_
_
_
_
Brasil
Columna
Art¨ªculos estrictamente de opini¨®n que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opini¨®n han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opini¨®n de personas ajenas a la Redacci¨®n de EL PA?S llevar¨¢n, tras la ¨²ltima l¨ªnea, un pie de autor ¡ªpor conocido que ¨¦ste sea¡ª donde se indique el cargo, t¨ªtulo, militancia pol¨ªtica (en su caso) u ocupaci¨®n principal, o la que est¨¦ o estuvo relacionada con el tema abordado

?Qu¨¦ hizo el periodista blanco con la escritora negra?

Una opini¨®n sobre el cap¨ªtulo m¨¢s reciente de la historia de Carolina Maria de Jesus, uno de los mayores iconos de la literatura brasile?a, y Aud¨¢lio Dantas, el periodista que ella encontr¨® para ayudarla a publicar en uno de los pa¨ªses m¨¢s racistas del mundo

Eliane Brum
Exposici¨®n Carolina Mar¨ªa de Jes¨²s
Exposici¨®n Carolina Mar¨ªa de Jes¨²s, en octubre de 2021.Lela Beltr?o (Instituto Moreira Salles)

Perm¨ªtanme empezar diciendo desde d¨®nde hablo. Conoc¨ª a Aud¨¢lio Dantas (1929-2018) en vida, ya tarde. Yo ten¨ªa unos 40 a?os y para m¨ª era una leyenda del periodismo. Claro que una leyenda es algo grande, pero nunca les tuve mucho apego a las leyendas o a los h¨¦roes. El reportaje me ha ense?ado que las personas son ¡°solo¡± personas y que es mejor para todos ¡ªy tambi¨¦n para ellas¡ª que sigan si¨¦ndolo. Aud¨¢lio no caminaba solo. Cuando lo conoc¨ª, tambi¨¦n conoc¨ª a la peque?a familia que caminaba con ¨¦l, o con la que ¨¦l caminaba. Vanira, su esposa; Juliana, la hija mayor; Mariana, la hija menor; ambas fruto de su matrimonio. S¨¦ que tambi¨¦n est¨¢n Jos¨¦ y Ana, sus hijos mayores, pero solo los vi de pasada. Y la abuela. La abuela era la madre de Vanira. En cada evento period¨ªstico o de amigos, los cinco estaban all¨ª, con una alegr¨ªa llena de sonrisas y abrazos. Yo misma empec¨¦ a creer que si no estaban en la presentaci¨®n de mis libros, estos no tendr¨ªan suerte, porque faltar¨ªa amor en la cola. Nunca fuimos ¨ªntimos, pero nos ca¨ªamos bien. M¨¢s tarde, la abuela se quedar¨ªa ciega y se ir¨ªa. M¨¢s tarde a¨²n, Aud¨¢lio tambi¨¦n se ir¨ªa, de c¨¢ncer. Yo estaba muy lejos cuando sucedi¨® y no pude asistir a los rituales de despedida. As¨ª que mi nostalgia no tiene imagen.

A Carolina Maria de Jesus (1914-1977) nunca la conoc¨ª en vida. Conoc¨ª Cuarto de desechos. Y lo conoc¨ª tarde. Pocos a?os antes de conocer a Aud¨¢lio. Hubiera querido leer su libro m¨¢s famoso antes, pero no hab¨ªa nacido cuando se convirti¨® en un acontecimiento, a principios de los a?os 60. Y despu¨¦s, para m¨ª, el libro estuvo invisibilizado por el racismo estructural que borra a los negros en todos los sentidos, desde el literal hasta el metaf¨®rico. Solo lo le¨ª cuando empec¨¦ a cubrir los saraos de poes¨ªa de Cooperifa, en Piraporinha, en la zona sur de S?o Paulo, y otros movimientos culturales de las favelas y periferias, en la primera d¨¦cada de este siglo. Todos los escritores y lectores, casi sin excepci¨®n, se?alaban a Carolina como su primera referencia, la primera vez que se reconoc¨ªan en las p¨¢ginas de un libro, lo que, seg¨²n dec¨ªan, hab¨ªa cambiado su forma de verse a s¨ª mismos y a los dem¨¢s y tambi¨¦n su relaci¨®n con la literatura. Antes de leer su obra yo misma, conoc¨ª a Carolina a trav¨¦s del poderoso efecto transformador de su escritura. En cierto modo, Carolina fund¨® los movimientos literarios que no lleg¨® a conocer. Movimientos que tambi¨¦n eran de sublevaci¨®n y rebeli¨®n, de contrainvasi¨®n de las letras, hist¨®ricamente un instrumento de opresi¨®n de las ¨¦lites y, por tanto, de los blancos, para dejar fuera a todos los dem¨¢s. Carolina tambi¨¦n inspir¨®, en cierta medida, el hip-hop en Brasil, ra¨ªz de los movimientos literarios que emergieron despu¨¦s.

