Los pol¨ªticos que no amaban las lenguas
Me resulta grotesco que algunos dirigentes se rasguen las vestiduras con el tema del castellano en las aulas mientras sueltan discursos en los que la preocupaci¨®n por el lenguaje brilla por su ausencia
Agradezco que las circunstancias me abocaran al poliglotismo desde peque?a. Lo que para algunos es una especie de enfermedad ante la que hay que poner barreras, para m¨ª es una bendici¨®n que me ha permitido ampliar enormemente mis horizontes. Hablo varias lenguas porque mi familia me transmiti¨® el rife?o y cuando era peque?a aterric¨¦ en un barrio donde ya estaba instaurada la inmersi¨®n. Una inmersi¨®n nada dogm¨¢tica, sin sue?os de pureza y que yo percibo como mayoritaria aunque los fan¨¢ticos siempre griten m¨¢s. Dentro del aula aprend¨ª catal¨¢n y en el patio me socialic¨¦ en castellano. Ahora llegan y nacen en Catalu?a ni?os que con pocos a?os ya dominan dos o tres lenguas. El monoling¨¹ismo es para ellos una situaci¨®n inimaginable.
Hay que recordar que la inmersi¨®n fue concebida para permitir la escolarizaci¨®n de los catalanohablantes en su lengua, pero tambi¨¦n para hacer accesible el catal¨¢n a los hijos de la inmigraci¨®n y que as¨ª no quedasen excluidos en una sociedad donde esta lengua existe, no es un invento de los nacionalistas, a pesar de que ellos la hayan manoseado tanto. A m¨ª me resulta grotesco que algunos pol¨ªticos de por aqu¨ª se rasguen las vestiduras con el tema del castellano en las aulas mientras sueltan discursos en los que la preocupaci¨®n por el lenguaje brilla por su ausencia. No citan nunca ni un solo libro escrito en catal¨¢n, como si de un c¨®digo vac¨ªo de contenido se tratara. Claro que para matices sem¨¢nticos los del Pablo Casado que tiende a Vox y que, sin verg¨¹enza alguna, es capaz de comparar la inmersi¨®n con el apartheid en un ejercicio de descarado cinismo hiperb¨®lico.
Se dir¨ªa, con toda la pol¨¦mica de estos d¨ªas, que el mayor problema del sistema educativo catal¨¢n es la lengua. No la masificaci¨®n de aulas, ni que haya tantos docentes quemados despu¨¦s de estar sometidos a los vaivenes de las pol¨ªticas educativas de los ¨²ltimos tiempos, ni los niveles de desigualdad, ni los muchos problemas que tiene que atender la escuela que nada tienen que ver con la ense?anza. A estas alturas es rid¨ªculo que se siga repitiendo el mantra del ¨¦xito de la inmersi¨®n teniendo en cuenta los niveles de fracaso escolar. ?El ¨¦xito es fracasar igual que el resto de sistemas? Tampoco es una varita m¨¢gica contra la exclusi¨®n cuando el ascensor social se ha convertido en una resbaladiza pared vertical.
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