Teor¨ªa de Juegos de Invierno
Nada hay tan morboso como asistir al imp¨²dico proceso de redefinici¨®n del significado de un significante vac¨ªo ¨DJuegos de Invierno mediterr¨¢neos¨D del que pretende extraerse un beneficio
Despu¨¦s de tantas semanas de pertinaz sequ¨ªa, tiene su dist¨®pica iron¨ªa que uno de los principales esl¨®ganes de la candidatura ol¨ªmpica impulsada por la Generalitat proclame que los de 2030 ser¨¢n ¡°los primeros Juegos de Invierno mediterr¨¢neos de la historia¡±. De alguna manera debe justificarse el marketing de una denominaci¨®n que, adem¨¢s de nombrar a los Pirineos, incorpora como marca el nombre de Barcelona. As¨ª algunos de sus defensores han razonado que si la capital catalana redescubri¨® el mar en 1992, ahora habr¨ªa llegado el momento de abrirse a la monta?a (como si fuese una desconocida para los urbanitas, como si no importase que est¨¦ a m¨¢s de 100 kil¨®metros de distancia y que el coche privado es el ¨²nico transporte plausible para cubrirlos).
A pesar de la latosa controversia entre los gobiernos de Arag¨®n y de Catalu?a, que van a situar al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE) en una tesitura endemoniada de la que solo sacar¨¢n r¨¦dito electoral unos y otros, aparentemente se sigue trabajando para sustanciar esa candidatura. Hay alg¨²n documento para promocionar el proyecto, alguna encuesta sobre su aceptaci¨®n social. Pero lo m¨¢s abracadabrante es que pasan los meses y, entre programas estrat¨¦gicos y promesas de la lechera de desarrollo de zonas con problemas end¨¦micos, no se asuma una evidencia: o nieva muy poco o no nieva.
De acuerdo: el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) puede prometer y promete que a partir de ahora los Juegos Ol¨ªmpicos ser¨¢n supereventos sostenibles. Vale: este viernes responsables de la Generalitat que lideran la candidatura se reunieron con alcaldes de una comarca del Pirineo y les dieron garant¨ªas de que la organizaci¨®n era a medio y largo plazo un win win medioambiental y econ¨®mico (la pasta la ponen el COI y los patrocinadores). Pero m¨¢s all¨¢ del voluntarismo sobre el papel y los leg¨ªtimos intereses sobre el territorio, se hace dif¨ªcil pensar que el Pirineo sea hoy el lugar donde podr¨¢ reinventarse un modelo cuya din¨¢mica fue met¨®dicamente descrita el a?o pasado por un equipo de profesores de la Universidad de Lausana en un estudio publicado por la revista Nature: ¡°El poder del espect¨¢culo ol¨ªmpico no se aprovecha actualmente para transformar modos insostenibles de producci¨®n econ¨®mica mundial, sino para afianzarlos. No est¨¢ a la altura de los ideales humanistas de los Juegos Ol¨ªmpicos que pretender ser una fuerza para el progreso y la mejora, para la humanidad y para el planeta¡±.
Llego al art¨ªculo tras leer otro de los camaradas del digital Cr¨ªtic. All¨ª dos ambient¨®logos y una ge¨®grafa ¨DCerd¨¤, P¨¦rez, Margalef¨D son concluyentes: no se dan ni se dar¨¢n las condiciones clim¨¢ticas para organizar unos Juegos de Invierno en el Pirineo. En los ¨²ltimos 50 a?os la temperatura ha aumentado 1,3?¡ãC, una progresi¨®n que no parece que pueda modificarse. Estos tres autores han sumado su firma a un manifiesto suscrito por m¨¢s de 150 cient¨ªficos. Se dio a conocer este jueves. Acumulan datos contra una propuesta de sostenibilidad que consideran imposible. Afirman que el aumento de temperaturas provocado por el cambio clim¨¢tico hace dif¨ªcilmente viable el sistema de estaciones de esqu¨ª actuales, cada vez m¨¢s dependientes de nieve artificial. Y para la producci¨®n de esa nieve se reduce la recarga de los acu¨ªferos de la zona para las pr¨®ximas d¨¦cadas, es necesario usar unos aditivos que alteran la cualidad del agua, debe tenerse en cuenta que el aumento de temperatura es directamente proporcional al retroceso progresivo de glaciares en el Pirineo y, al fin, se reduce la disponibilidad de agua para otros usos en ese territorio.
Nada hay tan morboso como asistir al imp¨²dico proceso de redefinici¨®n del significado de un significante vac¨ªo ¨DJuegos de Invierno mediterr¨¢neos¨D del que pretende extraerse un beneficio. Implementar un proyecto de prosperidad para zonas afectadas por la despoblaci¨®n es un reto pol¨ªtico de primera magnitud. Creer que soluciones antiguas sirven para nuestro momento de transici¨®n energ¨¦tica es otra distop¨ªa que, a medio plazo, intensifica la desconexi¨®n de esas zonas con la esperanza e inversiones que sus habitantes merecen.
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