Le¨ª a Carolina antes de leer a Aud¨¢lio. Y la le¨ª sin saber que Aud¨¢lio hab¨ªa tenido un papel tan importante en la publicaci¨®n de su obra. En muchos sentidos, fui ignorante por llegar tan tarde tanto al libro de Carolina como a la comprensi¨®n del papel de Aud¨¢lio en la obra de Carolina. La blanquitud no solo es violenta, sino que tambi¨¦n atonta. Esto lo descubro y redescubro cada vez que leo un libro de autoras como Concei??o Evaristo y Ana Maria Gon?alves, o de todos los escritores negros de las muchas ?fricas, que solo ahora est¨¢n llegando a las librer¨ªas de Brasil. Me doy cuenta de cu¨¢ntas obras esenciales me perd¨ª, limitada a los cl¨¢sicos de la literatura europea, maravillosos pero blancos, y de los consagrados autores blancos en Brasil y blancos tambi¨¦n en lo poco que nos llegaba de las ?fricas hasta hace nada. La mayor¨ªa de ellos muy buenos, pero inscritos en una experiencia de vivir en este mundo, marcada por el racismo y el colonialismo. Hay otras experiencias. Muchas otras. En cierto modo, los movimientos literarios de las periferias, as¨ª como el hip-hop de los Racionais MC y otros, tambi¨¦n para m¨ª, una mujer blanca de clase media, han evidenciado universos.

La lectura de Carolina me dej¨® una marca en el cuerpo, la marca de quien entra en contacto con otro ser/estar en el mundo, con otro habitarse, con otra experiencia de existir. Tanto en el sentido m¨¢s objetivo, de ser el diario de una mujer negra de la favela de Canind¨¦, en S?o Paulo, Brasil, como en el sentido m¨¢s subjetivo, de las palabras creadas por Carolina a partir de las particularidades de su experiencia. Carolina no solo retrat¨® el mundo que solemos llamar ¡°real¡±, sino que cre¨® otra realidad a trav¨¦s de su escritura, dio a luz otra literatura, como hacen los escritores que son grandes. Como todas las que permanecen, la marca que me imprimi¨® Carolina no es f¨¢cil.

M¨¢s que la obra escrita de Aud¨¢lio, que adem¨¢s de libros incluye una colecci¨®n de importantes reportajes, para m¨ª la mayor fuerza de Aud¨¢lio era su capacidad de ver y actuar con un coraje y una rectitud poco comunes. No fue la ¨²ltima vez que lo vi, pero la misa del s¨¦ptimo d¨ªa de Ricardo Pinheiro en la Catedral da S¨¦, en S?o Paulo, en julio de 2017, ha quedado en mi memoria como la ¨²ltima. En aquella ocasi¨®n, un grupo de vecinos de Pinheiros, un barrio exclusivo de la ciudad, organiz¨® una misa con otras personas vinculadas a movimientos de derechos humanos, entre ellos Aud¨¢lio Dantas, para recordar la muerte del sintecho ejecutado por polic¨ªas militares. Aud¨¢lio fue el puente vivo entre dos momentos hist¨®ricos: la misa por la muerte del periodista Vladimir Herzog, ejecutado por la dictadura empresarial y militar (1964-1985) de Brasil, y la misa por la muerte de Ricardo Pinheiro, ejecutado por la Polic¨ªa Militar de S?o Paulo. La de Ricardo Pinheiro la celebr¨® el padre J¨²lio Lancelotti; la de Vladimir Herzog, monse?or Paulo Evaristo Arns, el rabino Henry Sobel y el pastor presbiteriano Jaime Wright. Aud¨¢lio un¨ªa los dos momentos, se?alando que Brasil ya empezaba a vivir otro per¨ªodo de excepci¨®n.

Con 85 a?os, Aud¨¢lio pronunci¨® el discurso m¨¢s fuerte ¡ªy m¨¢s l¨²cido¡ª del evento: ¡°En aquel momento, la misa ten¨ªa dos significados: el primero era el de venerar la memoria del periodista asesinado por la dictadura militar; pero tambi¨¦n ten¨ªa el sentido de despertar la conciencia nacional contra la violencia de la dictadura militar que encarcelaba, torturaba y asesinaba. En aquel momento, protestaban principalmente aquellos cuyos familiares, amigos y hermanos eran v¨ªctimas de la dictadura militar. En aquel momento, la dictadura militar comenz¨® a caer gracias a la participaci¨®n de la sociedad unida contra la violencia de la dictadura. (...) Logramos superar ese momento gracias a la unidad del pueblo, fue un movimiento de abajo hacia arriba. Superamos aquel momento, pero no superamos la indiferencia de la mayor¨ªa de la sociedad cuando la violencia se dirigi¨® a los pobres, a los negros, a los miserables de las periferias de las grandes ciudades. Siempre he dicho que esto tiene que ocurrir y creo que est¨¢ ocurriendo ahora mismo con los residentes de Pinheiros, un t¨ªpico barrio de clase media, lo que significa que estamos recuperando la conciencia de que es necesario luchar contra la violencia¡±.

