Confusi¨®n estrat¨¦gica
En ambas orillas atl¨¢nticas crece la demanda de una nueva estrategia disuasiva para frenar a Putin y a Xi Jinping.
Es una transici¨®n. Dif¨ªcil e incierta. No sabemos muy bien a d¨®nde vamos, pero s¨ª de d¨®nde venimos: de la ambig¨¹edad estrat¨¦gica. Con ella pudimos construir la econom¨ªa global y el mundo de hoy, que es el nuestro, tras superar la ¨¦poca de claridades excesivas y divisivas de la Guerra Fr¨ªa.
Sirvi¨® para desmontar un imperio autoritario armado hasta los dientes, capaz de competir con el otro imperio y mantener entre ambos a la humanidad en tensi¨®n. Fue una victoria rotunda, destacadamente en el terreno de las ideas. La ambig¨¹edad aconsej¨® atenuar el entusiasmo de los vencedores y, sobre todo, incorporar a la prosperidad global a quienes estaban antes excluidos, oportunidad que aprovecharon muchos dirigentes derrotados para convertirse en oligarcas corruptos.
El ¨¦xito indiscutible ha sido la incorporaci¨®n de una cuarta parte de la humanidad, hasta entonces sometida a la peor y m¨¢s aislada dictadura, primero a la producci¨®n, despu¨¦s al consumo y finalmente al conocimiento y a la tecnolog¨ªa. Quedaron ocultas las cuentas pendientes y los malos instintos expansionistas de un r¨¦gimen monstruoso, de pronto recuperado para la vida internacional. Aquella eficaz ambig¨¹edad cre¨® la ilusi¨®n de dos sistemas enemigos que confluir¨ªan en un solo pa¨ªs, y de ciudades y regiones autogobernadas que fueran reconocidas como parte inseparable de aquella inmensa patria sin perder a la vez ninguna de sus libertades.
Esto se acab¨®. La ambig¨¹edad ya no sirve. La prosperidad no desemboca en la democracia. El imperio derrotado quiere revivir agresivamente. El otro imperio renacido se siente con fuerzas para hacerse con las riendas del mundo. Con la claridad de sendas dictaduras brutales y aliadas.
Enfrente, la confusi¨®n ha sucedido a la ambig¨¹edad. Nadie sabe muy bien si hay que apaciguar a las dos fuerzas amenazantes o regresar a la claridad que condujo a las grandes victorias, en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Fr¨ªa. Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations, el m¨¢s destacado think tank estadounidense, le ha pedido a Biden que no se ande por las ramas. Si Taiw¨¢n es atacada, debe ¡°responder con todos los instrumentos a su alcance, incluyendo severas sanciones econ¨®micas y la fuerza militar¡± (El peligro creciente de la ambig¨¹edad de EE UU sobre Taiw¨¢n. Foreign Affairs, 13-XII-2021).
En ambas orillas atl¨¢nticas crece la demanda de una nueva estrategia disuasiva para frenar a Putin y a Xi Jinping. Si Washington todav¨ªa no se aclara respecto a China, m¨¢s confusa es la estrategia de los europeos respecto a Rusia, temerosos de que Mosc¨² busque una paz aparte con Washington e incluso con Berl¨ªn, a costa del resto. El term¨®metro ser¨¢ el gasoducto Nord Stream 2, cuyo futuro est¨¢ en manos del nuevo Gobierno alem¨¢n.
M¨¢s all¨¢ del vac¨ªo estrat¨¦gico trumpista y de la confusi¨®n actual, no habr¨¢ di¨¢logo entre adversarios ni se sostendr¨¢ la econom¨ªa globalizada sin alg¨²n margen para la ambig¨¹edad. La claridad absoluta puede ser tan deslumbrante como destructiva.
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