Oligarcas blindados
Cuando un reportero saca a la luz algo que les incomoda, contratan a bufetes de ¨¦lite para que lo demanden por una cantidad desorbitada. Muy pocos medios pueden aguantar el pulso sin arruinarse
Seguir el rastro del dinero de un oligarca no es f¨¢cil. Sus propiedades est¨¢n desperdigadas por medio mundo y hacen donaciones millonarias a instituciones internacionales, con lo que sus beneficiarios no suelen se?alarles. Pero sobre todo si cuesta tanto enterarse de sus negocios es porque los periodistas no pueden investigar: adem¨¢s de coches y yates, los oligarcas tienen abogados que los protegen. Se valen de un blindaje como las demandas estrat¨¦gicas contra la participaci¨®n p¨²blica (SLAPP, por sus siglas en ingl¨¦s).
Cuando un reportero saca a la luz algo que les incomoda, contratan a bufetes de ¨¦lite para que lo demanden por una cantidad desorbitada. El litigio puede durar meses y muy pocos medios pueden aguantar el pulso sin arruinarse. Las SLAPP son b¨¢sicamente instrumentos de acoso legal que sirven para intimidar, callar y destruir. De hecho, se las conoce como ¡°procesos judiciales mordaza¡±. En el Reino Unido son muy habituales porque la mayor¨ªa de los abogados que se dedican a esto trabajan en Londres. Han encontrado un nicho en personas y organizaciones con mucho poder que quieren evitar el escrutinio p¨²blico. Por ejemplo, varios oligarcas rusos han demandado por difamaci¨®n a la periodista Catherine Belton, autora del libro Los hombres de Putin. Entre ellos, Roman Abram¨®vich, que ahora est¨¢ mediando en la guerra, porque Belton afirmaba que el millonario se hab¨ªa comprado el Chelsea siguiendo instrucciones de Putin. Al final llegaron a un acuerdo y Belton tuvo que rebajar algunas afirmaciones, a pesar de que, seg¨²n ella, las ten¨ªa bien atadas.
Estas acciones legales no solo las orquestan empresarios rusos. Son muy comunes, por ejemplo, en Bulgaria, Hungr¨ªa, o Eslovenia, cuando un periodista o activista denuncia casos de extorsi¨®n o de lavado de dinero. En Malta, Daphne Caruana, la bloguera asesinada en 2017 por airear la corrupci¨®n en las altas esferas de su pa¨ªs, ten¨ªa m¨¢s de 40 demandas pendientes. El compa?ero que ha continuado algunas de sus investigaciones, Manuel Delia, se enfrenta tambi¨¦n a varias SLAPP. Distintas asociaciones le est¨¢n ayudando a pagar los costes porque no hay reportero independiente que aguante solo.
Si permitimos estas pr¨¢cticas, estamos destrozando el Estado de derecho. En el Reino Unido, Boris Johnson ha reconocido que cada vez menos reporteros est¨¢n dispuestos a se?alar a los oligarcas por miedo a que los arruinen. Londres dice que est¨¢n ultimando leyes de protecci¨®n, y lo tremendo es que no las hayan implementado a¨²n. En la Uni¨®n Europea se habla de libertad de prensa, pero tampoco existe una legislaci¨®n anti SLAPP. El Parlamento Europeo lleva a?os pidi¨¦ndola. El a?o pasado, 60 organizaciones no gubernamentales presentaron una propuesta y la Comisi¨®n ten¨ªa que haber legislado a finales de 2021. No lo hizo. Supuestamente tendremos un texto listo antes de que termine este a?o. Esperemos que as¨ª sea, que nos jugamos mucho. @anafuentesf
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