En aquella ocasi¨®n, escrib¨ª en este espacio que el puente entre los dos momentos hist¨®ricos era tambi¨¦n un gesto de reparaci¨®n. Vladimir Herzog era un hombre blanco de clase media. Una parte importante de los que lucharon contra las torturas, los encarcelamientos y los asesinatos de la dictadura, al finalizar el r¨¦gimen olvidaron que las torturas y las ejecuciones continuaron siendo, en democracia, una pr¨¢ctica de las fuerzas de seguridad del Estado contra los m¨¢s pobres y, principalmente, los negros. Y la pol¨ªtica de encarcelamiento se acentu¨®. Haberle dado en ese momento a la muerte de Ricardo Nascimento el mismo tratamiento que se le dio a la muerte de Vladimir Herzog era un reconocimiento, por peque?o y enormemente tard¨ªo, de que la tortura y la ejecuci¨®n son inadmisibles para todos, no solo para la clase media y blanca.

Este era el Aud¨¢lio que yo admiraba y del que reconoc¨ªa la importancia antes de conocerlo. Despu¨¦s de conocerlo, aprend¨ª a admirarle todav¨ªa m¨¢s por su generosidad con todos los dem¨¢s, lo que significaba que siempre se implicaba en muchas actividades no remuneradas. Aud¨¢lio siempre vivi¨® mucho m¨¢s para la comunidad que para su familia. Tambi¨¦n sent¨ªa una admiraci¨®n enorme por su capacidad para sentarse en un bar a altas horas de la noche, con m¨¢s de 80 a?os, y comerse dos filetes con huevos fritos encima, jud¨ªas pintas y arroz, sin que le sentara mal al d¨ªa siguiente, todo ello mientras contaba deliciosas historias con personajes reales. Yo sol¨ªa llamarle en broma ¡°Monu¡±, una abreviaci¨®n de ¡°Monumento¡±, y ¨¦l rechazaba el homenaje diciendo que los monumentos serv¨ªan de retrete a las palomas. Como casi todo lo que hac¨ªa no era remunerado, y como las redacciones de prensa son crueles con sus periodistas m¨¢s notables cuando envejecen, las dificultades econ¨®micas de Aud¨¢lio, extendidas a su familia, eran tan indignas de todo lo que represent¨® y representa para el pa¨ªs como conocidas de sus amigos. Una y otra vez fue necesario salvar a Aud¨¢lio de desahucios varios. Ninguna verg¨¹enza para ¨¦l, toda la verg¨¹enza para la prensa brasile?a y para Brasil.

En 2011, organic¨¦ y comisari¨¦ un homenaje a Aud¨¢lio Dantas, con dos d¨ªas de debates sobre periodismo en el auditorio del Ita¨² Cultural, en S?o Paulo. Hasta entonces, nunca le hab¨ªa hablado de Carolina Maria de Jesus. Al hablarle, sent¨ª que hab¨ªa un malestar. Aud¨¢lio odiaba que dijeran que hab¨ªa ¡°descubierto¡± a Carolina. Si alguna vez utiliz¨® esa palabra, fue mucho antes de que yo lo conociera, porque en la conversaci¨®n que mantuvimos me dej¨® claro que no era as¨ª como ve¨ªa el episodio. Lo que contaba, cuando le obligaban, nunca de forma espont¨¢nea, era que hab¨ªa ido a la favela de Canind¨¦ a hacer un reportaje y escuch¨® a una mujer negra amenazando a unos ¡°grandullones¡± que se hab¨ªan apoderado de una especie de parque infantil muy raqu¨ªtico, impidiendo que los ni?os jugaran. La amenaza era sorprendente: ¡°?Voy a poner vuestro nombre en mi libro!¡±. Es mucho menos probable que Aud¨¢lio ¡°descubriera¡± a Carolina que que Aud¨¢lio ¡°fuera descubierto¡± por Carolina. Como sol¨ªa decir, fue Carolina quien lo encontr¨®.

En su libro Tempo de reportagem (2012), una recopilaci¨®n de sus mejores art¨ªculos period¨ªsticos, acompa?ados de sus historias entre bastidores, Aud¨¢lio escribe: ¡°Carolina acababa de dar una demostraci¨®n de fuerza y, a la vez, me hab¨ªa enviado un mensaje. (...) Llevaba a?os recorriendo las redacciones anunci¨¢ndose como ¡°poeta¡±, pero ning¨²n periodista la cre¨ªa. Que hubiera uno all¨ª en la favela ven¨ªa que ni pintado, parec¨ªa ca¨ªdo del cielo¡±. Carolina ya hab¨ªa sido protagonista de un art¨ªculo, en los a?os 40, y tambi¨¦n hab¨ªa conseguido que se publicaran algunos de sus poemas en a?os posteriores, pero sin causar mayor impresi¨®n.

