Taiw¨¢n en el punto de mira
Pek¨ªn da por inexorable la anexi¨®n de la isla y amenaza as¨ª el poder de Estados Unidos en la zona
Con Xi Jinping a punto de conseguir su tercer mandato, China est¨¢ pasando a una nueva velocidad. Junto a la concentraci¨®n de poder y al mimetismo del culto a la personalidad mao¨ªsta, est¨¢ abandonando las ideas motrices del ascenso econ¨®mico formuladas por Deng Xiaoping tras la muerte de Mao. Pek¨ªn ya no quiere ¡°esconder sus capacidades¡± ni ¡°esperar el momento adecuado¡±. La idea de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, que permiti¨® la devoluci¨®n de Hong Kong, tampoco alberga la quimera de un crecimiento capitalista que desemboque en una democracia. Ni sirve para la ambig¨¹edad calculada de Washington, que reconoci¨® el lema de ¡°una sola China¡±, representada por el r¨¦gimen comunista, pero sigui¨® protegiendo la vida separada de Taiw¨¢n, convertido en escaparate de democracia y de prosperidad.
No es extra?o el auge del independentismo en la isla, aunque su estatus actual ¡ªuna soberan¨ªa efectiva, sin declaraci¨®n de independencia ni pleno reconocimiento internacional¡ª es suficiente garant¨ªa para su vibrante sociedad abierta y democr¨¢tica. Con la brusca salida estadounidense de Kabul, pistoletazo de salida en la carrera por la hegemon¨ªa asi¨¢tica, Taiw¨¢n se sit¨²a ahora en el punto de mira de Pek¨ªn. De ah¨ª que haya la actual escalada de gesticulaci¨®n militar china, con sobrevuelos cada vez m¨¢s frecuentes dentro del espacio de identificaci¨®n a¨¦rea taiwan¨¦s, pruebas con misiles hipers¨®nicos y construcci¨®n de nuevos silos para misiles intercontinentales. Los dirigentes de ambos lados del estrecho han entrado tambi¨¦n en una escalada de intimidaciones. Desde Pek¨ªn se da por inexorable la anexi¨®n, incluso bajo mandato de Xi Jinping, mientras que algunas evaluaciones militares de Taip¨¦i consideran que las fuerzas armadas de Pek¨ªn estar¨¢n preparadas en 2025 para una invasi¨®n.
Taiw¨¢n es la pieza central de la geometr¨ªa asi¨¢tica del poder. La anexi¨®n, incluso pac¨ªfica, significar¨ªa la expulsi¨®n de Estados Unidos y actuar¨ªa como un domin¨® sobre sus aliados, especialmente Australia, Corea del Sur y Jap¨®n, obligados a acomodarse a la nueva hegemon¨ªa de China. Ser¨ªa un golpe para la democracia liberal y dar¨ªa luz verde al ascenso de Pek¨ªn como aut¨¦ntico imperio del centro de la vasta extensi¨®n euroasi¨¢tica y africana, en correspondencia literal con lo que significa la palabra China. Con Europa arrinconada y desorientada en una esquina euroasi¨¢tica, el r¨¦gimen imagina as¨ª una globalizaci¨®n china en la que Estados Unidos se repliega en el continente americano, en una combinaci¨®n de aislacionismo y desentendimiento.
La encrucijada es dif¨ªcil para Washington, donde hay un fuerte consenso bipartidista sobre el peligro que se avecina, pero m¨¢s lo es para Bruselas, es decir, Uni¨®n Europea y OTAN, donde son notables las divisiones y el desconcierto sobre la posici¨®n exacta a adoptar en el mundo bipolar que ha empezado a configurarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.