Cuando los j¨®venes ya no quieren votar
Nada es m¨¢s peligroso que ese desinter¨¦s por la pol¨ªtica por parte de los j¨®venes en este momento en que Brasil tanto se juega en las elecciones
No existen a¨²n estad¨ªsticas de c¨®mo los m¨¢s j¨®venes est¨¢n viviendo esta guerra de Rusia contra Ucrania. Y ellos deber¨ªan ser el mejor term¨®metro, pues cargar¨¢n m¨¢s que nadie con sus consecuencias futuras. Escribo desde Brasil, donde la guerra se ve a¨²n como lejana aunque la poblaci¨®n siente ya el peso de la inflaci¨®n que agarrota a los m¨¢s pobres, que son la gran mayor¨ªa.
No es posible separar las heridas de la guerra de la pol¨ªtica. Tantas veces en la Historia los conflictos sangrientos nacen cuando los pol¨ªticos se marchitan o corrompen. Esto ha provocado que en Brasil hayan sorprendido unas cifras ofrecidas por el diario O Estado de S. Paulo sobre el desinter¨¦s de los m¨¢s j¨®venes por todo lo que signifique pol¨ªtica, comenzando por el derecho a votar.
Fue la Asamblea Constituyente de 1988, tras la dictadura militar, la que permiti¨® el voto a los j¨®venes de 16 a?os, algo que pocos pa¨ªses tienen a¨²n hoy. En 1992, en Brasil, de estos j¨®venes fueron a votar 3,2 millones mientras que ahora, a pocos meses de unas elecciones presidenciales que se anuncian cruciales, solo se han inscrito para votar 731.000, lo que est¨¢ siendo interpretado como un divorcio de los m¨¢s j¨®venes de los problemas que les afectan directamente.
Nada podr¨ªa ser, sin embargo, m¨¢s peligroso que ese desinter¨¦s por la pol¨ªtica por parte de los j¨®venes en este momento en que Brasil tanto se juega en las elecciones en las que podr¨ªa volver a ganar la extrema derecha fascista de Jair Bolsonaro. Y deber¨ªan ser esos j¨®venes los m¨¢s interesados con la democracia que les permite resolver los graves problemas que a ellos les afectan m¨¢s que a nadie, como la defensa del medio ambiente, la nueva revoluci¨®n tecnol¨®gica, la defensa de los diferentes, la oportunidad de poder escoger en libertad su futuro, de desarrollarse culturalmente y de asegurarse un ma?ana sin guerras y con menos injusticias.
Los j¨®venes deber¨ªan ser los m¨¢s sensibles a todo lo que afecta a su futuro y eso est¨¢ hoy en manos de los pol¨ªticos que ellos rechazan. Y el peligro, que es ya universal, es que puedan caer en la trampa de esa extrema derecha que coquetea hasta con el nazismo y que ha prostituido la palabra ¡°libertad¡±, que deber¨ªa ser sagrada. Y es esa la trampa que les coloca la pol¨ªtica que anida en su seno la nostalgia de las guerras y conflictos, la violencia y el absolutismo. Les ofrece a esos j¨®venes el disfraz de la libertad y de lo que consideran los valores perdidos, como el patriotismo, la defensa de la familia, de Dios y hasta de la libertad, que en boca de la extrema derecha suena a insulto.
Fue eso, curiosamente, lo que Bolsonaro transmiti¨® en su reciente visita al jerarca ruso Vladimir Putin cuando le dijo textualmente: ¡°A nosotros nos une la fe en Dios, la defensa de la patria, la familia y la libertad¡±. Y hoy, en plena guerra provocada por el tirano de Mosc¨², Bolsonaro sigue jact¨¢ndose de haberle estrechado la mano ¡°al hombre m¨¢s poderoso del mundo¡±.
Quiz¨¢s los j¨®venes se est¨¦n alejando de la pol¨ªtica, y no solo aqu¨ª en Brasil, porque intuyen que los valores de la democracia y de las libertades se est¨¢n esfumando en manos de los que consideran que han hecho de la pol¨ªtica un balc¨®n de intereses personales, alejados de todo idealismo que es lo que les fascina a una edad en la que sus ojos est¨¢n a¨²n limpios de prejuicios y enga?os.
Manuel Vicent, d¨ªas atr¨¢s, en su como siempre genial columna, nos dijo dolorido que hoy ¡°todos los violines est¨¢n ensangrentados¡±. Y esa sangre es tambi¨¦n de j¨®venes y hasta de reci¨¦n nacidos. Al terminar la Guerra Civil espa?ola, que seg¨® m¨¢s de un mill¨®n de vidas, el escritor Ernest Hemingway, que vivi¨® aquella tragedia, se pregunt¨®: ¡°?Por qui¨¦n doblan las campanas?¡±. Entonces, como hoy, las campanas del mundo doblan de nuevo por los ca¨ªdos en una guerra sin sentido.
En la lengua espa?ola, cuando las campanas ¡°doblan¡± es a muerte, pero tambi¨¦n ¡°repican¡± a gloria. Hoy y siempre, a los j¨®venes por encima de todo les interesa el repicar a gloria de las campanas y que los violines en vez de ensangrentados brillen al sol y apaguen con su m¨²sica el estruendo diab¨®lico de la guerra. ?Acabar¨¢n entendi¨¦ndolo los pol¨ªticos que en vez de mirarse solo al ombligo a¨²n apuestan por la democracia, la rectitud y la paz?
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