Lo que Aud¨¢lio descubri¨® cuando Carolina le mostr¨® sus cuadernos fue que no ten¨ªa sentido que escribiera un reportaje sobre la favela de Canind¨¦ si ella ya hab¨ªa escrito un diario con mucha m¨¢s propiedad. As¨ª, public¨® extractos de su diario en Folha da Noite, en 1958, y luego en la revista Cruzeiro, donde se fue a trabajar al a?o siguiente. Dedic¨® un a?o a publicar el primer libro de Carolina. Al final del primer reportaje, por cierto, hab¨ªa un aviso de que los periodistas de Folha da Noite har¨ªan una peque?a colecta para publicar los diarios de Carolina en forma de libro, as¨ª como algunos cuentos e historietas. No fue necesario tras el ¨¦xito del reportaje. Cuarto de desechos, la primera obra publicada, en 1960, fue un acontecimiento m¨¢s all¨¢ de Brasil, y cambiar¨ªa la literatura ¡ªy la vida¡ª brasile?a para siempre. Recuerdo tambi¨¦n que, cuando hablamos de su trayectoria en el periodismo, Aud¨¢lio dijo, en broma pero en serio, que su mejor reportaje era el que no hab¨ªa escrito ¨¦l, sino el que escribi¨® Carolina Maria de Jesus. Reconocerlo y afirmarlo p¨²blicamente es algo grande ¡ªy duro¡ª para un periodista.

Aud¨¢lio solo contaba su historia con Carolina si alguien se lo ped¨ªa. Y claramente no le gustaba contarla, lo que me hizo pensar que hab¨ªa algo dif¨ªcil en su relaci¨®n. Pero eso nunca fue el centro de la m¨ªa con Aud¨¢lio, que estaba mucho m¨¢s vinculada a cuestiones de dictaduras, la de antes y la que se acercaba. Nunca sent¨ª que tuviera la intimidad suficiente como para preguntarle por su visible malestar al hablar de Carolina. Sin embargo, s¨¦ que, hasta el final de su vida, e incluso cuando estaba muy enfermo, Aud¨¢lio nunca eludi¨® la responsabilidad de contar su encuentro con Carolina a acad¨¦micos, bi¨®grafos, periodistas, estudiantes y a quienquiera que lo buscara. Aud¨¢lio sab¨ªa que ten¨ªa ese deber, que iba m¨¢s all¨¢ de su malestar personal, por todo lo que Carolina representa no solo para la literatura, que ya es enorme, sino para Brasil, este pa¨ªs fundado sobre cuerpos humanos, primero de los pueblos originarios, luego de los africanos esclavizados. De hecho, Aud¨¢lio, nacido en la min¨²scula ciudad de Tanque d¡¯Arca, en el nordeste de Brasil, que emigr¨® a S?o Paulo y estudi¨® a la vez que trabajaba en una panader¨ªa que tambi¨¦n le serv¨ªa de cama cuando ten¨ªa 14 a?os, solo est¨¢ considerado blanco en un pa¨ªs como Brasil. Pero, s¨ª, en Brasil es blanco.

Cuento todo esto para que quede claro desde d¨®nde hablo, cu¨¢l fue mi relaci¨®n con Aud¨¢lio Dantas y qu¨¦ represent¨® ¡ªy representa¡ª la obra de Carolina Maria de Jesus para m¨ª personalmente y para Brasil y el mundo, desde mi punto de vista no especializado. Y lo digo porque en este momento hay dos gestos en marcha: por un lado, el de borrar la importancia de Aud¨¢lio Dantas en la trayectoria de Carolina Maria de Jesus como escritora y, por otro, la reducci¨®n de Aud¨¢lio a un blanco, macho, opresor y explotador, que habr¨ªa oprimido a Carolina, se habr¨ªa esforzado por ser m¨¢s importante que ella y habr¨ªa impedido que el p¨²blico la conociera m¨¢s all¨¢ de la narraci¨®n de los diarios. Erigirse en el ¡°descubridor¡± de Carolina ser¨ªa un ejemplo contundente de esta actitud de ¡°se?orito¡±.

Primero. En Brasil, as¨ª como en otros pa¨ªses marcados por la esclavitud de los negros, todos los blancos ¡ªcategor¨ªa en la que me incluyo porque nac¨ª blanca y, por lo tanto, tengo todos los privilegios de blanca en un pa¨ªs que es estructuralmente racista¡ª son opresores. Son opresores aunque no lo sean personalmente, porque esta es una de las marcas del racismo estructural. Los blancos ya nacen con m¨¢s probabilidades de sobrevivir al parto que un beb¨¦ negro y esto es solo el principio de una larga trayectoria en la que las ventajas de la desigualdad racial ya est¨¢n dadas. Aunque individualmente no hayan provocado el racismo estructural, y aunque pongan la lucha contra el racismo estructural en el centro de su vida, todos los blancos, incluso los m¨¢s pobres, disfrutan en cierta medida de los privilegios de ser blanco en una sociedad racialmente desigual como la brasile?a. As¨ª, la ¨²nica actitud ¨¦tica es asumir no la culpa, que no tendr¨ªa sentido y a menudo sirve de antesala de la absoluci¨®n, sino la responsabilidad colectiva de acabar con el racismo estructural. Y eso es solo lo m¨ªnimo que hay que hacer para poder mirarse uno mismo al espejo sin verse obligado a bajar la cabeza.

