La locura de la vacunaci¨®n obligatoria
El despotismo vacunal podr¨ªa convertir un peque?o movimiento antivacunas en una gran coalici¨®n de grupos particulares con objeciones racionales
Lo ¨²nico que iguala a la irracionalidad de los antivacunas conspirativos es la vacunaci¨®n obligatoria, que est¨¢ a punto de llevarse a cabo en Italia.
Utilizo la palabra ¡°irracionalidad¡± por una raz¨®n muy concreta: las vacunas ofrecen una buena protecci¨®n contra la enfermedad grave de la covid-19, pero solo ...
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Lo ¨²nico que iguala a la irracionalidad de los antivacunas conspirativos es la vacunaci¨®n obligatoria, que est¨¢ a punto de llevarse a cabo en Italia.
Utilizo la palabra ¡°irracionalidad¡± por una raz¨®n muy concreta: las vacunas ofrecen una buena protecci¨®n contra la enfermedad grave de la covid-19, pero solo moderada contra la transmisi¨®n de la variante delta. Si se es propietario de un restaurante, ser¨ªa irracional discriminar a alguien que hubiese dado un resultado negativo en una prueba en las ¨²ltimas 24 horas a favor de una persona vacunada. A ning¨²n propietario de un restaurante o director de un museo que sea racional se le ocurrir¨ªa siquiera discriminar.
La manera racional de evitar que los no vacunados propaguen el virus ser¨ªa hacer que las pruebas fueran obligatorias en el trabajo o antes de entrar a un restaurante, y hacer que las pagaran ellos. Esto crear¨ªa un incentivo econ¨®mico para que se vacunaran y aumentar¨ªa las tasas de inmunizaci¨®n.
Pero ?por qu¨¦ algunos quieren ir m¨¢s lejos y defienden la vacunaci¨®n obligatoria? No digo que obligar a vacunarse sea irracional en todas las circunstancias, pero en este caso particular, en el que la protecci¨®n a terceros que ofrece la inyecci¨®n es solo moderadamente fuerte, no tiene sentido cuando las pruebas son una alternativa.
Mi ¨²nica explicaci¨®n es que los defensores de la vacunaci¨®n obligatoria son tan furibundos como los antivacunas. El asunto me recuerda la locura de la campa?a a favor de un segundo refer¨¦ndum del Brexit en Reino Unido, cuyos partidarios se autoconvencieron de que pod¨ªan dar la vuelta al resultado de la consulta de 2016. Muchos de ellos se dan cuenta ahora de que podr¨ªan haber forzado una versi¨®n m¨¢s suave del Brexit si se hubieran unido en oposici¨®n al Gobierno. De paso, tambi¨¦n perjudicaron al Partido Laborista, y aseguraron a los conservadores la mayor¨ªa seguramente durante otra d¨¦cada. Oponerse al Brexit era racional, pero abogar por un segundo refer¨¦ndum era de locos.
Con la vacunaci¨®n obligatoria ocurre exactamente lo mismo. ?Cu¨¢les son, por tanto, las consecuencias pol¨ªticas equivalentes de la inmunizaci¨®n forzosa irracional?
En este momento, los furibundos antivacunas constituyen una peque?a minor¨ªa de la poblaci¨®n. En Alemania, se solapan en buena medida con los votantes de Alternativa para Alemania. Esta formaci¨®n de extrema derecha con simpat¨ªas neonazis est¨¢ relativamente estabilizada en torno a un 11%. El n¨²mero de antivacunas representa probablemente el mismo porcentaje, quiz¨¢ algo inferior.
Lo que conseguir¨¢ la vacunaci¨®n obligatoria ser¨¢ ampliar la coalici¨®n de los enemigos de la inyecci¨®n. La coalici¨®n ampliada podr¨ªa estar compuesta por los siguientes grupos solapados: los antivacunas propiamente dichos; los libertarios, que se oponen por principio a la obligatoriedad; los que creen que las obligaciones no son eficaces; los cient¨ªficos disidentes; los padres de ni?os peque?os.
Incluyo a los padres porque hay una s¨®lida correlaci¨®n entre quienes defienden la vacunaci¨®n y quienes la defienden para los ni?os sin el consentimiento de los padres. En Alemania y Reino Unido, los asesores de los Gobiernos en la materia se han mostrado reticentes a la hora de recomendar la vacunaci¨®n de los ni?os, alegando que la inyecci¨®n puede causar una dolencia card¨ªaca grave en uno de cada 30.000 casos. Entre los adultos, la apuesta sigue valiendo la pena. El riesgo de sufrir enfermedades graves a causa de la covid, incluidas las card¨ªacas, supera al de la vacunaci¨®n. Bas¨¢ndonos en los datos disponibles, los argumentos para vacunar a los ni?os son d¨¦biles. Sospecho que la raz¨®n es que la mayor¨ªa de los defensores de la vacunaci¨®n obligatoria de m¨¢s edad buscan la m¨¢xima protecci¨®n para s¨ª mismos. La salud de los ni?os no es su principal preocupaci¨®n.
Si el mencionado grupo de personas con objeciones racionales al despotismo vacunal se une, podr¨ªa constituir una importante fuerza pol¨ªtica. Donald Trump consigui¨® crear una coalici¨®n inaudita de personas contrarias al consenso tecnocr¨¢tico de la periferia de Washington. El Brexit fue una coalici¨®n que iba mucho m¨¢s all¨¢ de los eur¨®fobos. Conozco a bastantes personas que votaron a favor del Brexit porque estaban indignadas por el trato que la Uni¨®n Europea dio a Grecia durante la crisis de la deuda soberana. As¨ª es como se consigue el 52%.
Presiento que la consecuencia de la vacunaci¨®n obligatoria ser¨ªa que, en alg¨²n sitio, en alg¨²n momento, surgir¨¢ un gobierno antivacunas. Mi mensaje a los partidarios de la obligatoriedad es el mismo que a los del segundo refer¨¦ndum: si presionan demasiado, lo perder¨¢n todo.
Wolfgang M¨¹nchau es director de www.eurointelligence.com
Traducci¨®n de News Clips.