Colombia ha acogido a refugiados venezolanos. Ahora debe dar un paso m¨¢s
Ayudar a los exiliados venezolanos a llegar a su destino final en autob¨²s no solo ser¨ªa un gesto humano, sino que adem¨¢s ser¨ªa conveniente en t¨¦rminos econ¨®micos

Un adolescente venezolano de 16 a?os abrazaba a su perro sentado a un costado de la carretera. Estaban en el P¨¢ramo de Berl¨ªn, en Colombia, el punto m¨¢s alto en la ruta que toman los venezolanos que cruzan a pie la frontera entre Venezuela y Colombia, donde las temperaturas pueden descender hasta 0 ¡ãC. El joven, junto con otros dos de su edad, llevaban horas caminando.
Tal vez incluso m¨¢s doloroso que escuchar sus historias, fue la sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu y la certeza de que parte de su sufrimiento era innecesario.
En 2018, vimos a algunos de los primeros cientos de caminantes venezolanos, incluidas mujeres embarazadas, ni?os y ni?as, que caminaban durante d¨ªas para llegar a ciudades m¨¢s grandes en Colombia y a otros pa¨ªses latinoamericanos. Ya en ese entonces, hu¨ªan de la devastadora crisis pol¨ªtica, humanitaria y de derechos humanos en Venezuela, que al d¨ªa de hoy ha obligado a m¨¢s de seis millones de personas a irse del pa¨ªs.
Tres a?os y una pandemia m¨¢s tarde, cientos de venezolanos siguen recorriendo estos trayectos peligrosos, sin estar preparados para las temperaturas extremas ni los riesgos para su seguridad. Los organismos de la ONU estiman que 400 refugiados y migrantes recorren a pie estas rutas cada d¨ªa para llegar a Bogot¨¢ u otras ciudades colombianas, incluidos entre 10 y 15 ni?os y ni?as no acompa?ados o separados de sus familias, que quedan expuestos a la trata de personas y, en partes del trayecto, al reclutamiento por grupos armados.
La represi¨®n feroz del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro contra opositores en Venezuela ha llevado a que la Fiscal¨ªa de la Corte Penal Internacional inicie la primera investigaci¨®n formal sobre presuntos cr¨ªmenes de lesa humanidad en las Am¨¦ricas. A su vez, la emergencia humanitaria en el pa¨ªs, que es anterior a la pandemia de covid-19, ha dejado a uno de cada tres venezolanos sufriendo inseguridad alimentaria, y a millones con necesidad de atenci¨®n m¨¦dica adecuada.
Mientras el Gobierno de Maduro contin¨²e violando sistem¨¢ticamente los derechos fundamentales del pueblo venezolano y no d¨¦ respuesta a la crisis humanitaria, los venezolanos seguir¨¢n huyendo.
El Gobierno colombiano ha dado un paso hist¨®rico para otorgarle estatus legal a los m¨¢s de 1,8 millones de venezolanos en el pa¨ªs. Esta medida trascendental permite que los venezolanos puedan trabajar legalmente en Colombia, protegi¨¦ndolos de posible explotaci¨®n. Una vez que obtienen sus permisos, pueden enviar a sus hijos a la escuela, obtener atenci¨®n en salud y denunciar delitos sin temor a ser deportados.
El gobierno colombiano y diversas organizaciones internacionales y de la ONU que brindan asistencia humanitaria han establecido varios centros sobre la ruta que siguen estos caminantes, con el prop¨®sito de darles alimentos, albergues temporales, atenci¨®n en salud y acceso a internet. En 2021, m¨¢s de 100.000 caminantes recibieron ayuda. Adem¨¢s, organizaciones colombianas, algunas de ellas con el apoyo de organizaciones como Aid for Aids y Funvecuc, han instalado sus propios puntos de atenci¨®n en el camino.
Salvo muy pocas excepciones, como el caso de familias con hijos menores de 12 a?os y mujeres embarazadas, nadie ofrece transporte a los caminantes venezolanos.
?Por qu¨¦ el Gobierno colombiano, que ha acogido generosamente a tantos venezolanos, no permite que tomen un autob¨²s para evitar un viaje peligroso?
La respuesta parece ser una mezcla de temor, legislaci¨®n deficiente y pol¨ªticas crueles. A algunas empresas de transporte les preocupa que llevar en sus autobuses a migrantes sin estatus legal pueda constituir ¡°tr¨¢fico de migrantes¡±, un delito tipificado en el derecho colombiano. A su vez, un decreto migratorio aprobado en 2018 establece como infracci¨®n administrativa que las empresas transporten migrantes sin estatus legal en el pa¨ªs. Ante esto, algunas compa?¨ªas de transporte temen que las multen, puesto que la mayor¨ªa de los venezolanos que cruzan la frontera a pie todav¨ªa no han podido regularizar su situaci¨®n. Funcionarios p¨²blicos y trabajadores humanitarios nos dijeron que algunos alcaldes de las ciudades adonde se dirigen los refugiados quieren frenar la afluencia de venezolanos. Al parecer, algunos creen que, si permiten a los caminantes usar autobuses, alentar¨¢n a m¨¢s venezolanos a irse de su pa¨ªs.
Sin embargo, esta pol¨ªtica no ha disuadido a miles de venezolanos, quienes, al igual que tantos otros migrantes en la regi¨®n, est¨¢n en situaci¨®n desesperada. Esta pol¨ªtica solo hace que sufran m¨¢s al obligarlos a caminar.
El Gobierno colombiano deber¨ªa trabajar con las organizaciones humanitarias para brindar transporte a los caminantes y llevar a cabo las reformas legislativas necesarias para que los venezolanos puedan circular por el pa¨ªs en forma segura.
Ayudar a los exiliados venezolanos a llegar a su destino final en autob¨²s no solo ser¨ªa un gesto humano, sino que adem¨¢s ser¨ªa conveniente en t¨¦rminos econ¨®micos. Las agencias de la ONU y sus socios gastan entre 200 y 300 d¨®lares por d¨ªa para alimentar y ayudar a cada caminante durante su trayecto a pie. Pagar un pasaje de autob¨²s de 30 d¨®lares permitir¨ªa emplear un presupuesto mayor para ayudar a los venezolanos en el lugar donde elijan vivir, o para asegurar que tengan un acceso m¨¢s r¨¢pido al estatus legal.
En 2020, cuando la covid-19 golpe¨® a Colombia, muchos venezolanos perdieron su trabajo y decenas de miles decidieron regresar a su pa¨ªs. En ese momento, Colombia puso a disposici¨®n autobuses para llevarlos de regreso a la frontera, por lo que no habr¨ªa razones log¨ªsticas para no ofrecer ese transporte ahora.
Los caminantes que vimos hace poco recibiendo ayuda humanitaria durante su dif¨ªcil trayecto estaban en mejores condiciones que aquellos que vimos en 2018, cuando hab¨ªa mucha menos asistencia humanitaria. Sin embargo, ?cu¨¢l es el sentido de hacerlos sufrir innecesariamente?
Colombia ha tomado la decisi¨®n acertada de otorgarles estatus legal a los venezolanos. Ahora debe dar este paso crucial para terminar con el sufrimiento en esta ruta y contribuir a que los caminantes venezolanos dejen de ser parte del paisaje de las rutas colombianas.
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