Personalismos sin m¨¢s
Gustavo Petro busca romper su techo, en el centro la atomizaci¨®n impide acuerdos y la centroderecha se fortalece
Si bien cuando empezaron a aparecer los nombres de los aspirantes a la presidencia el panorama mostraba para Colombia una serie de figuras que promet¨ªan enriquecer el debate democr¨¢tico, a hoy muchos se han desdibujado, otros no alcanzan a conectar con las audiencias y casi todos los dem¨¢s se pierden en discusiones de mec¨¢nica electoral.
Las tentaciones por dividirse, incluso en partidos que como el Verde parec¨ªan muy cohesionados, est¨¢n a la orden del d¨ªa. La posibilidad de escoger un solo nombre para que el centro pueda enfrentar a un Gustavo Petro desde la izquierda m¨¢s radical, que crece o se sostiene, y una derecha que por ahora aparece habl¨¢ndole a Colombia desde Miami, donde hicieron su ¨²ltimo debate, plantea un escenario sombr¨ªo.
Ninguno se diferencia. Y no lo hacen porque no hay propuestas en torno a los grandes temas del pa¨ªs y mucho menos sobre un verdadero modelo de naci¨®n m¨¢s all¨¢ de los lugares comunes. Frente a las coyunturas territoriales se repiten las consabidas necesidades de la presencia estatal sin que se encuentren las respuestas al c¨®mo. En general se les escucha en algunos foros hablar de democracia econ¨®mica, justicia, respeto a los derechos. Frente a las problem¨¢ticas medio ambientales, las dificultades del modelo extractivista y educativo, los cr¨ªmenes crecientes, ning¨²n candidato plantea la idea de la Colombia que se imagina gobernar.
Los hechos de la ¨²ltima semana muestran el mismo pragmatismo de Gustavo Petro, mejor su oportunismo pol¨ªtico, con la reiterada llegada de los cristianos a su Pacto Hist¨®rico, as¨ª como antes recibi¨® a los clientelistas y el discurso provocador de la expropiaci¨®n de tierras; Alejandro Gaviria busca una coalici¨®n de centro m¨¢s all¨¢ de la coalici¨®n de la Esperanza, donde no ha sido bienvenido porque se niega a aceptar que le pongan condiciones como rechazar al Partido Liberal. Mientras tanto, Sergio Fajardo repunta en las encuestas de segundo detr¨¢s de Petro y los candidatos que recogen firmas, como Federico Guti¨¦rrez y Enrique Pe?alosa, reciben la invitaci¨®n de Juan Carlos Echeverry que los convoca a una nueva coalici¨®n, pero ya no de esperanza sino de expertos. Un circulo de ires y venires y propuestas vac¨ªas que nada le dicen al votante potencial.
Pareciera estar abri¨¦ndose camino una coalici¨®n quiz¨¢ m¨¢s clara en la centro derecha con la jugada anterior y la apuesta del Partido Conservador por el senador David Barguil, quiz¨¢ en una actitud que debe ser bienvenida. Me imagino un escenario en el que desde los partidos empiece a forjarse un cambio desde adentro ante el resquebrajamiento de su credibilidad.
Menester que los liberales y otros iniciaran por escoger para las pr¨®ximas elecciones del Congreso en sus listas a candidatos sin tacha ni investigaci¨®n alguna. Ya ha aceptado Humberto de la Calle encabezar la lista de la Coalici¨®n de la Esperanza, poniendo la vara alta para los dem¨¢s partidos. La U se fue por la medallista ol¨ªmpica Catherine Ibarguen en busca de un cambio de imagen que la jefa de la colectividad, Dilian Francisca Toro, sabe que necesita, pero que no ser¨¢ suficiente si no depura la lista completa.
El Centro Democr¨¢tico se queda sin su l¨ªder para las parlamentarias. ?lvaro Uribe da un paso al costado, dejando a los suyos hu¨¦rfanos y en busca de una nueva figura, ojal¨¢ joven, como parecen ser Miguel Uribe y Paloma Valencia.
Lo claro es que la campa?a est¨¢ estancada, los movimientos de cada d¨ªa muestran la tentaci¨®n por los personalismos, pero no los de la corriente de poner a los ciudadanos en el centro sino en los del inter¨¦s por s¨ª mismo, en el culto a la personalidad en que ninguno cede al otro en funci¨®n de los dem¨¢s. Y en el entre tanto, viejas organizaciones como Ox¨ªgeno Verde, de Ingrid Betancourt, y Salvaci¨®n Nacional, ahora en cabeza del conservador Enrique G¨®mez, buscan recuperar su personer¨ªa jur¨ªdica como ya lo logr¨® el Nuevo Liberalismo a la cabeza de Juan Manuel Gal¨¢n, partido que por estos d¨ªas es la bonita de la fiesta, que ojal¨¢ no vayan a da?ar.
No encuentro en esta b¨²squeda de revivir movimientos nada distinto a recuperar las plataformas jur¨ªdicas para incrementar la pol¨ªtica de pareceres y garantizarse la entrada a la coaliciones que terminen por cocinarse y sin nada de contenido, de argumentaci¨®n, de pol¨ªtica de la grande, que es lo que se esperar¨ªa en este y cualquier otro pa¨ªs que ha pasado por la ¨¦poca oscura de la pandemia, donde se profundizaron las brechas de la desigualdad y se requiere una mirada de futuro con algunas certezas.
Por ahora, Petro busca romper su techo, en el centro pol¨ªtico la atomizaci¨®n y los personalismos impiden los acuerdos, la centro derecha se fortalece y los viejos movimientos pol¨ªticos buscan su reencauche en los tribunales. La esperanza de unas listas al Congreso con figuras respetables se abri¨® paso con la elecci¨®n de Humberto de la Calle, pero tendr¨ªa que ser uno muy ingenuo para pensar que las maquinarias no empezaran a aceitarse y los bolsillos a llenarse como cada cuatro a?os.
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