El legado econ¨®mico de Angela Merkel
La canciller deja a su sucesor un pa¨ªs con un robusto sector industrial muy volcado en el exterior, pero que necesita reformas y nuevas inversiones para encarar el futuro
Angela Merkel, la l¨ªder europea m¨¢s relevante del siglo XXI, deja el poder despu¨¦s de 16 a?os. Su trayectoria pol¨ªtica es excepcional: ha gobernado Alemania durante cuatro legislaturas, ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado y su ¨ªndice de popularidad nunca ha bajado del 50%. Es la l¨ªder m¨¢s valorada por los ciudadanos, muy por encima de los tres candidatos que aspiran a sucederla en las elecciones del pr¨®ximo 26 de septiembre, las m¨¢s emocionantes que se recuerdan en mucho tiempo. Durante m¨¢s de tres lustros al frente de la primera econom¨ªa europea y la cuarta del mundo, Merkel se ha enfrentado a graves crisis y ha tomado decisiones con consecuencias para toda la Uni¨®n Europea. Su Gobierno ser¨¢ recordado por las estrictas pol¨ªticas de austeridad impuestas a los pa¨ªses del Sur ¡ªEspa?a, Portugal, Italia, Grecia¡ª tras la crisis de 2008, pero tambi¨¦n por dar v¨ªa libre al mayor plan de est¨ªmulos de la historia para que la Uni¨®n plantase cara a la crisis de la covid-19.
Estos 16 a?os han dejado un legado econ¨®mico en general positivo, coinciden los economistas consultados para elaborar este reportaje. En 2005 Merkel encontr¨® una econom¨ªa con cinco millones de parados y un crecimiento d¨¦bil y la deja con el desempleo reducido a la mitad y creciendo a mejor ritmo. Pero el relato econ¨®mico de su mandato tambi¨¦n tiene claroscuros. En el haber figuran la estabilidad, la reducci¨®n de la deuda p¨²blica y las mayores inversiones en pol¨ªticas sociales; en el debe, un mercado laboral m¨¢s precario donde florecen los minijobs y persiste la desigualdad de rentas entre el este y el oeste.
Marcel Fratzscher, presidente del Instituto de Estudios Econ¨®micos de Berl¨ªn (DIW), menciona ¡°prosperidad, moderaci¨®n, consenso, cooperaci¨®n¡± entre las palabras que pueden aplicarse al legado econ¨®mico de Merkel. ¡°Ha sido la canciller de la estabilidad, pero no de las reformas o del cambio¡±, asegur¨® durante un encuentro con periodistas extranjeros en Berl¨ªn.
Uno de los mayores reproches que le hacen los expertos a la canciller es su falta de visi¨®n para acometer reformas necesarias para la econom¨ªa alemana. Christoph M. Schmidt, presidente del Instituto Leibniz de Investigaci¨®n Econ¨®mica (RWI) de Essen, lo achaca al hecho de haber tenido que lidiar con una crisis tras otra: ¡°Cuestiones urgentes para el desarrollo futuro de la econom¨ªa alemana, como la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, moderar las consecuencias del envejecimiento demogr¨¢fico o impulsar la digitalizaci¨®n solo se han abordado de forma titubeante. En estos aspectos, sus sucesores tendr¨¢n mucho trabajo por delante¡±.
El milagro alem¨¢n
Los expertos coinciden en que Merkel aprovech¨® la inercia de las reformas de calado en el mercado laboral y en el sistema de protecci¨®n social que hizo su predecesor, el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der, entre 2003 y 2005. La famosa Agenda 2010, tambi¨¦n conocida como reformas Hartz (as¨ª se apellidaba el presidente de la comisi¨®n de expertos), es la base de lo que se dio en llamar el ¡°milagro del empleo alem¨¢n¡±. Entonces se crearon los minijobs, o miniempleos, trabajos temporales con sueldos inferiores a 450 euros mensuales que apenas cotizan a la Seguridad Social, lo que reduce las cargas fiscales del empleo. Merkel solo hizo reformas al principio de su mandato, recuerda Clemens Fuest, presidente del Instituto IFO de Investigaci¨®n Econ¨®mica, con el objetivo de mejorar las inversiones y crear m¨¢s puestos de trabajo. En 2007 rebaj¨® las cotizaciones al seguro de desempleo del 6,5% al 4,2%, lo que financi¨® con una subida del IVA del 16% al 19%. Al a?o siguiente redujo la carga impositiva a las empresas.
