¡®UltraJada¡¯
Apuesto a que Pinkett acab¨® quemada en la gala de los Oscar despu¨¦s de que su poderoso marido la defendiera de un chiste sin maldita gracia d¨¢ndole un sopapo al ofensor
Hace 30 a?os, a los veintipocos, hice un reportaje sobre las novatadas salvajes a las que algunos caballeros paracaidistas somet¨ªan a los reclutas. Para documentarme, fui a sus garitos y altern¨¦ con ellos. Sola, por supuesto. Est¨¢ mal que lo diga, pero, una tuvo 20 a?os vistosillos, y hubo de soportar ciertos bramidos con la mezcla de oprobio y naturalidad con que encaj¨¢bamos esas barbaridades las mujeres entonces. Hasta que se public¨® el art¨ªculo. Esa noche, de paseo con mi novio, que ten¨ªa una pierna rota, par¨® un coche, bajaron tres paracas y me escupieron a la jeta: ¡°Vamos a ir a tocarte las tetas al ?ngelo¡±, en referencia al prost¨ªbulo m¨¢s fino del pueblo. En qu¨¦ hora. Mi pareja grit¨® que, para putas, sus madres. Les tir¨® una muleta. Le troncharon la otra. Y volvieron a partirle la pierna antes de salir por patas mientras yo lloraba a gritos, no sab¨ªa si m¨¢s de pena, rabia o verg¨¹enza. Como que la tuvimos gord¨ªsima. El cojo no entend¨ªa mi cabreo, encima que hab¨ªa salido a defenderme. Pero eso era justo lo que me rebelaba. Que se tomara mi justicia por su mano. ?Defenderme o defenderse? ?Lavar mi honor o el suyo? Me ultraj¨® m¨¢s su rapto de macho herido en su orgullo salvando a hostias la honra de su hembra que el exabrupto de unos orates, que me resbalaba.
Creo no ser la ¨²nica. Apuesto a que, bajo su divino perfil de diva de Hollywood, Jada Pinkett Smith estaba tan quemada en la gala de los Oscar como yo aquella noche, despu¨¦s de que su poderoso marido la defendiera de un chiste sin maldita gracia d¨¢ndole un sopapo al ofensor ante todo el planeta. Dir¨¢n que no, que luego se fueron de fiesta. No tienen ni idea. Anda que no he ido yo a saraos de morros con el propio sin que nadie se coscara de la bronca. Por cierto, el d¨ªa despu¨¦s de la noche de autos, llam¨¦ al cuartel de los paracas y narr¨¦ los hechos. Le cay¨® un paquete a toda la compa?¨ªa. Pagaron justos por pecadores, s¨ª, pero me dio pena la justa. Vale que una no es puta, pero tampoco santa.
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