El bofet¨®n: as¨ª nace un meme

La bofetada de Will Smith a Chris Rock en los Oscar parec¨ªa planeada para Twitter. De hecho, la ma?ana del lunes ya hab¨ªa tuiteros temiendo todo lo que iba a pasar durante las siguientes horas. Y acertaron. La escena encajaba tan bien con esta red social que miles de tuiteros se hab¨ªan puesto a trabajar nada m¨¢s verla, hasta el punto de que el escritor Manu de Lorenzo alertaba de que ¨ªbamos demasiado deprisa: ¡°Primero, los memes. Despu¨¦s, la opini¨®n de todo el mundo. Y por ¨²ltimo, los que se indignan porque la gente d¨¦ su opini¨®n. ?Y a media ma?ana, la siguiente pol¨¦mica! No mezclemos etapas, por favor¡±.

El periodista Ryan Broderick usaba la expresi¨®n ¡°preagotamiento viral¡± en su bolet¨ªn para definir esta sensaci¨®n de que, nada m¨¢s ver la bofetada, ya sab¨ªamos todas las etapas por las que iba a transcurrir la conversaci¨®n, del meme al debate p¨²blico. Y fue lo que pas¨®, porque todo el mundo sab¨ªa cu¨¢l era su papel: hubo chistes, reflexiones sobre los l¨ªmites del humor, sobre los l¨ªmites de la violencia, sobre los l¨ªmites del machismo y sobre los l¨ªmites de las reflexiones. Se mezclaban adem¨¢s elementos de raza, de g¨¦nero y, por supuesto, de clase (?debemos preocuparnos por el hecho de que un millonario abofetee a otro?). Encima, las disculpillas posteriores de Smith solo a?ad¨ªan m¨¢s cosas horribles de las que hablar, como esa idea de que el amor hace que nos liemos a pu?etazos con la gente. Tambi¨¦n se compartieron bulos y aparecieron incluso negacionistas (¡°?la bofetada es un montaje!¡±). Y a¨²n no era ni la hora del caf¨¦.

Adem¨¢s, en el debate no hab¨ªa opci¨®n buena, lo que complicaba a¨²n m¨¢s el asunto. Y es que en Twitter es muy f¨¢cil opinar, pero muy dif¨ªcil matizar. Es decir, uno pod¨ªa acabar metido en el bando de los que defend¨ªan el sopapo o en el de los que defend¨ªan el insulto. Y daba igual lo mucho que se esforzara por intentar quitarse la etiqueta: los detalles del hilo de 47 tuits quedaban ahogados entre los ¡°ah, entonces te parece bien pegar a alguien por un chiste¡± o ¡°ah, entonces te parece bien re¨ªrte de los problemas de salud de los dem¨¢s¡±, seg¨²n el caso.

Pero, claro, es que no hab¨ªa forma de resistirse, incluso sabiendo todo esto. Dejando los debates ¨¦ticos a un lado (?est¨¢ bien pegar a Chris Rock?), el bofet¨®n se hab¨ªa convertido en un meme s¨²bito, fuente toda clase de chistes y montajes, ahora y en los pr¨®ximos a?os. Era tan perfecto que parec¨ªa la recreaci¨®n de otro meme cl¨¢sico, el de Batman sacudiendo a Robin, como se apuntaba en muchos tuits.

Por cierto, en Espa?a se recordaban otros bofetones ib¨¦ricos que, de haberse producido en la ¨¦poca de las redes sociales, habr¨ªan causado una conmoci¨®n similar. Como cuando Jes¨²s Gil le solt¨® un pu?etazo al gerente del Compostela, Jos¨¦ Gonz¨¢lez Fidalgo. O cuando Camilo Jos¨¦ Cela, premio Nobel de Literatura (el Oscar de los libros), le sacudi¨® un mamporro al periodista del coraz¨®n Jes¨²s Mari?as. La conversaci¨®n era tan veloz y atropellada que apenas se mencion¨® el ejemplo m¨¢s obvio, el ¡°que te pego, leche¡± de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos a Miguel Boyer.

E insisto: todo esto fue rapid¨ªsimo. Pocas horas despu¨¦s del bofet¨®n, el tema ya hab¨ªa dado varias vueltas. Y es normal: son muchos a?os y Twitter se ha convertido en una maquinaria perfectamente engrasada que cada vez resuelve los temas con m¨¢s eficiencia. Dentro de poco lograremos tuitearlo todo antes de que pase. Cuando se vea venir, claro, que lo del bofet¨®n no se lo esperaba ni Chris Rock cuando vio a Smith caminando hacia ¨¦l con cara de ¡°hoy me dan el Oscar y ma?ana, el Princesa de Asturias de la Concordia¡±.