O C¨¦sar o nada

Las conspiraciones internas en los partidos son frecuentes. No en vano, m¨¢s de la mitad de los primeros ministros desde la II Guerra Mundial han ca¨ªdo por rebeliones de su partido, y no ajusticiados por los votantes. En el contexto espa?ol, eso s¨ª, la resistencia es la t¨®nica dominante siempre que se controle el aparato, algo que blinda incluso del veredicto de las urnas (al menos, un tiempo).

Una consecuencia de la crisis de representaci¨®n en Espa?a ha sido generalizar sistemas de primarias incluso en el PP, aunque en esta formaci¨®n sea sui generis. Esto, que en teor¨ªa iba encaminado a abrir los partidos, ha terminado haciendo de ellos estructuras verticales y sin contrapoderes. Ya no hay comit¨¦s federales que valgan. Hoy un l¨ªder es m¨¢s inexpugnable que nunca, y en el Partido Popular, que ya era muy presidencial desde la ¨¦poca de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, dicha l¨®gica todav¨ªa est¨¢ m¨¢s reforzada.

Las espadas siguen en alto entre la direcci¨®n nacional y la presidencia de la Comunidad de Madrid por el control del aparato auton¨®mico. De nuevo, un aspecto clave para sobrevivir y, en el caso de Isabel D¨ªaz Ayuso, tal vez optar a G¨¦nova 13. La tensi¨®n era indisimulada, pero el fracaso de la estrategia nacional en Castilla y Le¨®n ha detonado una guerra a tumba abierta con el esc¨¢ndalo de espionajes y comisiones. Algo que genera un ruido que ahonda en la debilidad del PP justo cuando Vox, su principal adversario, tiene momentum.

Es complicado que Ayuso no termine controlando el partido en Madrid merced de su victoria electoral de 2021 y con el concurso de sus poderosos apoyos externos. Expulsarla del partido podr¨ªa acabar con una escisi¨®n y con el PP perdiendo su principal fuente de ingresos y poder, as¨ª que sus rivales no tienen la fuerza para matarla pol¨ªticamente. Ahora bien ?Puede esta batalla hacer que Pablo Casado pierda el control de su partido?

Hay que partir de que cualquier procedimiento para descabalgar al l¨ªder en una estructura tan vertical como la del PP es muy costoso y el ruido de un proceso interno tiende a erosionar las expectativas electorales. Por eso Ayuso necesita aliados fuera de su ¨¢mbito y aqu¨ª es donde el calendario conspira en su contra, demasiado pegado a Andaluc¨ªa y el ciclo de 2023. O acumula masa cr¨ªtica muy r¨¢pido o, cuanto m¨¢s se alargue la guerra de posiciones, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ que la direcci¨®n se blinde.

No debemos olvidar que cualquier organizaci¨®n es conservadora por definici¨®n, y un acuerdo, incluso con cambio de la direcci¨®n nacional, ser¨ªa la salida m¨¢s racional para el partido. Sin embargo, no hay ninguna duda de que Pablo Casado se lo juega todo a una bala. Si no es capaz de formar gobierno tras las pr¨®ximas elecciones generales su carrera pol¨ªtica llegar¨¢ a su fin. El problema es que ha estado tan obsesionado con las consecuencias de errar el tiro que ahora debe pelear por el derecho a disparar.