Si Will Smith hubiera pegado a una mujer
Creo que los hombres est¨¢n alienados por la violencia machista. Y creo adem¨¢s que tienen menos dominio sobre su identidad que las mujeres
Si Will Smith hubiera pegado a una mujer en la ceremonia de los Oscar no hubiera podido quedarse durante toda la gala ni habr¨ªa ido a bailar despu¨¦s. Puede incluso que hubiera salido esposado del Dolby Theatre. Eso es porque el hombre como sujeto pol¨ªtico sigue siendo u...
Si Will Smith hubiera pegado a una mujer en la ceremonia de los Oscar no hubiera podido quedarse durante toda la gala ni habr¨ªa ido a bailar despu¨¦s. Puede incluso que hubiera salido esposado del Dolby Theatre. Eso es porque el hombre como sujeto pol¨ªtico sigue siendo un sujeto violento consentido y alentado por el Estado y por el mercado. Por eso, que un hombre pegue a otro es un asunto que requiere explicaci¨®n antes que sanci¨®n. Si Will Smith hubiera pegado a una mujer su carrera estar¨ªa cancelada, pero veremos c¨®mo se comporta el star system con la violencia machista ejercida contra otro sujeto pol¨ªtico violento, por cuanto var¨®n. Huelga decir que si quien se levanta a pegar hubiera sido mujer, la explicaci¨®n habr¨ªa sido un¨ªvoca: ¡°Est¨¢ loca¡±. Pero Smith no es ning¨²n loco, solo es un hombre.
¡°El cuerpo de las mujeres pertenec¨ªa a los hombres; en contrapartida, el cuerpo de los hombres pertenec¨ªa a la producci¨®n, en tiempos de paz, y al Estado en tiempos de guerra¡±, escribi¨® Virginie Despentes en Teor¨ªa King Kong all¨¢ por 2006. Entonces ella pensaba que esta diferencia empezaba a ser superada por otra injusticia: la polaridad en funci¨®n de la clase social. ¡°El soldado m¨¢s famoso de la guerra de Irak es una mujer. (¡) Los conflictos armados se han vuelto territorios mixtos¡±, a?ad¨ªa. Pero aqu¨ª pec¨® de optimista, creo yo. Porque la pobreza se ha convertido en una capa m¨¢s de injusticia que no ha sustituido la violencia estructural ejercida a trav¨¦s del cuerpo de los hombres.
Hoy llevamos m¨¢s de un mes de invasi¨®n en Ucrania y Volod¨ªmir Zelenski ha decretado una ley marcial seg¨²n la cual todos los hombres en edad militar (entre 18 y 60 a?os) est¨¢n obligados a quedarse a luchar y a morir en nombre del Estado. Una forma de instrumentalizar la violencia a trav¨¦s del cuerpo masculino que ha pasado casi inadvertida para las v¨ªctimas masculinas del machismo de todo el mundo. Sin embargo, muchos varones ucranios no quieren quedarse a morir en nombre del Estado: ellos est¨¢n siendo los apestados de la invasi¨®n. Se consideran desertores y el Gobierno polaco apenas admite solicitudes para su refugio. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si un Estado obligara a las mujeres de entre 18 y 60 a?os a matar y morir en su nombre? ?Se imaginan las reacciones de apoyo, las columnas en este mismo peri¨®dico de otras mujeres en defensa del derecho leg¨ªtimo a decidir sobre el propio cuerpo? Sin embargo, los hombres se mantienen d¨®ciles respecto de la violencia que el Estado confiere al cuerpo del var¨®n. Solo un texto he le¨ªdo por aqu¨ª denunciando esta violencia machista y lo firmaba una mujer: Sabina Urraca.
En los ¨²ltimos a?os las mujeres hemos denunciado de forma un¨ªvoca y universal el hecho de que nuestro cuerpo simb¨®lico pertenezca de una u otra manera a los hombres. La objetualizaci¨®n del cuerpo de la mujer para uso y disfrute del cuerpo masculino es hoy denunciada y se?alada all¨ª donde sucede (aunque queda camino dado que el abuso es sist¨¦mico). Mientras tanto, el sujeto pol¨ªtico var¨®n es violento y mata y viola y lo hace de manera sistem¨¢tica tambi¨¦n. Es por ello que el sujeto pol¨ªtico del feminismo ha sido durante mucho tiempo (y a¨²n sigue siendo) el de la mujer v¨ªctima, el de la mujer muerta, el de la maltratada y el de la violada.
