Lorca como s¨ªntoma

La alarma social est¨¢ plenamente justificada ante el asalto que vivi¨® el pleno municipal de Lorca el lunes pasado. Su misma naturaleza afecta al coraz¨®n de la democracia: ni es aceptable la ocupaci¨®n de un pleno municipal en el desarrollo de sus funciones ni es irrelevante la sospecha, a¨²n por investigar, de que el partidismo haya desempe?ado alg¨²n papel en promover o jalear esa actuaci¨®n. Las im¨¢genes televisivas evocaban crudamente otras insurrecciones dispuestas a sabotear el funcionamiento de una instituci¨®n democr¨¢tica cuando se dispon¨ªa a votar una modificaci¨®n del plan de urbanismo. En ella se regulan las nuevas explotaciones de ganado porcino y la ampliaci¨®n de las existentes, fijando unas distancias m¨ªnimas a los n¨²cleos de poblaci¨®n, colegios, centros de salud, manantiales y cauces. Esos l¨ªmites fueron aprobados por unanimidad en julio de 2020, tras meses de negociaciones entre el Ayuntamiento, el sector ganadero y los vecinos. Ahora se incorporaban las aportaciones t¨¦cnicas de la normativa europea, auton¨®mica y estatal. De haberse aprobado, quedaba otro mes para alegaciones.

Las asociaciones ganaderas convocaron el mismo d¨ªa del pleno una manifestaci¨®n para pedir la retirada del plan y seguir negociando. Pero la oportunidad o no de regular las instalaciones porcinas resulta irrelevante desde el momento en que una treintena de personas se desgajaron de la manifestaci¨®n, seg¨²n algunos testigos de forma coordinada, se enfrentaron al cord¨®n policial y accedieron en actitud violenta al pleno con la voluntad de suspenderlo, como, en efecto, lograron. Uno de los asaltantes ha reconocido que acudi¨® ¡°desinformado¡± a la marcha y, seg¨²n ¨¦l, les ¡°dijeron unas cosas que no coincid¨ªan con la realidad¡±. Hasta siete participantes han sido arrestados y puestos en libertad con cargos; se les imputan delitos de atentado contra la autoridad y des¨®rdenes p¨²blicos. Tanto el alcalde como el concejal de seguridad de Lorca y un ganadero ajeno a la manifestaci¨®n acusan al PP y a Vox de manipular al sector con informaci¨®n sesgada y desinformaci¨®n abierta. Pero esa presunta desinformaci¨®n ni disculpa ni justifica una actuaci¨®n irresponsable y sintonizada con movilizaciones populistas que exhiben su rechazo a los procedimientos democr¨¢ticos.

Los intereses inmediatos y las angustias leg¨ªtimas de los ganaderos han sido usados como munici¨®n para que una minor¨ªa saboteara un acuerdo que iba a ser aprobado donde deb¨ªa serlo: no en la calle, sino en el pleno del Ayuntamiento que gobierna la ciudad. Asumir esa acci¨®n como s¨ªmbolo de una degradaci¨®n del debate pol¨ªtico y social en Espa?a es posiblemente magnificar su significado, pero s¨ª supone un s¨ªntoma del d¨¦bil compromiso de algunos sectores populistas con los principios democr¨¢ticos. Excusar ese asalto en la ¡°desesperaci¨®n¡± del sector ganadero, como ha hecho Vox, no contribuye tampoco a reconocer la gravedad de una acci¨®n que trata de imponer por la fuerza las propias razones. La escala local y relativamente menor de este incidente no le resta gravedad: es condenable sin peros de ning¨²n tipo.