?Qu¨¦ podemos hacer por Alemania?
Espa?a puede hacer m¨¢s que corresponder: acompa?ar al liderazgo alem¨¢n; completar sus apoyos en el cuadro de mando de la UE; y complementar mejor las pol¨ªticas cruzadas
La grandeza moral es esto: no te preguntes qu¨¦ puede hacer tu pa¨ªs por ti, sino qu¨¦ puedes hacer t¨² por tu pa¨ªs, como proclamaba el entra?able imperativo acu?ado por el presidente John Kennedy. Actualic¨¦moslo: espa?oles, ?qu¨¦ podemos hacer por Alemania?
A lo mejor, nuestra respuesta ayudar¨¢ a que los alemanes, atribulados por la p¨¦rdida de una canciller excepcional y a la espera de encontrar un esquema gubernamental efectivo, mejoren su dise?o de gobernanza federal...
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La grandeza moral es esto: no te preguntes qu¨¦ puede hacer tu pa¨ªs por ti, sino qu¨¦ puedes hacer t¨² por tu pa¨ªs, como proclamaba el entra?able imperativo acu?ado por el presidente John Kennedy. Actualic¨¦moslo: espa?oles, ?qu¨¦ podemos hacer por Alemania?
A lo mejor, nuestra respuesta ayudar¨¢ a que los alemanes, atribulados por la p¨¦rdida de una canciller excepcional y a la espera de encontrar un esquema gubernamental efectivo, mejoren su dise?o de gobernanza federal, la gesti¨®n de los asuntos europeos, y por tanto, la buena andanza de los sure?os.
Pensemos en grande. Que no nos ofusque la (necesaria, y pesarosa) memoria de un per¨ªodo singular, triste y a¨²n cruel, el de la austeridad presupuestaria impuesta por el ordoliberalismo alem¨¢n al continente, tras la Gran Recesi¨®n. Y que tanto desempleo y desigualdad cost¨®, sobre todo al flanco mediterr¨¢neo.
Hay otras muchas razones sobre las que levantar, o restaurar, la confianza con la ciudadan¨ªa alemana. La m¨¢s obvia consiste en la necesidad de corresponder a todo lo mucho que ha hecho en el ¨²ltimo medio siglo en favor de los espa?oles.
Mucho. Justo antes de la integraci¨®n en la Europa comunitaria, fue la valedora de la candidatura espa?ola, como cristaliz¨® en la cumbre de Stuttgart de 1983, aunque el oropel se lo llevasen los franceses en Fontainebleau (1985). En Edimburgo (1992), fue Helmut Kohl quien encendi¨® la luz verde para dotar el fondo de cohesi¨®n que reclamaba Felipe Gonz¨¢lez, y que un patriota llamado Josemari Aznar boicoteaba por pedig¨¹e?o.
En 1995, la cumbre de Cannes alumbr¨® contra pron¨®stico el paralelismo de la dotaci¨®n de subvenciones al Este (tras la declaraci¨®n de acogida a la Europa pos-sovi¨¦tica) y al Mediterr¨¢neo africano, gracias al empe?o espa?ol y la complicidad alemana. En 1998 Bonn apoy¨® la (discutida) candidatura espa?ola al euro. En 2012, el plan de rescate suave y un fondo de garant¨ªa juvenil para el empleo (luego desaprovechado por Espa?a). En 2020, con afeites, la propuesta espa?ola de un ingente plan Marshall, traducido a programa Next Generation, financiado con los eurobonos a los que Angela Merkel siempre fue reticente.
Espa?a puede hacer m¨¢s que corresponder: acompa?ar al liderazgo alem¨¢n; completar sus apoyos en el cuadro de mando de la UE; y complementar mejor las pol¨ªticas cruzadas, hacia el B¨¢ltico o el Mediterr¨¢neo; hacia Rusia o Am¨¦rica Latina. Y antes que nada, entender sus cuitas, sus ansiedades, sus sue?os.