Y yo me pregunto. ?Qu¨¦ hacen los hombres al respecto? ?En qu¨¦ est¨¢n pensando? Me cuesta entender las causas por las que muchos no se rebelan contra el machismo que asedia el cuerpo femenino con la determinaci¨®n con que lo hacemos las mujeres. Pero me sorprende m¨¢s la docilidad masculina respecto de la alienaci¨®n violenta de sus propios cuerpos. Veo a Will Smith levantarse con su gesto macarra y gritar la frase de chulo de instituto, de barrio, de pueblo, de ciudad, de bar, de bautizo, de discoteca: ¡°Mant¨¦n el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca¡±. Y comprendo que ni siquiera es suya, que Smith no es m¨¢s que un fantoche, una m¨¢scara que ni siquiera es consciente de llevar puesta. ?Cu¨¢ntas veces hemos escuchado esta frase? ?Cu¨¢ntas veces un padre, un amigo, un jefe, un amante, un compa?ero pondr¨¢ su cuerpo al servicio de la violencia sin cuestionarse y sin que ning¨²n otro lo cuestione en su nombre? A Smith le hemos o¨ªdo decir palabras semejantes y propinar golpes semejantes en la ficci¨®n cientos de veces. Es un macho, un poli, un h¨¦roe, el que salva a la chica, el que entrega su cuerpo violento a la fama, al mercado y al Estado. De hecho, la violencia masculina est¨¢ tan absolutamente interiorizada que Chris Rock recibe el pu?etazo de Smith con asombrosa normalidad. ?l hace una broma sobre ¡°la mujer¡± de Will y Will le pega en consecuencia. Forma parte de lo posible, de lo razonable. Lo impensable hubiera sido que la propia Jada Pinkett Smith se levantase a sacudirlo, no solo por deplorable sino por imposible. Tendr¨ªa que estar loca para hacerlo. Ella hubiera detenido la gala, pero un macho violento es tan absolutamente coherente con el relato del show que mucha gente crey¨® que era una broma. En el fondo, los varones violentos siguen resultando graciosos (o razonables) para muchos.
Por lo dem¨¢s, el hecho de que el cuerpo de los hombres conlleve un deber ser violento se interpreta como un privilegio y se asume que ellos no se quejan para poder disfrutarlo. Es decir, para seguir violando, pegando y matando. Yo digo (y espero) que no. Creo que los hombres est¨¢n alienados por la violencia machista. Y creo adem¨¢s que tienen menos dominio sobre su identidad que las mujeres. Mantengo que es m¨¢s dif¨ªcil borrar un cuerpo que sangra, que da a luz, que da leche, que se manifiesta incluso sin pedir permiso y exige constantemente ser pensado. En cambio, los hombres han renunciado a su cuerpo leg¨ªtimo con obediencia ciega y patriarcal.
Y as¨ª es como lo convierten en un sujeto violento en nombre del amor y del Estado todos los d¨ªas y en todas partes, sin que nadie lo denuncie. Vale que desde hace poco parece que los varones de Hollywood no pueden violar actrices sin ser cancelados (el avance no es menor), pero todo lo dem¨¢s est¨¢ permitido y alentado. De hecho, Hollywood es un generador de violencia masculina infatigable y la bofetada de Will no es m¨¢s que una consecuencia directa de una industria que genera machismo en el 90% de sus producciones, tirando por lo bajo.
Hay una frase m¨ªtica en una de las muchas pel¨ªculas machistas y violentas que ha protagonizado Will Smith. ¡°Caminamos juntos, morimos juntos, rebeldes para siempre¡±. Es el lema de Dos polic¨ªas rebeldes, una saga que debe llevar ya tres o cuatro partes y en la que Smith sella con esta frase su honor y el de su compa?ero. El polic¨ªa Mike Lowrey pronuncia la sentencia y Will Smith, el actor que hay detr¨¢s, se la cree. Y con ¨¦l demasiados ni?os (y hombres) en todo el mundo crecen convencidos de que la violencia ejercida a trav¨¦s de sus cuerpos es una forma de rebeld¨ªa. Cuando lo cierto es que los hombres violentos no son nadie, carecen de identidad y no tienen valor para defender ninguna cosa, ni siquiera a ellos mismos.