Por eso fue un periodista blanco ¡ªy no una periodista negra¡ª quien encontr¨® a Carolina en la favela de Canind¨¦. Me parece que sin el contexto hist¨®rico y las circunstancias no se puede analizar ninguna relaci¨®n, porque las personas no son ajenas a las condiciones de la sociedad en la que viven. Por eso, vale la pena prestar atenci¨®n a las conclusiones del primer (lo cual ya dice mucho) Perfil racial y de g¨¦nero de la prensa brasile?a, publicado este mes de noviembre por el portal especializado Jornalistas&Cia. El estudio muestra que el 78% de los periodistas brasile?os se identifican como blancos y el 63% como hombres. Solo el 20% se considera negro (ya sea de piel oscura o mestizo, de piel m¨¢s clara). La prensa brasile?a, por tanto, en 2021, es m¨¢s blanca y masculina que la poblaci¨®n general, en la que el 56% se identifica como negra y el 52% como mujer. Este es el retrato racial y de g¨¦nero de las redacciones brasile?as, vale la pena repetirlo, en 2021. Es f¨¢cil imaginar cu¨¢l era la situaci¨®n en los a?os 50, cuando Carolina y Aud¨¢lio se encontraron. No hace falta ni siquiera imaginarlo, porque hay documentaci¨®n al respecto.

Entre las principales ¡°acusaciones¡± contra Aud¨¢lio est¨¢ el hecho de que tratara a Carolina como una escritora ¡°de la favela¡±, como si el hecho de serlo fuera lo que le diera valor, lo que habr¨ªa limitado la comprensi¨®n de su inmenso talento literario; el hecho de que editara los diarios de Carolina, suprimiendo partes que hoy se consideran esenciales; el hecho de que le insistiera a Carolina que deb¨ªa seguir escribiendo y publicando diarios, cuando el deseo de Carolina era publicar otro tipo de escritos. Hay otras acusaciones, pero estas me parecen las m¨¢s recurrentes.

Si estas son acusaciones pertinentes, Aud¨¢lio es culpable de todas ellas. Culpable, culpable y culpable. Realmente hizo todo eso. Pero es demasiado f¨¢cil mirar desde la actualidad una relaci¨®n establecida entre dos personas a finales de los 50 y principios de los 60. ?Aud¨¢lio podr¨ªa haberlo hecho de otra forma? Esta pregunta es esencial para cualquier debate honesto sobre el tema. Y dudo que Aud¨¢lio pudiera haberlo hecho de otra manera. Aqu¨ª, mi cr¨ªtica no especializada adquiere la experiencia de m¨¢s de tres d¨¦cadas como periodista en Brasil: m¨¢s de dos d¨¦cadas dentro de las redacciones y una tercera lidiando con ellas desde la distancia.

Incluso hoy, afirmo que muchos periodistas solo escribir¨ªan sobre Carolina, en lugar de defender ante sus jefes que ella hab¨ªa escrito el mejor texto sobre la vida cotidiana en la favela de Canind¨¦ y que, por lo tanto, era su texto el que tendr¨ªa sentido publicar, y no el texto del reportero con algunas citas de Carolina, como se suele hacer en diferentes casos. La actitud de Aud¨¢lio, por muy digna y period¨ªsticamente competente que sea, no era habitual, y sigue no si¨¦ndolo.

Tratarla como ¡°mujer de la favela¡±, algo que puede y debe ser cuestionado hoy, en ese momento era sin duda lo que la diferenciaba, lo que har¨ªa que los lectores leyeran el texto de una mujer negra de la que nunca hab¨ªan o¨ªdo hablar en un pa¨ªs donde el principal escritor, Machado de Assis, era objeto de tesis que omit¨ªan el hecho de que era negro. ?Cu¨¢ntas personas leer¨ªan el reportaje si se titulara ¡°El drama de la favela escrito por Carolina Maria de Jesus¡±, una no ilustre (para los est¨¢ndares de la ¨¦poca) desconocida, en lugar de ¡°El drama de la favela escrito por una mujer de la favela¡±, t¨ªtulo con el que se public¨®?

