La so?ada catarsis de Brasil
Tras a?os con un capit¨¢n que solo alimenta una guerra fratricida, el pa¨ªs espera ansioso el a?o electoral
Brasil ha entrado en un a?o crucial. En 2022 puede llegar la ca¨ªda del presidente Jair Bolsonaro, y con ello aumentan los peligros de una involuci¨®n golpista de tipo militar y policial. Los tres a?os desastrosos de su desgobierno, que han arrastrado al pa¨ªs a la mayor crisis global desde la ca¨ªda de la dictadura, han convertido al otrora coraz¨®n de la econom¨ªa del continente en una caricatura de Rep¨²blica. Brasil no solo se ha empobrecido materialmente, sino que ha visto tambalear sus instituciones democr¨¢ticas atacadas frontalmente. Los brasile?os han sido capaces de hacerle frente gracias al 75% de la poblaci¨®n que siguen prefiriendo la democracia al totalitarismo.
Los brasile?os pueden sentir el abismo al cual los arrobos golpistas de un simple capit¨¢n expulsado joven del Ej¨¦rcito por subversi¨®n est¨¢n llevando al pa¨ªs. Bolsonaro mantuvo siempre latente un complejo de inferioridad ante los generales a quienes ha cooptado para su Gobierno y a quienes les hace saber que ahora ¨¦l es qui¨¦n les maneja a su antojo.
El Brasil sano que no se ha dejado arrastrar por las ¨ªnfulas autoritarias del psic¨®pata, entre los que ya se cuentan un gran porcentaje de arrepentidos de haberle votado con la esperanza enga?osa de que Bolsonaro iba a acabar con la vieja pol¨ªtica corrupta, hoy se siente traicionado.
Si no se enga?an todos los sondeos, Brasil ya habr¨ªa decidido cerrar el par¨¦ntesis tenebroso del bolsonarismo golpista para permitir al tren descarrilado volver a sus ra¨ªles democr¨¢ticos. De ser as¨ª, ese ser¨ªa un a?o de catarsis que lo vacunar¨¢ del virus del atraso pol¨ªtico y econ¨®mico para volver a ser, como ya lo fue en el pasado, una de las mayores potencias econ¨®micas del planeta. Sin Bolsonaro, en efecto, el mundo de los inversores nacionales y extranjeros volver¨¢ a poner los ojos en este pa¨ªs rico en todo.
Sin el fantasma del golpista volver¨¢n a ser rescatadas las mejores esencias del pa¨ªs, que a pesar de sus dimensiones y de la diversidad de sus gentes y de sus lacras y pecados, ha sabido siempre vivir unido sin tentaciones separatistas o enfrentamiento entre hermanos. Ha sido ahora con el capit¨¢n que Brasil se ha visto al borde de una guerra fratricida.
Este a?o, el segundo centenario de la independencia, deber¨ªa ser tambi¨¦n el de la liberaci¨®n de una pol¨ªtica que vino para envenenar al pa¨ªs y sembrar la ciza?a de una discordia desconocida para el ADN brasile?o.
Por ahora es solo una esperanza basada en los sondeos que dan, todas ellas, perdedor al presidente. Queda en pie la inc¨®gnita de qu¨¦ har¨ªan los militares si Bolsonaro se viera ante las cuerdas. Los primeros s¨ªntomas hacen vislumbrar que las Fuerzas Armadas est¨¢n desunidas sobre si seguir¨¢n apoy¨¢ndole o preferir¨¢n abandonarle a su suerte. La gran inc¨®gnita para los militares es que todo para indicar el expresidente Lula da Silva ganar¨¢ las elecciones. Depender¨¢ de si la estrategia del exsindicalista de presentarse a las elecciones arropado por el centro, al que est¨¢ intentando cooptar, tranquiliza la inquietud del Ej¨¦rcito. Al fin y al cabo, Lula presidi¨® el pa¨ªs durante dos mandatos sin haber tenido ning¨²n enfrentamiento con las Fuerzas Armadas a pesar de que sus ministros del Ej¨¦rcito fueron civiles y no militares.
Que sea, pues, este a?o para Brasil el de la so?ada catarsis en el que pueda surgir la esperanza de un futuro m¨¢s tranquilizador, sin miedo de perder la democracia que siguen apoyando la gran mayor¨ªa de sus 210 millones de habitantes.
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