Despu¨¦s del volc¨¢n de La Palma
La isla necesita recursos suficientes y agilidad en su tramitaci¨®n para superar las p¨¦rdidas bajo la lava
La isla de La Palma comienza a despertar de la peor pesadilla de su historia. Pasar¨¢ alg¨²n tiempo hasta que se pueda calibrar la factura total que ha dejado la lava expulsada por el volc¨¢n de Cumbre Vieja durante los tres ¨²ltimos meses. La ¨²ltima cuantificaci¨®n del Gobierno de Canarias data de principios de diciembre. Por aquel entonces, los da?os y coste de la emergencia ascend¨ªan ya a 843 millones de euros. Las infraestructuras viarias arrasadas suponen el grueso de esta cuenta (228 millones), seguida por la destrucci¨®n de cultivos de plataneras y las p¨¦rdidas de producci¨®n asociadas (200 millones) o la destrucci¨®n de edificaciones (165 millones).
El Gobierno del presidente ?ngel V¨ªctor Torres (PSOE) tiene ante s¨ª uno de los retos m¨¢s complicados de una legislatura que, apenas en su ecuador, ya se ha visto salpicada de incendios, crisis migratorias, pandemias y ceros tur¨ªsticos. Tanto el Ejecutivo aut¨®nomo como el Cabildo de La Palma (Partido Popular) y ayuntamientos como los de El Paso (Coalici¨®n Canaria) o Los Llanos de Aridane (PP) se han aplicado con denuedo en la gesti¨®n de las ayudas. Adem¨¢s, la reconstrucci¨®n de una isla como La Palma, con 83.300 habitantes, demanda reducir la excesiva dependencia de una actividad fuertemente subvencionada como la platanera o favorecer una oferta tur¨ªstica apetecible para nuevas generaciones.
Tiempo es precisamente lo que no tienen tanto el Gobierno central como el aut¨®nomo o las corporaciones locales. Los palmeros comienzan a impacientarse por la lentitud en la llegada de ayudas y donaciones. M¨¢s de 7.000 residentes han tenido que recurrir a la solidaridad p¨²blica o, sobre todo, a la de familiares y amigos. De ellos, en torno a 2.300 han perdido su hogar. Si las administraciones quieren evitar y aliviar el desarraigo, la tensi¨®n y el golpe emocional de la poblaci¨®n, ser¨¢ necesario un r¨¢pido reordenamiento del territorio y una flexibilizaci¨®n de la ley del suelo que permita construir en zonas r¨²sticas. Aun con estas modificaciones legales, muchos palmeros tendr¨¢n que hacerse a la idea de que no podr¨¢n recuperar el estilo de vida rural, y la reordenaci¨®n del territorio tendr¨¢ que prever que m¨¢s pronto que tarde surgir¨¢ otro volc¨¢n en el macizo de Cumbre Vieja.
Pero tampoco alcanza el dinero comprometido a tantos da?os. La aportaci¨®n anunciada por el Gobierno de Espa?a y el de Canarias apenas supone la mitad de la factura provisional, y el Fondo de Solidaridad de la UE ¨²nicamente atiende el 2,5% del balance total de da?os, restringido a la reparaci¨®n de bienes y servicios de titularidad p¨²blica. La gesti¨®n del posvolc¨¢n supone no solo un examen de la capacidad de acci¨®n eficaz de las administraciones p¨²blicas, sino, sobre todo, la exigencia de llegar a acuerdos r¨¢pidos con instituciones de distinto color para poner al ciudadano por delante de los intereses pol¨ªticos.
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