El delirio de la soberbia
Carlos Gran¨¦s ha escrito un ensayo extraordinario sobre la historia cultural de Am¨¦rica Latina que revaloriza la originalidad y los esfuerzos muy ricos y m¨²ltiples de la literatura y el arte en el continente
Extraordinario el libro que ha escrito Carlos Gran¨¦s en todos estos a?os de coronavirus y pandemia, mientras Vlad¨ªmir Putin se preparaba para invadir Ucrania y matar ucranios: Delirio americano. Una historia cultural y pol¨ªtica de Am¨¦rica Latina (Taurus), obra inmensa de casi 600 p¨¢ginas, que comienza con la muerte de Jos¨¦ Mart¨ª, reci¨¦n llegado a Cuba para luchar por su independencia, y termina en 2016 con el fallecimiento de Fidel Castro.
Entre estas dos fechas, seg¨²n Carlos Gran¨¦s, se resume una historia cultural latinoamericana (en la que, por fin, est¨¢ incluido Brasil), que seg¨²n ¨¦l, tiene como norma, desde los tiempos poscoloniales, luchar contra Estados Unidos, desde el arielismo derechista de Jos¨¦ Enrique Rod¨® hasta las guerrillas contempor¨¢neas, que estallan en diversas partes de Am¨¦rica Latina, y duran, por ejemplo en Colombia, hasta nuestros d¨ªas. No estoy muy de acuerdo con esta tesis, pero, para refutarla cabalmente, hay que pasarse unos diez a?os repitiendo la haza?a de Gran¨¦s y leyendo toda la inmensa cantidad de libros que ¨¦l ha revisado en este tiempo, de modo que s¨®lo me atrevo a decir que la mayor¨ªa de los buenos escritores latinoamericanos no escribieron sus mejores libros con esta intenci¨®n (entre ellos, por ejemplo, Borges, Octavio Paz, Garc¨ªa M¨¢rquez, Neruda, Rulfo, C¨¦sar Vallejo, Onetti) aunque algunos de ellos se acomodaran en la vida corriente a defender esta tesis militante. Pero, repito, para refutar esta idea que preside este notable volumen hay por lo menos que trabajar tanto como ¨¦l en este libro, que, creo, es el m¨¢s importante que se ha escrito resumiendo la historia y la cultura latinoamericana, de principio a fin. Porque, aunque el libro est¨¦ concentrado en el siglo XX, hay en ¨¦l extensos p¨¢rrafos sobre la historia prehisp¨¢nica e incluso posguerrillas, la ¨¦poca actual, que muestran un dominio y conocimiento de la historia y la cultura de Am¨¦rica Latina (el ¡°delirio de la soberbia¡± seg¨²n Carlos Gran¨¦s) extraordinario y ejemplar.
Un aspecto verdaderamente desconocido hasta ahora en las grandes s¨ªntesis que se han hecho de la cultura y la historia de Am¨¦rica Latina ha sido el de la experimentaci¨®n vanguardista, a la que el libro de Gran¨¦s dedica muchas p¨¢ginas. Y demuestra, de manera categ¨®rica, que escritores como el chileno Vicente Huidobro y el argentino Leopoldo Lugones estuvieron, respectivamente, al frente de movimientos internacionales de gran envergadura que desbordaron sus respectivos pa¨ªses y crearon tendencias internacionales de gran val¨ªa y originalidad, que contaminaron a las nuevas generaciones, y surgieron, entre los disc¨ªpulos de aquellos pioneros, algunos poetas y prosistas que conviene releer por su riqueza y originalidad, que pasaron casi desapercibidos en su ¨¦poca.
Delirio americano est¨¢ muy bien escrito y no hay en ¨¦l libros que no hayan sido le¨ªdos y valorados por su propio autor. Esto es algo que merece ser subrayado, pues lo distingue entre la enorme cantidad de ensayos supuestamente informados que se han escrito sobre la historia y la vida cultural de Am¨¦rica Latina, que exclu¨ªan por lo general al Brasil y pasaban muy por encima de un examen riguroso y preciso, como nos da este libro, sobre lo que ocurr¨ªa en los distintos pa¨ªses del continente, tanto en la pl¨¢stica pict¨®rica como en la vida pol¨ªtica y literaria, de modo que revela un panorama muy preciso, y en cierto modo exaltante por su variedad y su riqueza, de la vida cultural latinoamericana, mucho m¨¢s importante que lo que se hab¨ªa cre¨ªdo hasta ahora. El libro es tambi¨¦n eso: una revalorizaci¨®n de los esfuerzos muy ricos y m¨²ltiples de la literatura y el arte de Am¨¦rica Latina en los a?os que, se cre¨ªa hasta ahora, la cultura latinoamericana aparec¨ªa como una mera extensi¨®n de lo que se hac¨ªa en los Estados Unidos y en Europa occidental. El ensayo de Gran¨¦s tiene, entre otras virtudes, la de mostrar que en el siglo XX tanto la literatura como el arte de Am¨¦rica Latina revelan, para quien quiera enterarse, una originalidad notable, a veces en consonancia con lo que suced¨ªa en otras partes del mundo, y, a veces, como durante la ¨¦poca modernista, de manera aut¨®noma, incluso en el dominio de la experimentaci¨®n y la vida pol¨ªtica.