Hacer predicciones sobre el pasado es a¨²n m¨¢s complicado que hacerlas sobre el futuro, porque del pasado hay hechos y hay pruebas. Si alguien piensa que otro tratamiento ser¨ªa una opci¨®n que har¨ªa que Carolina fuese le¨ªda y el reportaje aprobado por el redactor jefe en 1958, debe presentar un argumento consistente. En la prensa que he conocido y conozco, nunca. Incluso en la primera d¨¦cada de este siglo, reporteros como yo tuvimos que luchar para incluir a entrevistados negros en las p¨¢ginas de las revistas. A no ser, por supuesto, que fuera en historias de cr¨ªmenes, narraciones de hambrunas (en ?frica) o historias sobre prostituci¨®n o sobre ¡°mulatas¡± en el carnaval. Hagan el ejercicio de contar las portadas y las p¨¢ginas interiores de Veja, ?poca e Isto¨¦, las principales revistas semanales de informaci¨®n del a?o 2000, a ver cu¨¢ntos negros hab¨ªa. Comprueben tambi¨¦n d¨®nde estaban los negros en los principales peri¨®dicos.

El cambio de enfoque que se est¨¢ produciendo es reciente, provocado desde el exterior hacia el interior de las redacciones, por la presi¨®n de los movimientos negros, de los movimientos de las mujeres negras y de personas transexuales, y todav¨ªa est¨¢ lleno de deslices m¨¢s que feos, como vemos constantemente. Este cambio de enfoque, a su vez, es el resultado de la pol¨ªtica de cuotas raciales, del estatuto de igualdad racial, de esta nueva generaci¨®n de negros que lleg¨® a las universidades por primera vez en la trayectoria de sus familias, del creciente protagonismo del feminismo negro y tambi¨¦n de la propuesta de enmienda constitucional para regular el trabajo de las empleadas del hogar que se populariz¨® como ¡°PEC de las dom¨¦sticas¡±. Todos fueron fen¨®menos, pol¨ªticas y cambios en la legislaci¨®n de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas que provocaron una fuerte reacci¨®n contraria de las ¨¦lites. Estas pol¨ªticas p¨²blicas, a su vez, fueron resultado en gran medida de la lucha de los movimientos negros, en un ciclo constante de presiones, avances y retrocesos, como el que actualmente enfrentamos en Brasil. As¨ª es como se mueve el mundo, generalmente con una lentitud insoportable para hacer justicia, con una aceleraci¨®n brutal para perpetuar las injusticias.

Hoy en d¨ªa, un diario de Carolina Maria de Jesus encontrar¨ªa los libros de varias escritoras negras, reconocidas solo desde hace poco, pero cuya obra deber¨ªa haber llegado a las librer¨ªas, a los festivales de literatura y a la notoriedad d¨¦cadas antes si el criterio hubiera sido la calidad literaria, y no la raza y el g¨¦nero. Hoy, por un lado, habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil para Carolina, porque hay varios ejemplos de escritoras negras recientemente consagradas, y, a la vez, habr¨ªa sido m¨¢s dif¨ªcil, porque ella habr¨ªa sido una m¨¢s. Genial, pero una m¨¢s. Sin embargo, a finales de los 50 no. En 1958, Aud¨¢lio tuvo que contar con el entusiasmo de sus colegas y la ins¨®lita suerte de tener como jefe a un gran periodista, Hideo Onaga. Presionar para que se publicaran extractos de los diarios de Carolina Maria de Jesus en el peri¨®dico no era m¨¢s que la obligaci¨®n de cualquier buen periodista, en mi opini¨®n. Pero rara vez funcionaba ¡ªy funciona¡ª as¨ª.

Hoy, cuando Carolina Maria de Jesus se ha convertido en un icono, es muy f¨¢cil decir que los diarios deber¨ªan haberse publicado en su totalidad. Me gustar¨ªa ver si estas mismas personas que acusan a Aud¨¢lio con tanta facilidad conseguir¨ªan hacerlo hace d¨¦cadas, cuando nadie conoc¨ªa a Carolina. Hoy, cuando Carolina se ha convertido en una referencia, celebrada y analizada en tesis acad¨¦micas y en exposiciones en importantes instituciones, con su obra publicada por una editorial de renombre, es muy f¨¢cil decir que Carolina deber¨ªa haber podido publicar el g¨¦nero literario que hubiese querido. En aquella ¨¦poca, me pregunto qu¨¦ editoriales publicar¨ªan los libros de una mujer negra de la favela de Canind¨¦ si no fuera para contar su vida cotidiana.

Afirmo, con convicci¨®n basada en los hechos, que Aud¨¢lio Dantas hizo lo mejor que pudo en el contexto de la ¨¦poca y las circunstancias con las que lidi¨®. Si se equivoc¨®, lo hizo tratando de hacerlo lo mejor posible, y esto debe tenerse en cuenta. Con todo lo que se ha revelado hasta ahora, creo que Aud¨¢lio acert¨® mucho m¨¢s de lo que se equivoc¨®. Tom Farias, bi¨®grafo de Carolina, declar¨® al peri¨®dico Folha de S. Paulo: ¡°Carolina no habr¨ªa tenido la menor oportunidad como escritora si ¨¦l [Aud¨¢lio] no hubiera aparecido. No veo ning¨²n sentido en los intentos de demonizarlo ahora y creo que es muy injusto para ¨¦l¡±.

