Liberalismo cruel
El reclamo de ¡°hacer lo que uno quiera¡± est¨¢ relacionado con un individualismo rampl¨®n e irresponsable que ignora la vida en com¨²n. Le ha servido a Isabel D¨ªaz Ayuso para defender su gesti¨®n pol¨ªtica
El liberalismo es una doctrina pol¨ªtica que se remonta al siglo XVII. Su centro es el individuo y su valor nuclear la libertad. Esta tiene principalmente dos sentidos, el pol¨ªtico y el moral. El primero subraya los l¨ªmites al Gobierno, con el que tiene una relaci¨®n de desconfianza, de prudencia, una relaci¨®n ¡°fr¨ªa¡±. El liberalismo defiende los derechos del individuo frente a toda intromisi¨®n posible del Gobierno. Naci¨® para poner l¨ªmites a la monarqu¨ªa absoluta, que no reconoc¨ªa al individuo como sujeto de derechos sino al s¨²bdito. Sus fundadores teorizaron que el Estado naci¨® para garantizar ...
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El liberalismo es una doctrina pol¨ªtica que se remonta al siglo XVII. Su centro es el individuo y su valor nuclear la libertad. Esta tiene principalmente dos sentidos, el pol¨ªtico y el moral. El primero subraya los l¨ªmites al Gobierno, con el que tiene una relaci¨®n de desconfianza, de prudencia, una relaci¨®n ¡°fr¨ªa¡±. El liberalismo defiende los derechos del individuo frente a toda intromisi¨®n posible del Gobierno. Naci¨® para poner l¨ªmites a la monarqu¨ªa absoluta, que no reconoc¨ªa al individuo como sujeto de derechos sino al s¨²bdito. Sus fundadores teorizaron que el Estado naci¨® para garantizar la seguridad, esto es, la vida, y la propiedad. Si no lo hace pierde su legitimidad. La vida est¨¢ por encima de la propiedad, sin aquella no se puede poseer. Hobbes ¡ªque no era un liberal¡ª teoriz¨® el fundamento del Gobierno y de una sociedad que le obedece si garantiza la seguridad y la propiedad, esta ¨²ltima subrayada por Locke.
Por tanto, en una situaci¨®n de desastre como la que ha creado la pandemia, la vida constituye un valor b¨¢sico. Siempre lo ha sido para las sociedades seculares. Detr¨¢s de ella est¨¢ la propiedad, y en el contexto actual, la econom¨ªa. Vida, libertad, econom¨ªa, ese es el orden.
Isabel D¨ªaz Ayuso centr¨® en la libertad su ret¨®rica electoral. Una libertad sin matices, plana, como mera libertad de movimientos sin restricciones. Una libertad positiva consistente en hacer lo que uno quiera, af¨ªn a un individualismo rampl¨®n e irresponsable. (Dir¨ªase que su marco es el del libertarismo de Reagan, Thatcher o Friedman, de infausto recuerdo). La libertad de Ayuso se concreta en no poner l¨ªmite alguno a la hosteler¨ªa, nicho probado de contagio masivo, as¨ª como de hacer recaer en la ¡°responsabilidad¡± de los individuos ¡ªque no ciudadanos¡ª llevar o no la mascarilla. La libertad que Ayuso preconiza est¨¢ te?ida de una sospechosa afinidad con un sector particular. Las terrazas que han invadido Madrid y acabado con el descanso de millares de vecinos deso¨ªdos en sus quejas desde hace decenios ven ahora perpetuadas sus licencias sine die. Ello genera una crueldad intolerable y un descuido total de la ciudadan¨ªa. Con todo, su ret¨®rica salv¨ªfica de libertad y empleo le dio r¨¦ditos electorales. Era simple, directa y agresiva. Su eslogan de ¡°libertad¡± est¨¢ inspirado en la dicotom¨ªa de los republicanos estadounidenses de ¡°libertad o socialismo¡±, propio de un pa¨ªs antiestatista y cuyo individualismo extremo ¡ªel excepcionalismo de Lipset¡ª nada tiene que ver con el liberalismo europeo.
Adem¨¢s de su sentido pol¨ªtico, la libertad liberal posee un sentido moral, el que dio lugar a la tolerancia, los derechos, la valoraci¨®n de la vida privada, y la libertad negativa. Esta significa que mi libertad tiene un l¨ªmite en el da?o que mi acci¨®n produce en el otro: no llevar mascarilla en espacios cerrados y la apertura de bares y discotecas sin l¨ªmite de horario atenta contra la vida del pr¨®jimo. La libertad no es, pues, un bien en s¨ª, ni una posesi¨®n individual sino una relaci¨®n en comunidad. Por eso no puede ser s¨®lo libertad de movimientos como creen los que apelan a las ¡°libertades individuales¡±.
Acerc¨¢ndose a lo moral pero en clave populista, Ayuso apela ahora al ¡°bienestar emocional¡± de los ciudadanos: el l¨ªmite horario de la hosteler¨ªa producir¨ªa ¡°muchas depresiones¡±. (Nada se habla de que el cierre de museos, bibliotecas, cines y salas de concierto tambi¨¦n.) Poner coto a la libertad es, afirma la mandataria, una ¡°medida totalitaria¡±. De nuevo late la dicotom¨ªa ¡°libertad o socialismo¡±, el marco cognitivo y electoral de la extrema derecha norteamericana libertaria, no liberal. Ayuso tiene un discurso ideol¨®gico que los habitantes de la comunidad que preside han de soportar en la ciudad m¨¢s contaminada y m¨¢s ruidosa de Europa y con mayores ¨ªndices de covid. Se apela al ¡°autocuidado¡±, un concepto autorreferenciado, propio de la autoayuda, que ignora el deber con el pr¨®jimo.
El liberalismo es el esperanto moral y pol¨ªtico de Occidente desde el siglo XIX. Malo es que se convierta en un credo rampl¨®n que pone en peligro millones de vidas. M¨¢s que al autocuidado, habr¨ªa que apelar a la virtud ciudadana. Pero ¨¦sta hay que construirla. Es el resultado de los h¨¢bitos morales de los ciudadanos que crean unas instituciones responsables ¡ªlos gobiernos en primer lugar¡ª, que hacen leyes justas. As¨ª, los ciudadanos confiar¨ªan (el ¨ªndice de desconfianza institucional est¨¢ creciendo en nuestro pa¨ªs) en instituciones que elaboran leyes y normas que a la vez modelan sus mores o costumbres. La libertad de elecci¨®n ego¨ªsta se sustituir¨ªa por la virtud ciudadana.
El de Ayuso es un liberalismo cruel, af¨ªn a un optimismo irresponsable y a una pol¨ªtica electoral interesada que trata a los ciudadanos como ni?os. Madrid es una ciudad de muy alto riesgo sanitario y pol¨ªtico. Tendremos que pedir todos rendimiento de cuentas en las pr¨®ximas elecciones.