Un ejemplo, entre las mil novedades que contiene este ensayo: la influencia del nazismo y el hitlerismo en Am¨¦rica Latina. A m¨ª me han sorprendido, por ejemplo, las p¨¢ginas que el ensayo dedica a este tema. Ignoraba por completo que el reino de los Somoza en Nicaragua, lo inaugura un movimiento cultural espec¨ªficamente nazi del que es miembro el primero de esta estirpe siniestra, que se propon¨ªa nada menos que extender por el continente el racismo y los m¨¦todos violentos que aplicaba ya en Alemania el movimiento hitleriano. Tambi¨¦n me ha sorprendido ¡ªy convencido, adem¨¢s¡ª la influencia del fascismo italiano y el movimiento nazi alem¨¢n en Brasil y Argentina, una influencia que Carlos Gran¨¦s hermana, con argumentos s¨®lidos, entre el movimiento peronista y el futurismo brasile?o, el que, por lo dem¨¢s, tiene dos caras, una negativa en el campo pol¨ªtico, y una positiva en lo literario y art¨ªstico, que produce un sinn¨²mero de artistas y escritores de alto nivel.
Hay algunas p¨¢ginas en este libro que es dif¨ªcil no leer a carcajadas: el de los dictadores, por ejemplo. Qu¨¦ repulsiva colecci¨®n de personajes se contorsionan en estos cap¨ªtulos, desde la desgraciada Centroam¨¦rica, hasta el R¨ªo de la Plata y las islas del Caribe. Acaso, en este campo, sea dif¨ªcil no disfrutar con el libro de Carlos Gran¨¦s en las p¨¢ginas que describen lo que signific¨® la Revoluci¨®n Cubana como estallido de lo que cre¨ªamos una nueva forma de libertad en el continente americano bajo la direcci¨®n de Fidel Castro y del Che Guevara, y el empobrecimiento de estas ideas a medida que pasaban los a?os y Cuba se iba convirtiendo, cada d¨ªa m¨¢s, en una dictadura vulgar, como es la de hoy d¨ªa, contra la que protestan los artistas, convertidos en la vanguardia de una nueva libertad para esa islita que alguna vez asombr¨® e ilusion¨® al mundo entero, antes de convertirse en una t¨ªpica dictadura caribe?a.
Gran¨¦s no ha descuidado ning¨²n aspecto de la vida cultural en este libro admirable. Las artes pl¨¢sticas ocupan muchas p¨¢ginas en ¨¦l, por supuesto, pero tambi¨¦n la m¨²sica, y los actos delirantes de la guerrilla cultural, sobre todo en M¨¦xico y en el Brasil, p¨¢ginas donde Gran¨¦s hace una demostraci¨®n de erudici¨®n informativa que, quisiera subrayarlo, es notable, y, al mismo tiempo, entre tr¨¢gica y divertida. Esta mezcla es tal vez una de las mayores originalidades de su ensayo: cuando ¨¦l parece ir naufragando en un mero cat¨¢logo, surgen de pronto personajes caracter¨ªsticos, como el ecuatoriano Velasco Ibarra, que se preciaba de dominar a su pueblo siempre que le dieran un balc¨®n, o los famosos ¡°indigenistas¡±, a los que ¨¦l dedica m¨¢s p¨¢ginas de las que se merecen, a mi juicio, sobre todo en lo que dice de una de las peores novelas que se escribieron en aquella tendencia. Me refiero a Huasipungo, de Jorge Icaza. Hay, creo, una sobrevaloraci¨®n de esta novela en su libro, una de las muy escasas exageraciones que, me parece, figuran en este ensayo excepcional.
Creo que entre los libros publicados en estos a?os, el ensayo de Carlos Gran¨¦s quedar¨¢ como uno de sus m¨¢s firmes valores, en un campo ¡ªel ensayo¡ª en el que, pese a escritores como Henr¨ªquez Ure?a o Alfonso Reyes, Am¨¦rica Latina no ha sido demasiado pr¨®diga.
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