Creo que cada uno de nosotros ha encontrado personas que han sido clave en su vida, que han representado puntos de inflexi¨®n. Eso si hemos tenido suerte. Si las relaciones fueran m¨¢s justas y el acceso estuviera garantizado para todos, tal vez no necesitar¨ªamos el apoyo de estas personas, pero todo lo que tenemos para crear una vida, aparte del deseo, son el contexto y las circunstancias. E inmersos en ellos luchamos por hacer que sean m¨¢s justos para las generaciones futuras. Ser¨ªa estupendo que todo hubiera sido diferente y que Carolina no hubiera necesitado el apoyo de un periodista blanco. Pero lo necesit¨®. No porque le faltara talento, sino porque Brasil era y todav¨ªa es un pa¨ªs brutalmente racista, y tambi¨¦n mis¨®gino. Y no por culpa de Aud¨¢lio Dantas. Creo que, al apoyar a Carolina, Aud¨¢lio pretend¨ªa aportar su grano de arena en la b¨²squeda de la justicia y en la lucha contra el racismo estructural, aunque su generaci¨®n viera la desigualdad m¨¢s a trav¨¦s del prisma de la lucha de clases que del de la raza.

La brutalidad del contexto y de las circunstancias se hizo expl¨ªcita en las ¡°bromas¡± que Aud¨¢lio escuch¨® de sus colegas durante muchos a?os: ¡°?Chico, te tomaste muchas molestias para inventarte el libro de la negra!¡±. En los a?os noventa, bastante despu¨¦s de la muerte de Carolina, todav¨ªa lo acosaba un cr¨ªtico literario de razonable reputaci¨®n que intentaba demostrar que todo era un fraude de Aud¨¢lio, el verdadero autor de los diarios. Para este cr¨ªtico, una ¡°mujer de la favela¡± no pod¨ªa utilizar los t¨¦rminos que usaba Carolina, como ¡°astro rey¡± en lugar de ¡°sol¡±. Unas d¨¦cadas m¨¢s tarde y habiendo muerto Aud¨¢lio, hoy los ataques se han invertido: Aud¨¢lio ser¨ªa el opresor de Carolina, el saboteador de sus textos al atreverse a editarlos y el que se aprovech¨® de su fama, de la que habr¨ªa sido el principal beneficiario. Todo muy revelador del momento, el contexto y las circunstancias. Ser¨ªa fascinante por lo que expresa sobre la sociedad brasile?a, si no destrozase a gente.

El reconocimiento de la importancia de la obra de Carolina no debe borrar el reconocimiento del papel de Aud¨¢lio, porque ser¨ªa borrar todo el contexto y las circunstancias de ambos. Y tambi¨¦n, simplemente, porque no es justo. Carolina se hizo grande por su talento, y se convirti¨® en una referencia porque durante mucho tiempo fue la ¨²nica escritora negra, de la favela, que destac¨® en Brasil y en el mundo sin que la cr¨ªtica especializada la ¡°blanqueara¡±. Y si Carolina lo consigui¨®, fue tambi¨¦n porque Aud¨¢lio luch¨® por ella y con ella.

Por supuesto, una vez consumado el ¨¦xito de los diarios (y solo despu¨¦s), Aud¨¢lio se convirti¨® en un periodista a¨²n m¨¢s conocido y reconocido, por lo que le ofrecieron un trabajo en la revista Cruzeiro, la m¨¢s importante de la ¨¦poca y uno de los hitos en la historia de la prensa brasile?a, donde public¨® un nuevo reportaje con extractos de los diarios de Carolina. ?Y qu¨¦ problema hay? Es cierto que desempe?¨® su funci¨®n de periodista con competencia y merece un reconocimiento por ello. Si hubiera salido mal por cualquier motivo, Aud¨¢lio habr¨ªa sido crucificado por los mismos que lo adularon, que no quepa duda. Del mismo modo que algunos de los que lo trataban ¡ªen contra de su voluntad¡ª como ¡°el descubridor de Carolina Maria de Jesus¡±, hoy lo crucifican p¨²blicamente.

A pesar del reconocimiento que le dio el ¨¦xito de Carolina (reconocimiento sin dinero la mayor¨ªa de las veces, cabe se?alar), sospecho que Aud¨¢lio habr¨ªa preferido que fuera otro el periodista que estaba en la favela de Canind¨¦. Es solo una percepci¨®n de sus expresiones y r¨¢pidos cambios de tema cuando le preguntaba por Carolina. Puede que est¨¦ totalmente equivocada, pero creo que es importante dejar constancia de lo que percib¨ª en mis contactos personales con ¨¦l cuando preparaba el acto en su honor. Me parece que hasta el final Aud¨¢lio intent¨® centrarse mucho m¨¢s en su papel en la resistencia a la dictadura empresarial y militar, donde fue protagonista de primera l¨ªnea, que en el ¡°descubrimiento de la escritora negra m¨¢s importante de Brasil¡±. Nunca escribi¨®, por ejemplo, un libro sobre esta relaci¨®n y estos acontecimientos entre bastidores, como habr¨ªan hecho muchos en su lugar.

