Una decisi¨®n hist¨®rica para proteger a los migrantes venezolanos
Colombia y los pa¨ªses que reciben el grueso del ¨¦xodo de Venezuela necesitan de la solidaridad internacional para hacer frente a una crisis que va a continuar
M¨¢s de cinco millones de venezolanos han tenido que salir de su pa¨ªs como consecuencia del desastre humanitario, pol¨ªtico, social y econ¨®mico ocasionado por el r¨¦gimen ileg¨ªtimo de Nicol¨¢s Maduro. Es el segundo ¨¦xodo masivo m¨¢s grande del mundo que seg¨²n estimaciones de la OEA, podr¨ªa convertirse en el primero en 2021, si contin¨²a la dictadura en Venezuela.
Frente a esta realidad, bajo el liderazgo del presidente Iv¨¢n Duque, Colombia ha adoptado una pol¨ªtica migratoria sustentada en principios de humanidad, solidaridad y respeto a los derechos humanos. Somos el principal receptor de migrantes provenientes de Venezuela. Actualmente, 1,74 millones de venezolanos, que llegaron al pa¨ªs en los ¨²ltimos tres a?os, tienen vocaci¨®n de permanencia en nuestro territorio; de ellos, 983.000 se encuentran en condici¨®n migratoria irregular. A pesar de que se han expedido visas y permisos de permanencia a personas con trabajo o estudio, y a sus familias, el 56% de los migrantes no ha regularizado su situaci¨®n.
En este contexto, el presidente Iv¨¢n Duque adopt¨® el Estatuto Temporal de Protecci¨®n para los migrantes venezolanos. Es la decisi¨®n m¨¢s significativa en nuestra pol¨ªtica migratoria. Con ella, aspiramos a dar visibilidad a esta poblaci¨®n y garantizar sus derechos humanos.
Es una medida que permite diversos logros para construir una migraci¨®n ordenada, segura y regular en el pa¨ªs. Primero, al generarse el registro universal de migrantes, permitir¨¢ caracterizar esta poblaci¨®n y enfocar adecuadamente los planes y recursos del Estado en una respuesta m¨¢s eficaz tanto en la asistencia humanitaria como en las pol¨ªticas sociales. Segundo, el Estatuto genera un reconocimiento jur¨ªdico a los migrantes, que debe permitir materializar sus derechos y deberes, su integraci¨®n al mercado laboral y el acceso a los servicios de salud, educaci¨®n, as¨ª como a otros campos de atenci¨®n definidos por el Estado.
Los migrantes tambi¨¦n podr¨¢n tener mayor bancarizaci¨®n, generar emprendimientos y continuar aportando a la econom¨ªa del pa¨ªs. Asimismo, se podr¨¢n desincentivar los efectos negativos de la migraci¨®n irregular, como la informalidad laboral, el tr¨¢fico il¨ªcito de migrantes y la trata de personas, entre otras problem¨¢ticas.
Gracias a innovadoras y din¨¢micas campa?as de divulgaci¨®n que acompa?an al Estatuto, Colombia espera adem¨¢s dar visibilidad a los migrantes y trabajar con las comunidades de acogida y el pa¨ªs en general, para que se reconozca m¨¢s el aporte de estas personas a la vida social y al desarrollo de la Naci¨®n.
El mundo observa con atenci¨®n la pol¨ªtica adoptada por Colombia. El Estatuto es una decisi¨®n hist¨®rica para la regi¨®n y el mundo. Es un mensaje sobre la importancia de cerrar espacios a la discriminaci¨®n o la xenofobia con acciones de fraternidad y enfoques de derechos humanos. El ¨¦xito de esta pol¨ªtica deber¨ªa generar una buena pr¨¢ctica en el contexto internacional, que podr¨ªa ser aplicada en otros Estados que reciben migraciones masivas.
Para implementar el Estatuto hemos dise?ado un proceso que comienza con el registro de migrantes a partir del 5 de mayo de 2021, y contin¨²a con la expedici¨®n del Permiso especial por Protecci¨®n Temporal, con validez hasta por 10 a?os. Su alcance incluye a quienes est¨¢n en el pa¨ªs de forma regular y a las personas que ingresen cumpliendo los marcos migratorios durante los primeros dos a?os de vigencia del instrumento. Para los migrantes en situaci¨®n irregular, el Estatuto cobijar¨¢ a aquellos que demuestren que se encontraban en Colombia hasta el 31 de enero de 2021.
Sin embargo, para avanzar acertadamente en esta implementaci¨®n, y para atender los m¨²ltiples desaf¨ªos de la migraci¨®n venezolana, es fundamental la cooperaci¨®n de la comunidad internacional.
Colombia es un pa¨ªs de ingreso medio, y realiza enormes esfuerzos para atender a esta poblaci¨®n. M¨¢s de 800.000 venezolanos han accedido a nuestro sistema de salud y en el contexto de la pandemia el universo de los migrantes puede acudir a la atenci¨®n de urgencias; m¨¢s de 350.000 ni?os venezolanos estudian en nuestro sistema educativo; hemos reconocido la nacionalidad a m¨¢s de 50.000 ni?os que estaban en riesgo de apatridia; las instituciones de protecci¨®n familiar incluyen a los ni?os venezolanos en los programas de seguridad alimentaria. Estos son solo algunos ejemplos de una atenci¨®n que crece d¨ªa a d¨ªa y demanda mayores recursos. Las capacidades nacionales est¨¢n al l¨ªmite, ante la magnitud del fen¨®meno.
La comunidad internacional, a trav¨¦s de su Grupo Interagencial que re¨²ne a 68 entidades, entre agencias de la ONU, organizaciones no gubernamentales y miembros del Movimiento de la Cruz Roja, contribuye con asistencia humanitaria y apoyo social a grupos vulnerables, en distintas ciudades del pa¨ªs. Es un respaldo que debe incrementarse y fortalecerse.
En junio de 2021 se realizar¨¢ una Conferencia Internacional de Donantes liderada por Canad¨¢, ACNUR y la OIM, para apoyar a todos los pa¨ªses que reciben migrantes venezolanos. El Plan de Respuesta a la migraci¨®n busca movilizar 1.440 millones de d¨®lares para toda la regi¨®n, y de ellos, 641 millones ser¨ªan para acciones en Colombia. En el contexto de la pandemia, la solidaridad global es urgente, ante la evoluci¨®n de un ¨¦xodo masivo que seguir¨¢ creciendo mientras se mantengan los factores que lo originan.
En este sentido, tambi¨¦n es imprescindible que el mundo fortalezca la presi¨®n internacional y la denuncia en distintos escenarios multilaterales para que cese la dictadura en Venezuela. Esta es la ¨²nica alternativa real para restaurar la democracia, y reconstruir los sistemas productivos y de atenci¨®n social destruidos por el r¨¦gimen ileg¨ªtimo. Y, sobre todo, es la condici¨®n imprescindible para recuperar la vigencia de los derechos humanos y la libertad en Venezuela, y devolver la esperanza a una poblaci¨®n que anhela vivir con dignidad en su propio pa¨ªs.
Claudia Blum es ministra de Relaciones Exteriores de Colombia.
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