pretenden cambiarlo son unos ingenuos. Que los sue?os de los poetas se nos dar¨¢n en la otra vida, y que no busquemos para¨ªsos en esta maltratada tierra nuestra.
Luis de Lux¨¢n Mel¨¦ndez. Porr¨²a, Llanes (Asturias)
Regular el mercado de la vivienda
Somos propietarios de una casa en alquiler y, a la vez, inquilinos en otro lugar. Nos sentimos desprotegidos en ambas situaciones. Como propietarios, no sabemos si vamos a cobrar ni si tendremos fuerzas y energ¨ªas para pelear si hace falta. Como inquilinos, al buscar una vivienda encuentras todo tipo de desprecios: te tratan poco menos que como un potencial delincuente aunque justifiques ingresos fijos y suficientes. Algunos pretenden que pagues cuatro mensualidades de fianza de las que, sabes, no ver¨¢s un duro a la salida, a no ser que pleitees. No quieren perros, aunque pese tres kilos y lleves referencia de anterior propietario. Te pueden echar si justifican la necesidad del inmueble aunque no se haya cumplido el plazo¡ y vuelves a empezar. Sensaci¨®n de ausencia de regulaci¨®n y ausencia de protecci¨®n judicial.
Maria Pilar P¨¦rez Garc¨ªa. Elizondo (Navarra)
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