La relaci¨®n entre Carolina y Aud¨¢lio fue (muy) dif¨ªcil en varios momentos. Y dej¨® marcas dolorosas en Aud¨¢lio, aunque en general guard¨® silencio al respecto. En las cartas, es posible encontrar tanto acusaciones violent¨ªsimas de Carolina contra Aud¨¢lio, como se esfuerzan en encontrar los que quieren transformar a Aud¨¢lio en un villano, como fabulosos halagos de la misma Carolina al mismo Aud¨¢lio. Las personas son muchas al mismo tiempo, como sabemos por experiencia, y tambi¨¦n otras en diferentes tiempos.

La relaci¨®n entre Carolina y Aud¨¢lio deber¨ªa ser objeto de varias tesis y libros, porque desvela las condiciones de toda una ¨¦poca. Tesis y libros de autores capaces de recordar que no se trata de dos personajes, sino de personas que vivieron y se expusieron a la vida. Investigada y escrita con honestidad, la relaci¨®n de estas dos personas nos dir¨ªa mucho sobre Brasil y la complejidad de las interacciones humanas en un pa¨ªs estructuralmente racista. Espero que alg¨²n d¨ªa existan estos libros. Sobre Carolina hay al menos una hermosa biograf¨ªa, de Tom Farias. Sobre Aud¨¢lio, una biograf¨ªa que ya tarda.

Lo que no debe hacerse, lo que es hacer un flaco favor, es borrar una dimensi¨®n importante tanto de la vida de Carolina como de la de Aud¨¢lio, as¨ª como diversos aspectos de la sociedad brasile?a y del selecto club de las letras. Lo que no debe hacerse es reducir a dos personas complejas de la historia reciente de Brasil a los personajes planos de la v¨ªctima y el villano, porque supuestamente conviene. Lo que no debe hacerse es convertir a Aud¨¢lio Dantas en la encarnaci¨®n del racismo estructural, el patriarcado y el machismo de Brasil, y a Carolina en una v¨ªctima que se limit¨® a lamentar esa condici¨®n en diarios y cartas, lo que no hace justicia a la mujer que fue, seg¨²n sus escritos y todos los relatos sobre ella.

Carolina era fuerte. Aud¨¢lio tambi¨¦n. Y ambos libraron diferentes combates en el mundo exterior y tambi¨¦n en el interior. Me atrevo a decir que haber encontrado a Aud¨¢lio en la favela fue importante para Carolina y por eso, inteligente como era, ella lo encontr¨®. Y, por eso, Brasil pudo conocer a una de las escritoras m¨¢s impactantes de su historia, que por todo lo que representaba y por todo lo que escribi¨® inspir¨® movimientos culturales fundamentales que se enfrentaron directamente a la Casa Grande que a¨²n persiste en Brasil.

En la ¨²ltima pol¨¦mica sobre el ¡°villano¡± Aud¨¢lio, parte de los defensores del legado de Carolina acusan a la familia Dantas de apropiarse de tres diarios in¨¦ditos de la escritora, que descubri¨® Juliana en los archivos de su padre cuando buscaba pruebas para defenderlo. Juliana los entreg¨® a su bi¨®grafo Tom Farias para que los analizara y encontrara la mejor manera de hacerlos p¨²blicos. Aud¨¢lio, por desgracia, ya no est¨¢ vivo para explicar por qu¨¦ no don¨® estos documentos a la Biblioteca Nacional, como hizo con todos los dem¨¢s.

Tenemos mucho por lo que luchar en Brasil, que vive uno de los momentos m¨¢s bajos de una historia llena de momentos bajos: el racismo estructural, con la persistente destrucci¨®n de los cuerpos negros e ind¨ªgenas, el peor de la larga serie de cr¨ªmenes. Tenemos mucha gente contra la que luchar, empezando por el actual presidente, Jair Bolsonaro, antes de que mueran m¨¢s brasile?os, la mayor¨ªa de ellos negros. Aud¨¢lio no es ni fue uno de los enemigos de Brasil, de los negros o de Carolina. Al contrario. Su voz l¨²cida y valiente, as¨ª como su dignidad, se echan mucho de menos en el momento brutal en que vivimos. Aud¨¢lio, como Carolina, tambi¨¦n es ra¨ªz. Espero que podamos contener la voluntad de destruir para mantener fuertes estas dos ra¨ªces, cada una de un ¨¢rbol diferente, en este pa¨ªs tan arrancado de todo lo que vive.


Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de ocho libros, entre ellos Brasil, construtor de ru¨ªnas: um olhar sobre o pa¨ªs, de Lula a Bolsonaro y Banzeiro ¨°k¨°t¨®, uma viagem ¨¤ Amaz?nia Centro do Mundo.

Web: elianebrum.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter, Instagram y Facebook: @brumelianebrum.

Traducci¨®n de Meritxell Almarza.

Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

M¨¢s informaci¨®n

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com