Belicistas
El escenario internacional es un territorio salvaje donde las leyes son poco m¨¢s que piadosos deseos y prevalecen la fuerza y los crudos intereses
La guerra es horrible. Quien la aborrece tiene dos obligaciones: evitar con todas sus fuerzas iniciarla y, cuando ya se ha declarado, tratar con todas sus fuerzas de ganarla. As¨ª que es absurdo llamar ¡°belicistas¡± a los que se defienden de una agresi¨®n en Ucrania y piden refuerzos y ayuda internacional. Los belicistas, es decir, los propagandistas de las ventajas de la guerra, son quienes abogan por el di¨¢logo con el que viene a matarnos o recomiendan rendirse ante el m¨¢s fuerte: son esos los que demuestran lo rentable de inspirar terror por medios violentos. Como dijo Max Frisch: ¡°Peor que el ruido de las botas es el silencio de las zapatillas¡±. Pero quien se revuelve contra el atacante sin tregua ni descanso pese a ser m¨¢s d¨¦bil es el que prueba que la fuerza bruta no lo es todo. Aunque los ucranios no sean ¨¢ngeles, est¨¢n padeciendo injusticia feroz, igual que llevar minifalda provocativa ¡ªlo es, lo es¡ª no justifica al abusador. El derecho a no ser agredido no proviene de la virtud moral o la prudencia pol¨ªtica, sino de la ley civilizada,
Lo malo es que el escenario internacional es un territorio salvaje donde las leyes son poco m¨¢s que piadosos deseos y prevalecen la fuerza y los crudos intereses. Ahora la potencia nuclear no es un elemento disuasorio, como lo fue durante la Guerra Fr¨ªa, sino la garant¨ªa de impunidad para el peor tirano de la farsa (ya s¨¦ que todos los que tienen la Bomba deben ser mirados con recelo, pero Vlad¨ªmir Putin se lleva la palma en el ranking de lo pol¨ªticamente detestable). De modo que los antibelicistas tendr¨¢n que resguardarse en alianzas protectoras ¡ªbendita OTAN¡ª y fortificarse cuanto puedan para que atacarles sea mal negocio. Seg¨²n John Mearsheimer: ¡°en nuestro mundo an¨¢rquico vale m¨¢s ser Godzilla que Bambi¡±. Ojal¨¢ haya un modelo intermedio...
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