El miedo de Vlad¨ªmir Putin
El presidente de Rusia ladra mucho, porque as¨ª mantiene entretenida a su poblaci¨®n, pero muerde poco, porque ¨¦l ser¨ªa la primera v¨ªctima de un fracaso b¨¦lico
Los europeos diagnosticamos mal a Putin: una minor¨ªa radical (de derechas o izquierdas) subestima su malicia; y una mayor¨ªa moderada sobreestima su poder. Cuando, en realidad, el dirigente ruso es un grave problema, pero no porque se siente fuerte frente a un Occidente dividido, sino por lo contrario: est¨¢ m¨¢s d¨¦bil que nunca. Ya no puede aferrarse al trono del Kremlin gracias al desempe?o econ¨®mico. Durante sus a?os dorados, las cosas ¡°funcionaban¡± en comparaci¨®n con el caos que reinaba en Rusia tras el colapso del comunismo. De forma parecida, las advertencias del embajador de China en EE UU sobre un posible conflicto militar por Taiw¨¢n no son una se?al de fortaleza del r¨¦gimen chino, sino de su repentino agotamiento: el milagroso modelo de crecimiento basado en las exportaciones y la construcci¨®n arroja hoy sombras preocupantes.
En el siglo XXI, con las fronteras nacionales solidificadas en todo el planeta, los aut¨®cratas solo recurren a la agresi¨®n militar externa en caso de desesperaci¨®n. Precisamente porque no tienen que rendir cuentas a su electorado, padecen m¨¢s riesgos que los presidentes democr¨¢ticos. Las crisis profundas, econ¨®micas o militares, conducen a cambios de gobierno en las democracias, pero en las dictaduras, arrastran consigo al r¨¦gimen entero, incluyendo la vida del tirano y su familia. Creemos que los gobernantes autoritarios son osados y los dem¨®cratas asustadizos, pero es al rev¨¦s. Si las cosas se ponen feas, Macron, Biden o Scholz se juegan el cargo; Putin o Xi Jinping, el cuello. Un l¨ªder democr¨¢tico est¨¢ pendiente de sus ciudadanos como un enamorado de su amante: lo peor que le puede pasar es que le dejen. Uno autoritario es un chimpanc¨¦ alfa, temiendo constantemente que lo mate un macho beta.
Putin ladra mucho, porque as¨ª mantiene entretenida a su poblaci¨®n, pero muerde poco, porque ¨¦l ser¨ªa la primera v¨ªctima de un fracaso b¨¦lico. Su objetivo no es devolver la gloria nacional y reconstruir el imperio zarista-sovi¨¦tico, sino sobrevivir en el Kremlin el m¨¢ximo tiempo posible y extraer la mayor cantidad de recursos para ¨¦l y sus allegados. Con lo que su verdadero enemigo no son los tanques de la OTAN en fronteras lejanas, sino las barricadas en la plaza Roja.
Un gran poder, como el acumulado por Putin o Xi Jinping no siempre conlleva una gran responsabilidad, pero siempre acarrea un gran miedo. @VictorLapuente
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