Los sanitarios estamos exhaustos
Los lectores opinan sobre las consecuencias de la pandemia en la sanidad p¨²blica, el campo espa?ol, la utilizaci¨®n de una expresi¨®n machista y las relaciones sociales
La fugacidad del tiempo se aplica a las situaciones m¨¢s adversas: todo pasa. Sin embargo, cuando est¨¢s en el camino es dif¨ªcil vislumbrar el final. Llevamos dos a?os volviendo constantemente a una misma casilla de salida: la del miedo. Cada vez son m¨¢s los compa?eros que, con l¨¢grimas en los ojos, me hablan de sus miedos: miedo a empezar en un nuevo servicio (no, no sabemos de todo), a fracasar o a no poder m¨¢s.
La frustraci¨®n tambi¨¦n ha llegado para quedarse. Frustraci¨®n y cansancio ante una situaci¨®n que no podemos controlar. Es dif¨ªcil imaginarse la cantidad de horas que nos pasamos haciendo llamadas de seguimiento, el n¨²mero de vacunas que administramos cada d¨ªa o los test de ant¨ªgenos que podemos llegar a hacer en un turno. Para poder llevar a cabo todo esto estamos dejando de lado el eje principal de nuestra profesi¨®n: una atenci¨®n de calidad. Nos hemos convertido en m¨¢quinas que tienen que cambiar el engranaje cada d¨ªa para actualizarse al ¨²ltimo protocolo. Nadie estaba preparado para esto.
Ux¨ªa G¨®mez M¨¦ndez. Palma de Mallorca
Los trabajadores del campo
Paseando el domingo por los alrededores de la manifestaci¨®n en Madrid por la defensa del campo espa?ol hab¨ªa signos que no me cuadraban con el campo de la Espa?a vaciada que tenemos en mente: coches todoterreno de alta gama aparcados en el Paseo del Prado que arrastraban remolques para el transporte de caballos de paseo, personas vestidas con las mejores galas para ir a monter¨ªas en sus fincas, que probablemente se han acercado desde sus primeras viviendas en el barrio de Salamanca, etc¨¦tera. Lo que todos entendemos como campo espa?ol es el que trabaja a pie de su explotaci¨®n generando productos de calidad, que cuida el medio ambiente, que tiene escasez de medios y ayudas para venderlos a un precio justo y que mantienen la vida en los pueblos de esa Espa?a vaciada. No metamos a todos en el mismo saco, ni pensemos que algunos les est¨¢n defendiendo a todos por igual.
Julio Merino. Toledo
Vergonzoso
En la columna titulada Ozono, publicada el pasado s¨¢bado, Carlos Boyero afirma que disfruta con los art¨ªculos de Mar¨ªas, Savater o escuchando a Juan Carlos Ortega. Me gustan sus textos y muchas veces estoy de acuerdo con sus opiniones, pero no cabe ni como iron¨ªa la expresi¨®n machista dirigida a Sandra Sabat¨¦s, una gran profesional que presenta El intermedio con Wyoming y no ¡°un monumento rubio¡±. Dicho t¨¦rmino no lo utiliza con ninguno de los varones mencionados: vergonzoso.
Mar¨ªa Jes¨²s Llorente Herrero. Zaragoza
No hay forma de ganar
Cuando eres joven la gente dice: ¡°Chicas, salgan y divi¨¦rtanse¡±. Sin embargo, luego juzgan y hacen sentirse mal a quienes de verdad lo hacen. Critican la forma en la que te desenvuelves en este mundo, sin pensar en c¨®mo te puede llegar a afectar. Te destruyen por dentro y luego se preguntan por qu¨¦ has ca¨ªdo tan bajo. Cuando por fin te levantas, vuelven a despellejarte por haberte recuperado tan r¨¢pido. Es como si no hubiera ninguna forma de ganar en esta vida.
Alicia Arcenillas Rivas. Alcorc¨®n (Madrid)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.