El in¨¦dito ejemplo de los refugiados ucranios
Sobre el papel no hay refugiados de primera y de segunda, pero desde el ¡®Aquarius¡¯ Espa?a ha lidiado con varios desaf¨ªos migratorios y en todos ellos ha reaccionado de manera distinta
Espa?a est¨¢ dando una respuesta sin precedentes al ¨¦xodo ucranio que comienza a llegar al pa¨ªs. Despliegue de recursos de acogida auton¨®micos y estatales, tr¨¢mites expr¨¦s, centros de recepci¨®n, tel¨¦fonos de informaci¨®n y anuncios diarios comprometidos con el bienestar de los que huyen de una guerra a las puertas de la UE. La directiva europea de protecci¨®n temporal activada por primera vez desde que se redact¨® hace 20 a?os determina y hace ¨²nica la solidaria respuesta espa?ola y de sus socios comunitarios, pero Espa?a ha querido destacar. Entre otras medidas extraordinarias, dar¨¢ a los desplazados papeles para trabajar en hasta 24 horas y regularizar¨¢ a los ucranios que ya viv¨ªan aqu¨ª. No es el primer desaf¨ªo migratorio que afronta el Gobierno de Pedro S¨¢nchez que, desde que lleg¨® a La Moncloa en junio de 2018, ha encadenado crisis con refugiados, aunque en todas ellas ha reaccionado de forma muy distinta.
Estos son los episodios m¨¢s relevantes y la respuesta del Ejecutivo.
Alfombra roja para el ¡®Aquarius¡¯. La llegada de 629 personas rescatadas en el Mediterr¨¢neo Central en junio de 2018 fue el primer gesto del presidente socialista en materia migratoria. Cientos de periodistas cubrieron su desembarco en el puerto de Valencia. Todos hab¨ªan pasado por el infierno de Libia y hab¨ªa cientos de personas procedentes de pa¨ªses emisores de refugiados como Sud¨¢n del Sur, Mal¨ª o Eritrea. Nada m¨¢s llegar se les concedi¨® un permiso de 90 d¨ªas por motivos humanitarios y la Administraci¨®n les dio prioridad en la fila para hacer tr¨¢mites. Apenas tuvieron que esperar. Pero las concesiones y los anuncios acabaron ah¨ª. Sus solicitudes de asilo siguieron el mismo ritmo parsimonioso de un sistema saturado y la mayor¨ªa de los expedientes se denegaron, empujando a los n¨¢ufragos a la irregularidad. En abril de 2021, tres a?os despu¨¦s de su llegada, de las 374 peticiones solo se hab¨ªan resuelto 153: 87 denegatorias, 49 reconocimientos del estatuto de refugiado, una protecci¨®n subsidiaria y 16 archivos.
El ¨¦xodo venezolano. La deriva autoritaria de Nicol¨¢s Maduro y la crisis social, econ¨®mica y pol¨ªtica de Venezuela han forzado el ¨¦xodo de casi seis millones de personas, seg¨²n Acnur, la agencia para los refugiados de la ONU. La intensa llegada de desplazados venezolanos mantiene a Espa?a entre los tres Estados de la UE con m¨¢s peticiones de asilo. En 2019 se bati¨® un r¨¦cord de 118.000 peticiones, la mayor¨ªa de Venezuela, y el sistema funciona saturado desde entonces. Familias enteras, de varias nacionalidades, llegaron a dormir en la calle por falta de camas en el sistema de acogida. El Gobierno busc¨® una f¨®rmula extraordinaria para ellos: un permiso de residencia de un a?o por razones humanitarias. El derecho a trabajar en cualquier caso solo se reconoce a los seis meses y la tasa de reconocimiento de su estatus de refugiado es m¨ªnima. En aquel entonces, el Defensor del Pueblo recomend¨® al Gobierno que el Consejo de Ministros declarase la protecci¨®n temporal para los venezolanos, la misma que se les ofrece ahora a los ucranios, pero la propuesta fue rechazada.
Canarias, la v¨ªa de escape del Sahel. El a?o 2020 estuvo marcado por el repunte de llegadas a las islas y la consecuente crisis humanitaria en plena pandemia. Fueron 23.000 desembarcos en 2020. Una cifra muy parecida en 2021. El Gobierno mantuvo durante meses a personas durmiendo en la d¨¢rsena del puerto de Arguinegu¨ªn (Gran Canaria), hasta hacinar a m¨¢s de 2.600 migrantes en solo 3.800 metros cuadrados. Buena parte de ellos eran marroqu¨ªes, impulsados a emigrar por razones econ¨®micas, pero la segunda nacionalidad m¨¢s numerosa eran los malienses, procedentes de un pa¨ªs azotado por la violencia de grupos armados desde 2012. La falta de asistencia jur¨ªdica, de int¨¦rpretes, las dificultades para acceder al asilo, la separaci¨®n de madres e hijos e incluso las deportaciones de malienses a Mauritania fueron algunas de las deficiencias constatadas por el Defensor del Pueblo durante la crisis. La comunidad aut¨®noma a¨²n ruega que se deriven a otras regiones algunos de los casi 3.000 menores solos que tiene bajo su tutela, pero la respuesta de las comunidades, a diferencia de la que est¨¢n teniendo ahora con los ucranios, ha sido m¨ªnima.
