Me preocupa que la atenci¨®n de los ciudadanos est¨¦ monopolizada por cosas pintorescas pero secundarias, como los desastres causados por el volc¨¢n en La Palma, la amplitud del desempleo, los malos resultados de nuestros estudiantes seg¨²n el informe Pisa, las variantes m¨¢s peligrosas de la covid o el drama de los inmigrantes ahogados en el mar. En cambio los sucesos realmente importantes pasan casi desapercibidos: por ejemplo, la puesta en funcionamiento en Barcelona del ...
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Me preocupa que la atenci¨®n de los ciudadanos est¨¦ monopolizada por cosas pintorescas pero secundarias, como los desastres causados por el volc¨¢n en La Palma, la amplitud del desempleo, los malos resultados de nuestros estudiantes seg¨²n el informe Pisa, las variantes m¨¢s peligrosas de la covid o el drama de los inmigrantes ahogados en el mar. En cambio los sucesos realmente importantes pasan casi desapercibidos: por ejemplo, la puesta en funcionamiento en Barcelona del Centro de Nuevas Masculinidades por el Ayuntamiento encabezado por Ada Colau. ?Por fin!, dir¨¢n ustedes. S¨ª, por fin, ah¨ª est¨¢. Es un empe?o pedag¨®gico para educar a los varones a c¨®mo serlo sin las habituales contraindicaciones de injusticia y desigualdad. Se trata de confirmar lo que en uno de sus habituales rel¨¢mpagos de lucidez vislumbr¨® la alcaldesa: ¡°La masculinidad no es incompatible con la sensibilidad¡±. ?Nada menos! Quiz¨¢ alguno de ustedes, leyendo a Keats o escuchando cantar a Kraus, ya hab¨ªa intuido eso mismo pero ahora existe un centro que por medio de charlas, seminarios, cursos de seis a diez semanas, etc... (todo gratis, paga el Ayuntamiento) logra un nuevo modelo de masculinidad sin taras. Hoy, dicen los animadores del Centro, ¡°ser hombre es pesado, es peligroso, es un l¨ªo¡±. Pero ma?ana... ¡°el hombre del futuro ser¨¢ un hombre heterog¨¦neo, diverso, descolocado, desorientado y perdido sin referente que emular¡±. ?Menudo cambiazo, d¨®nde va a parar! Y eso se consigue a base de cursillos, algo de yoga, frecuente llanto (?) y repartiendo abrazos para romper nuestra coraza viril. Despu¨¦s de todo, ser hombre es una ficci¨®n y tom¨¢ndoselo demasiado en serio acaba uno esclavizado. Adi¨®s a Clint Eastwood y al mismo John Wayne (que por lo menos se llamaba Marion); paso al var¨®n reciclado. ?Y la mujer? De eso hablamos ma?ana.