El poder de las superbacterias
En 30 a?os se habr¨¢n multiplicado por 10 las muertes causadas por infecciones ante las que los antibi¨®ticos son ineficaces
Las superbacterias no son reci¨¦n llegadas, pero van a empezar a figurar en la conversaci¨®n p¨²blica de forma relevante en los pr¨®ximos a?os. En menos de tres d¨¦cadas, las bacterias resistentes a los antibi¨®ticos pueden causar tantas muertes como el c¨¢ncer. El mayor estudio sobre resistencias bacterianas, publicado en la revista The Lancet, estima que cada a?o se producen 1,2 millones de muertes por infecciones com...
Las superbacterias no son reci¨¦n llegadas, pero van a empezar a figurar en la conversaci¨®n p¨²blica de forma relevante en los pr¨®ximos a?os. En menos de tres d¨¦cadas, las bacterias resistentes a los antibi¨®ticos pueden causar tantas muertes como el c¨¢ncer. El mayor estudio sobre resistencias bacterianas, publicado en la revista The Lancet, estima que cada a?o se producen 1,2 millones de muertes por infecciones comunes que no responden a los antibi¨®ticos. A esa cifra hay que a?adir cinco millones m¨¢s de pacientes ingresados que adquieren una infecci¨®n hospitalaria que precipita o causa su muerte.
Contra lo que pudiera pensarse, no se ha llegado a esta situaci¨®n por una evoluci¨®n natural, sino por el mal uso de los antibi¨®ticos en el ¨²ltimo medio siglo. En la pr¨¢ctica, estamos malbaratando una herramienta que salva millones de vidas cada a?o: en 1900, la esperanza de vida al nacer no llegaba a los 40 a?os y ahora supera los 80. Pero gran parte de la culpa de que las bacterias hayan desarrollado resistencias se debe a la automedicaci¨®n y al mal uso de los antibi¨®ticos, por desobedecer las pautas prescritas o por tomarlos para procesos en los que no est¨¢n indicados, como las gripes o los catarros. Tambi¨¦n ha contribuido decisivamente el uso como tratamiento preventivo en las granjas de producci¨®n intensiva, donde el hacinamiento de los animales hace que cualquier foco infeccioso se propague con gran rapidez. Espa?a ha sido durante a?os el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea donde m¨¢s antibi¨®ticos se utilizan en la cr¨ªa de ganado. En 2015 se vendieron 3.029 toneladas de antimicrobianos de uso animal, a raz¨®n de 402 miligramos por cada kilo de carne producida, lo que ese a?o supon¨ªa cuatro veces m¨¢s que Alemania y seis m¨¢s que Francia, seg¨²n un informe de la Agencia Europea del Medicamento. El plan nacional aplicado en los ¨²ltimos a?os ha permitido reducir en un tercio los antibi¨®ticos de uso humano y en un 59% los de uso veterinario. Pero el problema persiste por falta de conciencia de riesgo y una cultura proclive a ignorar los da?os comunes si hay un beneficio privado.
A todo ello hay que a?adir la dificultad para investigar nuevos antibi¨®ticos. Varias grandes farmac¨¦uticas han abandonado esas l¨ªneas de trabajo ante la baja rentabilidad y la perspectiva de que la aparici¨®n de resistencias les impida recuperar la inversi¨®n. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), en 2019 apenas se invirtieron 120 millones en la investigaci¨®n de nuevos antimicrobianos, frente a los 8.600 dedicados al c¨¢ncer. El resultado es que estamos perdiendo la principal herramienta de lucha contra las infecciones y no es ning¨²n disparate cenizo calcular que podemos volver a los tiempos en que cualquier infecci¨®n, cualquier herida, pod¨ªa ser letal y morir de las mismas pulmon¨ªas y procesos infecciosos por los que mor¨ªan nuestros bisabuelos. Solo un control m¨¢s vigilante del uso de los antibi¨®ticos y el apoyo p¨²blico con fondos a la investigaci¨®n podr¨¢ revertir las actuales previsiones sobre el poder de las superbacterias.