La crisis del euro convirti¨® a Merkel en ¡°la canciller de la austeridad¡±. Fuest afirma que hoy es evidente que quienes aseguraban que los ajustes eran excesivos y que los pa¨ªses nunca se recuperar¨ªan se equivocaron. Todos los analistas coinciden en que era necesario apoyar a los socios m¨¢s afectados por la crisis, pero que tambi¨¦n lo era exigirles reformas y que atajaran sus d¨¦ficits fiscales. Schmidt, que presidi¨® hasta el a?o pasado el consejo econ¨®mico del Gobierno alem¨¢n, recuerda que Merkel contribuy¨® decisivamente a la supervivencia de la eurozona durante la crisis de deuda griega. ¡°Ha sido en Europa donde ha cosechado la mayor¨ªa de sus reconocimientos en pol¨ªtica econ¨®mica¡±, se?ala. La canciller cre¨ªa que una eventual salida de Grecia del euro ser¨ªa el inicio de una serie de desgracias como las que provoc¨® la quiebra de Lehman Brothers, que propici¨® la crisis financiera internacional. Aunque su ministro de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, pertenec¨ªa al sector duro del Eurogrupo y hab¨ªa llegado a plantear una salida temporal del euro, ambos defendieron los planes de ayuda a Grecia pese al enorme coste pol¨ªtico que supon¨ªa.
La siguiente crisis que vivi¨® Merkel no fue econ¨®mica, pero la acusaron, tambi¨¦n en su propio partido, de poner en peligro el Estado del bienestar alem¨¢n. La canciller abri¨® el pa¨ªs en 2015 a centenares de miles de refugiados que hu¨ªan de la guerra de Siria. ¡°Merkel nunca dijo que integrar a los refugiados fuera f¨¢cil o que no fueran una carga para el Estado del bienestar; dijo que Alemania podr¨ªa con esa carga. Y creo que ten¨ªa raz¨®n¡±, se?ala Fuest. Se refiere a la famosa frase Wir schaffen das (Lo conseguiremos) de la canciller, que, al menos en p¨²blico, solo dio razones humanitarias para justificar su decisi¨®n. ¡°Actu¨® como un ser humano y no pensando en la econom¨ªa, pero es una historia de ¨¦xito¡±, opina Alexander Kritikos, miembro de la junta directiva del DIW. ¡°La econom¨ªa alemana necesita trabajadores especializados. M¨¢s de la mitad de los que llegaron como refugiados est¨¢n integrados en el mercado laboral¡±, se?ala.
La mayor cr¨ªtica que hace este economista al legado de Merkel es la ausencia de reformas en cuestiones de gran importancia para el futuro. ¡°Alemania se est¨¢ quedando atr¨¢s con respecto a otros pa¨ªses en la digitalizaci¨®n. Es algo que se ha ignorado en los ¨²ltimos a?os¡±, asegura. Pone un ejemplo del sector p¨²blico, pero que es extrapolable a las empresas. Cuando lleg¨® la pandemia y el confinamiento, y los colegios e institutos tuvieron que cerrar, millones de alumnos alemanes, y sus profesores, se enfrentaron a la ense?anza a distancia sin programas inform¨¢ticos adecuados, sin equipos, sin experiencia y en muchos casos sin conexi¨®n r¨¢pida a internet. ¡°No ha habido inversi¨®n en digitalizaci¨®n¡±, subraya. La otra reforma que ¡°es obviamente necesaria¡± tiene que ver con el entorno regulatorio de las empresas tecnol¨®gicas. ¡°Hay sobrerregulaci¨®n o mala regulaci¨®n, y eso impide que sean competitivas con otros pa¨ªses¡±, denuncia. Les resulta complicado, por ejemplo, contratar personal altamente especializado de otros pa¨ªses.
?El pa¨ªs se queda atr¨¢s?
