Una pol¨ªtica integral de migraci¨®n

Adem¨¢s de muerte y destrucci¨®n, la guerra de agresi¨®n que sufre Ucrania est¨¢ provocando que millones de personas huyan del pa¨ªs y lleguen a la Uni¨®n Europea, principalmente a trav¨¦s de las fronteras de Polonia, Eslovaquia, Hungr¨ªa y Rumania. Dado que los hombres no pueden abandonar Ucrania, la mayor parte de los desplazados son mujeres y ni?os. La reacci¨®n de solidaridad expresada en todos los Estados europeos ciertamente reconcilia a la UE con ella misma tras el fracaso que supuso la gesti¨®n de la crisis de refugiados de 2015. En aquella ocasi¨®n, a la vergonzosa negativa de algunos Estados a ubicar la cuota asignada de los m¨¢s de dos millones de desplazados que cruzaron las fronteras europeas, se sum¨® la firma por parte de la Uni¨®n Europea de un criticable acuerdo con Turqu¨ªa para externalizar el control de los flujos migratorios m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras.

Afortunadamente, hoy Europa est¨¢ siendo capaz de administrar una respuesta diferente y bastante m¨¢s acomodada a los valores que propugna. Probablemente no resulte ajeno a esta reacci¨®n haber tomado conciencia de que la agresi¨®n a Ucrania es, en realidad, una forma de socavar la seguridad y estabilidad europeas y mundiales. Esta perspectiva justifica una pluralidad de medidas adoptadas entre las que se encuentra la activaci¨®n, por primera vez, del mecanismo de protecci¨®n temporal contemplado en la Directiva 2001/55, de 20 de julio, para los casos de afluencia masiva de personas desplazadas. El n¨²mero de desplazados ya supera los cuatro millones y seguir¨¢ creciendo. Este proceso es el que est¨¢ perfectamente descrito como supuesto legislativamente requerido (¡°afluencia masiva de personas desplazadas¡±) para activar una f¨®rmula de protecci¨®n temporal ¨¢gil. El objetivo consiste en reducir de forma dr¨¢stica los tr¨¢mites burocr¨¢ticos para todos aquellos nacionales, refugiados o residentes en Ucrania que hayan abandonado el pa¨ªs desde el pasado 24 de febrero. Es una f¨®rmula de protecci¨®n v¨¢lida para un a?o y garantiza a todos un conjunto de derechos armonizados en los Estados miembros de la Uni¨®n y que exime a los solicitantes de acudir a la m¨¢s compleja f¨®rmula del asilo.

Con todo, la respuesta acertada al drama humano que acarrea una guerra como la que estamos viviendo no exime a la Uni¨®n Europea de seguir avanzando en la configuraci¨®n de una pol¨ªtica de inmigraci¨®n y asilo m¨¢s ambiciosa que la actualmente vigente. Resulta dif¨ªcil negar las deficiencias de un modelo cuyas consecuencias resultan especialmente gravosas para pa¨ªses como Espa?a, Italia, Grecia o Malta, cuyas fronteras son tambi¨¦n fronteras exteriores de la Uni¨®n y soportan habitualmente una fuerte presi¨®n migratoria. El documento que la Comisi¨®n Europea plante¨® en septiembre de 2020 bajo el t¨ªtulo Nuevo pacto para la migraci¨®n y el asilo conten¨ªa los fundamentos de un nuevo armaz¨®n jur¨ªdico en la materia, pero la fuerte contestaci¨®n de algunos Estados y del Parlamento Europeo impidi¨® su aprobaci¨®n. La afluencia masiva de desplazados que deja ahora la crisis de Ucrania y el respaldo de la ciudadan¨ªa europea a su acogida pueden ser el incentivo que las instituciones europeas necesitaban para retomar la cuesti¨®n y hacer de la inmigraci¨®n y el asilo una prioridad en la agenda pol¨ªtica de la Uni¨®n.