Francia: elecciones en guerra
La invasi¨®n de Ucrania puede desactivar los populismos en las urnas y fortalecer la protecci¨®n de las fr¨¢giles democracias europeas
La invasi¨®n rusa de Ucrania ha fortalecido a la Uni¨®n Europea y a la OTAN. Tambi¨¦n deber¨ªa fortalecer a las democracias occidentales, sometidas desde hace una d¨¦cada a una tensi¨®n interna por fuerzas populistas de derecha y de izquierda, y hoy enfrentadas a un desaf¨ªo externo e incomparablemente mayor: el de un aut¨®crata, Vlad¨ªmir Putin, que bombardea civiles ucranios y esgrime ante el mundo el arma nuclear.
Las elecciones presidenciales del 10 y el 24 de abril en Francia permitir¨¢n evaluar el impacto en las urnas de la guerra que Putin inici¨® el 24 de febrero. Los sondeos reflejan el llamado efecto bandera: en tiempos de crisis, suele producirse un cierre de filas en torno al l¨ªder. El actual presidente, el centrista Emmanuel Macron, se ha consolidado como favorito, aunque ha perdido algo de ventaja en los ¨²ltimos d¨ªas respecto a su inmediata perseguidora, Marine Le Pen, l¨ªder hist¨®rica de la extrema derecha. Como en la recta final de la campa?a anterior, en 2017, el l¨ªder de la izquierda populista, Jean-Luc M¨¦lenchon, se ha impuesto como candidato del voto ¨²til de la izquierda y cree tener opciones para pasar a la segunda vuelta.
En el contexto de guerra y amenaza existencial para Europa, incluso los candidatos m¨¢s radicales se esfuerzan por suavizar sus posiciones. Le Pen, que en una campa?a anterior recibi¨® un pr¨¦stamo millonario de un banco ruso, ya no quiere, como en 2017, sacar a Francia de la UE y del euro. M¨¦lenchon, que en enero justificaba la movilizaci¨®n militar rusa por la supuesta ¡°amenaza¡± que planteaba Ucrania, sigue siendo partidario de abandonar la OTAN, pero ahora dice que, en plena guerra, no es el momento de sacar a su pa¨ªs del campo occidental. Es significativo que el mayor damnificado en los sondeos haya sido el tertuliano ultra ?ric Zemmour, cuyos exabruptos racistas y entusiastas declaraciones de fe en Putin casan mal con el imperativo de pacificaci¨®n en esta campa?a.
La guerra ha impuesto un momento de sobriedad y de seriedad. Quiz¨¢ marque el inicio del final de una d¨¦cada populista en Occidente que ha envalentonado a los aut¨®cratas en Rusia o China. En poco m¨¢s de un mes, los europeos se han rearmado militar e institucionalmente con el env¨ªo de armamento a Ucrania o las sanciones masivas a Rusia. Pero es la hora, tambi¨¦n, de un rearme ideol¨®gico. Putin ve en la UE la encarnaci¨®n de la decadencia occidental y el relativismo moral, pero al atacar a un pa¨ªs democr¨¢tico y que aspira a entrar en la UE como es Ucrania puede actuar como un electrochoque: nos ha recordado que no hay que dar por seguras las imperfectas democracias pluralistas, y que merece la pena defenderlas. En este combate, Francia es capital.
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