?Por qu¨¦ tanta indolencia ante la emergencia clim¨¢tica?
Mientras Ucrania acapara la atenci¨®n, una crisis a¨²n m¨¢s grave es tratada con desgana
Al mismo tiempo que las im¨¢genes de tropas rusas rodeando Ucrania concentran nuestra atenci¨®n, la Administraci¨®n Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica de Estados Unidos publica un importante reporte. Su principal conclusi¨®n es que, en los pr¨®ximos 30 a?os, el nivel del mar en las costas de Estados Unidos subir¨¢ tanto como lo hizo durante todo el siglo XX. Como contexto a este dato, basta mencionar que en esos 100 a?os el mar en...
Al mismo tiempo que las im¨¢genes de tropas rusas rodeando Ucrania concentran nuestra atenci¨®n, la Administraci¨®n Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica de Estados Unidos publica un importante reporte. Su principal conclusi¨®n es que, en los pr¨®ximos 30 a?os, el nivel del mar en las costas de Estados Unidos subir¨¢ tanto como lo hizo durante todo el siglo XX. Como contexto a este dato, basta mencionar que en esos 100 a?os el mar en la costa atl¨¢ntica de EE UU subi¨® de nivel m¨¢s r¨¢pido que durante los 2.000 a?os previos.
?Por qu¨¦ le est¨¢ costando tanto a la humanidad enfrentar con eficacia la crisis que puede acabar con la civilizaci¨®n tal como la hemos conocido? ?Por qu¨¦ los pol¨ªticos no logran tomar las decisiones necesarias para disminuir las emisiones de CO?, el gas que m¨¢s contribuye al calentamiento global? Una primera respuesta es la impotencia. ?Qu¨¦ puede hacer un ciudadano normal para impedir que aumente el nivel del mar? ?O para que disminuyan las sequ¨ªas, inundaciones e incendios forestales que son ahora habituales?
Esta es una tarea para m¨²ltiples gobiernos actuando muy coordinadamente. Los individuos pueden hacer poco para contener estos accidentes clim¨¢ticos, pero pueden hacer mucho llevando al poder a pol¨ªticos capaces de movilizar a la sociedad y lograr su apoyo a las dif¨ªciles decisiones necesarias para contener la emergencia clim¨¢tica. Una iniciativa de tanto alcance no tiene muchos precedentes, pero con f¨¦rrea voluntad pol¨ªtica, masivo apoyo popular y nuevas tecnolog¨ªas podr¨ªa hacerse realidad.
El apoyo popular a la lucha contra el calentamiento global se ve menguado por la sensaci¨®n de impotencia que los ciudadanos tienen derecho a sentir dado el tama?o del problema y por la confusi¨®n que rodea a su soluci¨®n. ?Es la amenaza tan grave como la pintan? ?Son las soluciones propuestas las correctas? ?Se puede creer a los expertos?
Son preguntas v¨¢lidas. Pero, en algunos casos, solo buscan confundir. El escepticismo y la confusi¨®n acerca de c¨®mo enfrentar el problema se nutre por la politizaci¨®n del tema y por los intereses que se benefician de la situaci¨®n actual. Dos investigadores, Doug Koplow y Ronald Steenblik, acaban de publicar un estudio donde reportan que los gobiernos que dicen estar haciendo lo posible para reducir sus emisiones de CO? gastan, al mismo tiempo, 1,8 billones de d¨®lares (1,6 billones de euros), o el 2% del PIB mundial, en subsidios dirigidos a las industrias m¨¢s contaminantes: carb¨®n, petr¨®leo, gas y agricultura, por ejemplo. Las grandes empresas en estos sectores saben c¨®mo defenderse de iniciativas que atentan contra su rentabilidad. D¨¦cadas atr¨¢s, la industria del tabaco financi¨® a ¡°expertos¡± y centros de investigaci¨®n que cuestionaban que hubiese un v¨ªnculo entre el consumo de tabaco y el c¨¢ncer. Por a?os lograron posponer la aceptaci¨®n por parte de pol¨ªticos y gobiernos de ese hecho cient¨ªficamente comprobado. Decenas de miles de fumadores perdieron la vida en ese periodo. Las empresas petroleras tambi¨¦n financian a esc¨¦pticos que cuestionan la emergencia clim¨¢tica global. En 2019, ExxonMobil pag¨® 690.000 d¨®lares a ocho grupos de activistas y cient¨ªficos que niegan la crisis.
Un dif¨ªcil obst¨¢culo a vencer en el intento de evitar que el planeta se nos haga inhabitable es la falta de solidaridad intergeneracional. ¡°A m¨ª me da igual, yo ya no voy a estar cuando venga esa crisis¡± es un comentario que todos hemos o¨ªdo. En justicia, cabe decir que este desinter¨¦s por la situaci¨®n del planeta que heredaran nuestros sucesores tambi¨¦n se nutre de la falta de un claro consenso pol¨ªtico acerca de qu¨¦ hacer.
Las soluciones ahora disponibles, tales como la eliminaci¨®n de subsidios a empresas altamente contaminantes o el pago de un impuesto al consumo de carb¨®n, redundan en aumentos en el coste de la electricidad, de la gasolina, de la calefacci¨®n, en los precios de productos manufacturados y mucho m¨¢s. Estos mayores costes son inmediatos y concretos. En cambio, los beneficios que prometen las soluciones al calentamiento global son a largo plazo, y nadie puede garantizar que ocurran. Son una apuesta. Esta dualidad entre costes actuales y tangibles y los beneficios que son hipot¨¦ticos y para el futuro hace pol¨ªticamente muy dif¨ªcil la adopci¨®n de las medidas que requiere la crisis clim¨¢tica.
Las nuevas tecnolog¨ªas energ¨¦ticas que vienen en camino ofrecer¨¢n una soluci¨®n. Pero esa soluci¨®n tambi¨¦n va a requerir de importantes innovaciones en tecnolog¨ªa pol¨ªtica. @moisesnaim