Muchas voces se preguntan si Alemania no se estar¨¢ quedando atr¨¢s, en un modelo del pasado, mientras pierde la oportunidad de prepararse a tiempo para los cambios del futuro. El Estado ha fiado su desarrollo econ¨®mico al hecho de ser una potencia exportadora. La tercera mayor del mundo, solo por detr¨¢s de China y Estados Unidos. En varios sectores industriales muy potentes las ventas fuera de las fronteras alemanas suponen m¨¢s de la mitad de la facturaci¨®n. Un ejemplo es la industria automovil¨ªstica, pero sucede tambi¨¦n con la de tecnolog¨ªa m¨¦dica, la maquinaria industrial o el sector qu¨ªmico. El Mittelstand, las peque?as y medianas empresas industriales alemanas, muchas de ellas familiares, generan el grueso de las exportaciones con sus productos hiperespecializados. Alemania se ha beneficiado de ser un gigante exportador durante los a?os del auge del comercio global y de un euro d¨¦bil, pero hay dudas sobre si ese modelo es sostenible a largo plazo. ¡°Su fuerte integraci¨®n internacional significa que le afecta m¨¢s lo que ocurre en el resto del mundo¡±, asegura Fuest. ¡°Cuando hay una crisis fuera, Alemania lo sufre especialmente, pero cuando los otros pa¨ªses se recuperan, tambi¨¦n lo hace Alemania. No tengo ninguna duda de que el comercio internacional va a ser un factor clave del ¨¦xito de los pa¨ªses en el futuro. Est¨¢ por ver si Alemania consigue mantener su competitividad. No hay garant¨ªas¡±.
El rigor presupuestario ha sido una de las constantes durante los 16 a?os de Gobierno de Angela Merkel. El d¨¦ficit cero, el c¨¦lebre Schwarze Null (cero negro) alem¨¢n, se ha convertido en m¨¢s que una pol¨ªtica. Para los conservadores es algo casi sagrado. Merkel nunca escuch¨® las voces, la del Banco Central Europeo entre ellas, que le ped¨ªan inversiones para estimular la econom¨ªa, renovar las muy deterioradas infraestructuras alemanas y mejorar las capacidades tecnol¨®gicas de la Administraci¨®n y el sector privado. Algunos expertos consideran que Alemania lleva a?os sin invertir lo que deber¨ªa. Y ello pese a que antes de la pandemia acumulaba seis a?os seguidos con super¨¢vit. La canciller y su ministro de Finanzas, Olaf Scholz, ahora candidato socialdem¨®crata a sucederla, segu¨ªan comport¨¢ndose como si la Gran Recesi¨®n no hubiera terminado del todo, o como si estuvieran prepar¨¢ndose para la siguiente crisis, como la hormiga de la f¨¢bula. Esa crisis lleg¨® y Alemania pudo permitirse sacar 130.000 millones de euros de la cartera para amortiguar el impacto de la pandemia de la covid-19 en su econom¨ªa. En total, el pa¨ªs ha financiado varios paquetes de ayuda con un endeudamiento de 370.000 millones de euros entre 2020 y 2021.
Pol¨ªtica energ¨¦tica
La lucha contra la crisis clim¨¢tica es otro de los problemas que le deja Merkel a su sucesor o sucesora. Para Fuest, la pol¨ªtica energ¨¦tica de la canciller ha sido uno de sus puntos flacos durante estos a?os. Le critica especialmente la decisi¨®n de abandonar la energ¨ªa nuclear. ¡°Esa decisi¨®n no fue meditada y creo que se explica m¨¢s por consideraciones electorales cortoplacistas¡±, asegura. El movimiento antinuclear es muy fuerte en Alemania. En 2011, las im¨¢genes del desastre de Fukushima llevaron a Merkel a decretar, inicialmente en contra de su partido y del que entonces era su socio de coalici¨®n, los liberales del FPD, el fin de la energ¨ªa nuclear. Entonces quedaban 17 reactores en funcionamiento en el pa¨ªs; ahora hay seis y cuando acabe el a?o que viene no quedar¨¢ ninguno. Pero la transici¨®n energ¨¦tica hacia fuentes renovables no est¨¢ siendo tan r¨¢pida como se cre¨ªa.
¡°Alemania se ha comprometido a alcanzar la neutralidad clim¨¢tica en 2045, pero a la vez ha decidido eliminar completamente la energ¨ªa nuclear, as¨ª que la ¨²nica fuente posible son las renovables. El problema es que construir capacidad suficiente para una econom¨ªa completamente descarbonizada es un enorme desaf¨ªo que no se consigue en unos pocos a?os¡±, reflexiona Schmidt. El resultado es que Alemania iba camino de incumplir los objetivos de reducci¨®n de emisiones contaminantes en 2020, a los que se hab¨ªa comprometido junto con el resto de la Uni¨®n Europea. La salv¨® la pandemia y la hist¨®rica ca¨ªda de consumo energ¨¦tico que trajo consigo. Alemania lleva a?os siendo la principal defensora del cambio a fuentes de energ¨ªa m¨¢s limpias y, a la vez, uno de los mayores emisores de di¨®xido de carbono. M¨¢s de una cuarta parte de la electricidad producida en la primera mitad del a?o procede de la quema de carb¨®n.
