Esperar no es la soluci¨®n en Cuba
Las interrogantes sobre el alcance del decreto ley son relevantes: el r¨¦gimen sindical de los trabajadores, el sistema crediticio o el grado de emulaci¨®n de las experiencias china y vietnamita

Arrastrando los pies, Cuba legaliz¨® las primeras empresas privadas con candados que limitan su autonom¨ªa operativa, pero susceptibles de ser abiertos por las exigencias del mercado y la viveza del isle?o, acostumbrado a la ganz¨²a desde que comprob¨® que la econom¨ªa estatizada y la ret¨®rica antiimperialista no iban a resolver sus necesidades. Las importaciones y exportaciones deber¨¢n contar con la intermediaci¨®n de una empresa estatal, y los socios de las empresas privadas, ser nacionales con residencia permanente en Cuba. Quedan excluidos de las nuevas sociedades los inversores extranjeros, seg¨²n se infiere del Decreto Ley, mayoritariamente compatriotas domiciliados en Estados Unidos y Espa?a, que, a buen seguro, cortocircuitar¨¢n el marco regulatorio con testaferros y trucos registrales. El Gobierno los tolerar¨¢ mientras convengan.
La liberalizaci¨®n emprendida ser¨¢ socialmente fruct¨ªfera y dinamizadora de otras transformaciones pese a los inevitables agravios comparativos de los nuevos esquemas capitalistas, estigmatizados por una revoluci¨®n anticapitalista, y pese a las restricciones que embridan el funcionamiento de las contrarrevolucionarias pymes, siempre postergadas por ausencia de voluntad pol¨ªtica y discrepancias entre el seno del Partido Comunista de Cuba (PCC), no tan monol¨ªtico como se percibe. El aldabonazo callejero de julio, el convencimiento de que el embargo estadounidense no tiene fecha de caducidad, es estructural y hay que asumirlo como parte del paisaje, y los 11 puntos de ca¨ªda del PIB, activaron la puesta en marcha de negocios con personalidad jur¨ªdica propia.
Consolidadas las pol¨ªticas coercitivas de Washington y el achicamiento de la ayuda venezolana, la acumulaci¨®n de obst¨¢culos sepultan los m¨¢rgenes de maniobra de un r¨¦gimen que sobrevive, parad¨®jicamente, gracias a las remesas de los compatriotas expulsados por los fracasos del socialismo irreal; previsiblemente, ellos ser¨¢n los capitalistas de las nuevas sociedades. El turismo colaps¨® con la pandemia, Cuba no puede operar en d¨®lares, qued¨® fuera de los canales financieros, est¨¢ endeudada y la importaci¨®n de bienes de consumo se vino abajo; tambi¨¦n, el poder adquisitivo de la mayor¨ªa.
?Consecuencias? La gente sin huevos, sin carne, ni vida, mientras aprietan el mercado negro y las demandas de m¨¢s libertad de una ciudadan¨ªa que reclama una reforma integral y democr¨¢tica del sistema. Las empresas privadas son un plausible paso adelante a pesar de que se excluye a los profesionales ligados a la prensa, la salud, la ense?anza y otros sectores, cuyos derechos individuales siguen en la inopia al no poder ser empleados por las nuevas empresas, ni ejercer por cuenta propia.
Las interrogantes sobre el alcance del decreto ley son relevantes: el r¨¦gimen sindical de los trabajadores, el sistema crediticio o el grado de emulaci¨®n de las experiencias china y vietnamita. A la fuerza ahorcan en Cuba desde hace decenios. Exigencias ineludibles se acometen porque no hay otro remedio cuando, parafraseando a un ministro, esperar no es la soluci¨®n.
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