Del autocuidado a la autosanidad
Lo m¨¢s peligroso es que terminemos trat¨¢ndonos con v¨ªdeos tutoriales en un marco de atenci¨®n ¡®do it yourself¡¯ que no tardar¨¢ en estar disponible.
Un m¨¦dico agotado, sobrepasado por la carga de trabajo y que decide colgar la bata es un s¨ªntoma grave del estado de salud del sistema sanitario. Siendo como el suyo un oficio altamente vocacional, que tantos profesionales est¨¦n plante¨¢ndose dejarlo tendr¨ªa que encender todas las alarmas. La situaci¨®n actual de pandemia, adem¨¢s, parece la culminaci¨®n de un largo proceso de desgaste de este pilar del Estado de bienestar del que se viene diciendo de hace tiempo que funciona estupendamente pero poco se atiende a las demandas de quienes lo sostienen. Prueba de ello es que haya tantos sanitarios emigrando a otros pa¨ªses donde son mejor tratados.
Un m¨¦dico enfermo es un barrio, un pueblo, una sociedad enfermos. Atienden a los s¨ªntomas y recetan medicamentos, derivan a especialistas y solicitan pruebas, pero para muchos pacientes representan un verdadero asidero vital, otros sienten aliviada su soledad no deseada al abrir la puerta de la consulta. Son punto de apoyo y dan la seguridad que no da todo lo dem¨¢s: el trabajo o los v¨ªnculos. Sanidad p¨²blica significa que, por muy mal que te vayan las cosas, si caes, si enfermas, habr¨¢ unas manos recibiendo tu dolor que intentar¨¢n aliviarlo. Porque los m¨¦dicos est¨¢n y escuchan a pesar de que tengan que hacerlo cron¨®metro en mano, afinando sus conocimientos y su intuici¨®n para dar la mejor respuesta posible en un tiempo del que no disponen. Nada tienen que ver las visitas presenciales con mandar un correo o llamar por tel¨¦fono. La relaci¨®n m¨¦dico paciente es un reducto de humanidad que se pone en peligro cuando se virtualiza o se desvirt¨²a por exceso de carga de trabajo.
Leo ¡°autocuidado¡± en todas partes y me pregunto qu¨¦ trampa encerrar¨¢ este nuevo palabro. Me atrevo a vaticinar que de hacernos nosotros los test de ant¨ªgenos pasar¨¢n pronto a pedirnos que nos diagnostiquemos cualquier otra dolencia. Y m¨¢s peligroso a¨²n: que tambi¨¦n nos tratemos con v¨ªdeos tutoriales de una sanidad do it yourself que no tardar¨¢ en estar disponible. Y el que no sepa, a pagar por su cuenta. Pero seguiremos diciendo que tenemos el mejor sistema sanitario del mundo aunque los m¨¦dicos sean pocos, enfermos y agotados y ser paciente se convierte en un lujo al alcance de quien se lo pueda permitir o quien ya no pueda perder m¨¢s salud. Entonces nos acordaremos de aquellos aplausos a las ocho de la tarde.
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