Deberes pendientes
Entre los deberes que deja Merkel a quien gane las elecciones del 26 de septiembre est¨¢ la situaci¨®n de los bancos. ¡°El sistema bancario alem¨¢n se considera bastante ineficiente¡±, reconoce Schmidt, lo que hace que sus entidades apenas tengan peso internacional. ¡°No son competitivos y necesitar¨ªan consolidaci¨®n, pero en el sector de las cajas de ahorro, muy importante en Alemania, hay interferencias pol¨ªticas y el proceso de consolidaci¨®n es muy lento¡±, a?ade Fuest.
La marcha de la canciller que ha marcado la pol¨ªtica europea en los ¨²ltimos 16 a?os no se prev¨¦ inminente tras las elecciones, porque negociar un nuevo Ejecutivo, probablemente de tres partidos, puede costar desde semanas a varios meses en un pa¨ªs donde los acuerdos para formar Gobierno descienden hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. En la campa?a electoral m¨¢s emocionante que se recuerda en d¨¦cadas, los tres candidatos est¨¢n muy igualados, pero las encuestas cada vez le dan m¨¢s ventaja al socialdem¨®crata Scholz sobre Armin Laschet, el l¨ªder de la CDU de Merkel. Los conservadores podr¨ªan pasar a la oposici¨®n, pero el legado de Merkel quedar¨ªa en manos de su actual ministro de Finanzas, que durante la campa?a se ha comparado con ella, copiado sus frases y hasta adoptado su famoso gesto del rombo en la portada de un dominical. Ha querido presentarse como el m¨¢s merkeliano de los candidatos para insistir en la idea de continuidad y estabilidad que tanto valoran los alemanes.
Un mercado laboral m¨¢s precario y desigual
La obsesi¨®n por mantener el super¨¢vit comercial ha hecho que la moderaci¨®n salarial haya predominado en el mercado laboral alem¨¢n, pero los a?os posteriores a las crisis financiera y del euro pusieron de nuevo en el foco las pol¨ªticas redistributivas y la ampliaci¨®n del Estado del bienestar. Las negociaciones para gobernar en una segunda Gran Coalici¨®n de conservadores y socialdem¨®cratas, en 2013, no habr¨ªan salido adelante sin el acuerdo sobre el salario m¨ªnimo interprofesional que exig¨ªa el SPD. Alemania era uno de los pocos pa¨ªses donde no exist¨ªa esta regulaci¨®n que empez¨® a aplicarse en 2015 con un sueldo por hora de 8,5 euros. Actualmente es de 9,5 euros y una de las principales promesas electorales del candidato socialdem¨®crata, Olaf Scholz, es subirlo a 12 durante la pr¨®xima legislatura.
Adem¨¢s de la estabilidad, el super¨¢vit comercial y la disciplina presupuestaria, la era Merkel tambi¨¦n ha dejado un mercado laboral muy desigual. Hay m¨¢s trabajadores pobres, m¨¢s empleo a tiempo parcial no deseado y han proliferado los 'minijobs'. M¨¢s de siete millones de personas tienen uno de estos trabajos, de un total de 40 millones de empleados. La crisis del coronavirus destap¨® su precariedad.
Un estudio reciente de la Fundaci¨®n Bertelsmann pide al Gobierno alem¨¢n abolir estos trabajos de pocas horas por los que se cobra un m¨¢ximo de 450 euros y que, al no cotizar a la Seguridad Social, no dan derecho a prestaciones por desempleo. Seg¨²n el estudio, 870.000 personas que ten¨ªan un 'minijob' lo perdieron durante la crisis del coronavirus y quedaron completamente desprotegidas. No ten¨ªan derecho a ayudas, a diferencia de los trabajadores normales, que se beneficiaron del Kurzarbeit, un sistema similar a los ERTE espa?oles. Cada vez m¨¢s expertos alertan de que estos empleos solo deber¨ªan existir para quienes quieren obtener ingresos adicionales, como estudiantes o jubilados, pero no para personas que podr¨ªan ocupar puestos de trabajo temporales o fijos. El estudio de Bertelsmann concluye que abolir los 'minijobs' aumentar¨ªa el PIB en 7.200 millones de euros para 2030 y el empleo en 165.000 personas.
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