Informaci¨®n completa en diferido
Noticias sobre listas de espera han levantado cr¨ªticas de los lectores por falta de contexto
El principio ¨¦tico del Libro de estilo m¨¢s reiterado en esta columna se?ala que EL PA?S debe ofrecer diariamente la informaci¨®n veraz, actual y lo m¨¢s completa posible para que el lector pueda formarse su propio criterio. Los hechos que se narran, a?ade el libro, solo ser¨¢n bien comprendidos si las informaciones incluyen los datos y el contexto adecuados. Incumplimos en ocasiones esa regla de oro y, con raz¨®n, los lectores nos lo afean.
Dos informaciones sobre listas de espera para especialistas en la Sanidad p¨²blica han levantado quejas y cr¨ªticas de los lectores. La primera, de...
El principio ¨¦tico del Libro de estilo m¨¢s reiterado en esta columna se?ala que EL PA?S debe ofrecer diariamente la informaci¨®n veraz, actual y lo m¨¢s completa posible para que el lector pueda formarse su propio criterio. Los hechos que se narran, a?ade el libro, solo ser¨¢n bien comprendidos si las informaciones incluyen los datos y el contexto adecuados. Incumplimos en ocasiones esa regla de oro y, con raz¨®n, los lectores nos lo afean.
Dos informaciones sobre listas de espera para especialistas en la Sanidad p¨²blica han levantado quejas y cr¨ªticas de los lectores. La primera, del d¨ªa 5 del mes pasado, apareci¨® en la portada con este t¨ªtulo: ¡°Medio mill¨®n de madrile?os, en lista de espera de hasta 18 meses¡±. La informaci¨®n destacaba que, por vez primera, Madrid superaba el medio mill¨®n de pacientes en lista de espera con el especialista ¡°con citas para dentro de un a?o¡±.
Nada de eso era falso, pero la informaci¨®n estaba incompleta. Varios lectores se quejaron de que, con ese planteamiento, con ese destacado t¨ªtulo, EL PA?S daba a entender que la Comunidad de Madrid registraba la peor o una de las peores tasas de Espa?a y que por eso la resaltaba. ¡°Bas¨¢ndose en datos reales, los reflejan de manera tan parcial que determinan la conclusi¨®n¡±, critic¨® Carlos Hern¨¢ndez Guarch, quien lament¨® ese ¡°estruendoso titular¡±.
Enrique Sainz tambi¨¦n se quej¨®: ¡°Los lectores tenemos derecho a que nos den los datos (de otras comunidades) para poder comparar y decidir entonces si est¨¢n haciendo bien, mal o muy mal las cosas¡±.
En el texto se indicaba que ¡°toda Espa?a sufre el embudo de la demanda desatendida tras la covid¡±, pero no se aportaban cifras de otras regiones. No se hac¨ªa porque en ese momento no exist¨ªan datos oficiales homog¨¦neos y actuales. Alg¨²n periodista de los ocho que firmaban el texto asume que su intenci¨®n inicial era incluir datos de todas las comunidades, pero que result¨® una misi¨®n imposible. El lector Enrique Sainz pareci¨® intuir eso mismo porque escribi¨®: ¡°No han mentido, pero es una manera de falsear la realidad¡±.
Para tener la informaci¨®n completa, hubo que esperar dos semanas. El 17 de noviembre, y con datos oficiales del Sistema Nacional de Salud recabados en junio, el peri¨®dico cont¨® que Madrid ten¨ªa en esa lista de espera a 37,5 personas por cada 1.000 habitantes, pero que la media en Espa?a era de 62 personas. Y que el tiempo medio de espera en Madrid, seg¨²n ese informe oficial enlazado en la informaci¨®n, es de 35 d¨ªas frente a los 75 en el conjunto de Espa?a. Solo quienes leyeron las dos informaciones pudieron tener datos y contexto adecuados para formarse su criterio.
Incompleta, o al menos muy antigua, tambi¨¦n ha sido la reiterada informaci¨®n en estas semanas pasadas de que el 39% de los espa?oles son consumidores de prostituci¨®n, un porcentaje solo superado en Puerto Rico y Tailandia. Se trata de una afirmaci¨®n recurrente, publicada a?o tras a?o en id¨¦nticos t¨¦rminos en medios espa?oles o en otros como The Guardian, The Independent o la BBC.
En p¨¢ginas especializadas o en las redes nos han sacado los colores. Como origen del dato se cita a veces un informe de 2016 de una fundaci¨®n francesa, que lo recogi¨® de un documento de 2011 de una asociaci¨®n de atenci¨®n a prostitutas (APRAMP), pero otros medios lo remiten a un texto de la ONU de 2010. El mismo dato, sin embargo, ya se public¨® hace 20 a?os en un an¨¢lisis de Sven-Axel Manssen, quien precisaba que el dato proced¨ªa¡ ?de 1992! ?Lo seguimos dando como v¨¢lido? Mejor que no.
Otros lectores, como Hugo Monteverde o Mar¨ªa Dolores Gauna, se han quejado de que en una columna de opini¨®n se afirmara que el actual Gobierno, ¡°consecuente con sus prejuicios, ha suprimido el estudio de la Filosof¨ªa¡±. Sin embargo, el peri¨®dico ha informado de que la asignatura de Filosof¨ªa ser¨¢ optativa en cuarto curso de la Ense?anza Secundaria, mientras en Bachillerato ser¨¢ obligatoria la de Historia de la Filosof¨ªa.
Otra laguna recurrente para algunos lectores es que los autores de algunos textos de opini¨®n no queden suficientemente identificados, que es lo que exige el Libro de Estilo para firmas no habituales en el peri¨®dico. La ¨²ltima queja la ha enviado Domingo Ochoa, quien lamenta que en el pie de foto de una tribuna de Juan-Jos¨¦ L¨®pez-Burniol se diga solo que ¡°es notario¡± cuando, adem¨¢s, es vicepresidente de la Fundaci¨®n la Caixa.
Con estas quejas y cr¨ªticas, los lectores demuestran estar bien informados, pero quiz¨¢s por eso nos exigen que no bajemos del nivel que nosotros mismos nos hemos impuesto. Nada que objetar.
Puede enviar sus cuestiones a defensor@elpais.es
O preguntar en el blog El Defensor del Lector contesta