La entrada masiva de Ceuta. La crisis con Marruecos a cuenta de la soberan¨ªa del Sahara Occidental tuvo su punto ¨¢lgido en mayo de 2021 con la entrada de m¨¢s de 10.000 personas en Ceuta. La inmensa mayor¨ªa de los inmigrantes eran de Marruecos, pero se constat¨® la entrada, entre otros, de refugiados yemen¨ªes, ciudadanos de un pa¨ªs en guerra civil desde 2014 y con ¡°la mayor crisis humanitaria del mundo¡±, seg¨²n Acnur. Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) calcula que el conflicto ya se ha cobrado directa o indirectamente 377.000 vidas. Varios de ellos fueron expulsados a Marruecos, un extremo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, neg¨® y que Acnur confirm¨®. ¡°En el camino a la valla nos empujaron y nos pegaron con la porra. Ense?¨¢bamos los pasaportes y les grit¨¢bamos ¡®asilo¡¯, pero dio igual¡±, cont¨® uno de ellos a EL PA?S. Entre los expulsados esos d¨ªas hubo ni?os y adolescentes solos, y tambi¨¦n un grupo de 15 congole?os con necesidades de protecci¨®n internacional, en el que se encontraban una mujer embarazada, un beb¨¦ y dos menores.
El abrazo a los afganos. La toma de Afganist¨¢n por parte de los talibanes forz¨® a huir a miles de afganos en agosto. Espa?a lider¨® la evacuaci¨®n ante el aplauso de la UE y m¨¢s de 2.000 refugiados fueron recibidos hasta por el rey Felipe VI en el aer¨®dromo de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). En este caso, el Gobierno tambi¨¦n se volc¨® priorizando su acogida y acelerando sus peticiones de asilo. Sus solicitudes est¨¢n tardando entre siete y ocho meses en reconocerse, seg¨²n fuentes gubernamentales, un hito en comparaci¨®n con los m¨¢s de dos a?os que aguardan otras nacionalidades. M¨¢s del 60% de los 1.650 afganos que, finalmente, pidieron protecci¨®n en Espa?a ya tienen reconocido su estatus de refugiado. En su caso, como en el del resto, el permiso de trabajo no se les concede hasta seis meses despu¨¦s de su solicitud. La adaptaci¨®n de los afganos al sistema de acogida espa?ol, sin embargo, no ha sido f¨¢cil. Algunos aspiraban a vivir en grandes ciudades para buscarse la vida, pero acababan en pueblos de 400 habitantes. Sin trabajo y sin avales, la b¨²squeda de un piso ya est¨¢ suponiendo una pesadilla para varias familias.
Salto hist¨®rico en la valla de Melilla. Coincidiendo con el recrudecimiento de la ofensiva rusa en Ucrania, m¨¢s de 850 subsaharianos entraron a Melilla en dos saltos sucesivos la primera semana de marzo de 2022. Hubo multitud de devoluciones en caliente y las c¨¢maras grabaron las palizas que propinaron algunos guardias civiles a varios de los que consiguieron saltar. Grande-Marlaska justific¨® la actuaci¨®n de los agentes e insisti¨® en la violencia ¡°inusitada¡± del grupo, aunque en las im¨¢genes concretas de las agresiones no se aprecia resistencia por parte de los migrantes. El Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe Gonz¨¢lez, urgi¨® a que se esclareciese lo ocurrido y se adoptasen sanciones.
Vox corri¨® a se?alar que hay que diferenciar a los ¡°aut¨¦nticos refugiados¡±, en referencia a los ucranios, de los que saltan la valla. Pero las cifras de las nacionalidades de los que entraron en Melilla, apuntan a que ellos tambi¨¦n pueden ser refugiados, pero de los que tienen que cruzar ilegalmente fronteras para poder pedir asilo. Seg¨²n los datos a los que ha tenido acceso EL PA?S, las casi 630 peticiones de asilo registradas han sido admitidas a tr¨¢mite. M¨¢s del 40% proceden de Mal¨ª y casi un 35% de Sud¨¢n. Entre los sudaneses, hay migrantes que huyeron de Darfur, en una guerra civil que desde 2003 se ha cobrado m¨¢s de 400.000 muertos, seg¨²n Acnur. La violencia, entre agricultores y pastores n¨®madas, por los recursos naturales escasos como el agua, se ha agravado desde octubre de 2021, coincidiendo con el golpe de Estado militar que ha vuelto a desestabilizar el pa¨ªs.
El caso de los refugiados sirios
En 2011, Siria también entró en guerra y su población huyó de los ataques militares rusos en apoyo al dictador Bachar el Asad. Cientos de miles de personas han salido de su país desde entonces para llegar a Europa, la mayoría jugándose la vida en una barcaza porque, a diferencia de los ucranios, no tienen exención de visado y no pueden entrar libremente. La respuesta de la UE, que fracasó en su sistema de reparto de refugiados, dista mucho de la actual ante el éxodo ucranio. También la de España, que meses después de estallar la guerra pasó a exigir visados de tránsito a los sirios, impidiéndoles pedir asilo en aeropuertos españoles.
El periodista sirio Okba Mohammad, que llegó a España en mayo de 2019, señalaba en Twitter esta semana cómo su caso se ha tratado de forma distinta: “24 horas para dar papeles a los refugiados ucranianos en España. En mi caso, han tardado dos años y cinco meses para responder, aunque también llegué de una guerra con Rusia. Pero parece que es normal cuando no tengo ojos azules”.
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